El Clima
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Introduccion
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Clima Chino *
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Clima Polar *
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Conclusión *
El clima es el estado medio de la atmósfera de un lugar determinado a base de
los datos correspondientes a un intervalo de
varias décadas. Dos de los elementos más importante en el establecimiento de un
clima y las precipitaciones. Los factores prals. de que depende ambas
magnitudes son la latitud, la altitud y la distribución de las tierras y mares de un
lugar. Existen diversas clasificaciones de los climas según los datos a los que
se atiendan para su establecimiento.
El Clima es el efecto a largo plazo de la radiación solar sobre la superficie y la
atmósfera de la Tierra en rotación. El modo más fácil
de interpretarlo es en términos de medias anuales o estacionales de temperatura y precipitaciones.
Las áreas de tierra firme y las marinas, al ser tan variables, reaccionan de modos muy distintos
ante la atmósfera, que circula constantemente en un estado de actividad dinámica. Las variaciones día a día en un área
dada definen su climatología, mientras que el clima es la síntesis a largo plazo de esas
variaciones (ambas pueden considerarse subdisciplinas de la meteorología). El
clima se mide por medio de termómetros, pluviómetros, barómetros y otros
instrumentos, pero su estudio depende de las estadísticas. Hoy tales estadísticas son
realizadas competentemente por ordenadores. Con todo, un resumen sencillo a
largo plazo de los cambios climáticos no proporciona una representación exacta
del clima. Para obtener ésta es necesario el análisis de los patrones diarios, mensuales y
anuales. La investigación de los cambios
climáticos en términos de tiempo geológico es el campo de estudio
de la paleoclimatología, que requiere las herramientas y métodos de la investigación geológica.
La palabra clima viene del griego klima, que
hace referencia a la inclinación del Sol. Además de los efectos de la radiación
solar y sus variaciones, el clima siempre está bajo la influencia de la
compleja estructura y composición de la atmósfera
y de los mecanismos por los que ésta y los océanos transportan el calor. Así pues, para cualquier área dada de
la Tierra, debe considerarse no sólo su latitud (que determina la inclinación
del Sol), sino también su altitud, el tipo de suelo, la distancia del océano, su relación
con sistemas montañosos y lacustres, y otras
influencias similares. Otra consideración a tener en cuenta es la escala: el término macroclima hace referencia
a una región extensa; mesoclima, a una más pequeña; y microclima, a un área
diminuta. Por ejemplo, puede especificarse que un buen microclima para cultivar plantas es el que hay al abrigo de
grandes árboles de sombra.
El clima tiene una gran influencia en la vegetación y la vida animal, incluyendo a
los humanos. Desempeña un papel significativo en muchos procesos fisiológicos, desde la concepción y
el crecimiento de los seres vivos hasta la salud y
la enfermedad. El ser humano, por su parte, puede influir en el clima al cambiar
su medio ambiente, tanto a través de la alteración de
la superficie de la Tierra como por la emisión de contaminantes y productos químicos, como el dióxido de carbono, a la atmósfera.
Por su posición latitudinal ( 1o a 12o N), al norte
de Sudamérica, Venezuela está bajo la influencia de la
hondonada intertropical de bajas presiones ecuatoriales, donde convergen los
vientos alisios del noreste y del sureste. Como consecuencia de la circulación
general de la atmósfera, de diciembre hasta abril la mayor parte del país está
afectada por la zona del alisio del noreste, donde se produce subsidencia de
las masas de aire, que origina fuertes inversiones de temperatura a alturas de
1500 a 2000 msnm (inversiones del alisio). Por encima de esa altura, el aire
carece por completo de humedad, por lo que el proceso convectivo de formación de nubes se ve
muy limitado, produciendo así la temporada seca en Venezuela. La región norte
del país se ve afectada con relativa frecuencia por perturbaciones de origen extra
tropical, especialmente frentes fríos, entre enero y abril, que provocan
precipitaciones dentro de la temporada seca.
Desde mediados de abril hasta noviembre, debido al
desplazamiento gradual del sistema de presiones hacia al norte, el
país está casi en su totalidad bajo la influencia de la zona de convergencia
intratropical, franja de muy intensa actividad covectiva (formación de nubes),
que determina la temporada lluviosa sobre Venezuela. La zona sur del país,
entre los paralelos 1o y 4o N, aproximadamente, está siempre bajo la influencia
de la convergencia intertropical, por lo que nunca se presenta un período seco.
En el país se presentan muy diferentes situaciones
climáticas; la precipitación varía de menos de 400 mm anuales en parte de la
franja costera a más de 4000 mm anuales en el sur del país, y las temperaturas
medias diarias oscilan de más de 28oC a menos de 0oC en los páramos andinos.
Según la clasificación de Koeppen, en Venezuela existen estos tipos climáticos:
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Tropical Desértico (árido), ubicación
hacia la franja costera de Falcón y de Sucre, en el golfo de Cariaco, en las
islas de Coche y Cubagua, y en la zona de Restinga, de la isla de Margarita.
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Tropical Estepario (semiárido),
ubicado hacia la parte norte de los estados Zulia y Falcón, la depresión Lara-Falcón, la zona costera
central, las zonas costeras de la depresión de Unare y parte del estado Sucre,
hacia el golfo de Cariaco, y gran parte de la isla de Margarita.
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Tropical de Sabana, ubicado en toda
la zona de los llanos, en los pie de montes de las serranías de la Costa y de
los Andes, en gran parte de los estados Zulia y Lara, en todo el norte del
estado Bolívar, incluyendo la zona de la Gran Sabana,
en parte de la costa de los estados Falcón y Yaracuy, y en parte de la costa
hacia el golfo de Paria.
·
Tropical Monzónico, ubicado como una
franja transicional entre los climas tropical de sabana y tropical de selva,
hacia el piedemonte de Perijá, al sur y parte de la costa oriental y
suroriental del lago de Maracaibo, en parte de las costas del estado Sucre y el
piedemonte de turimiquire, en parte de los estados Delta Amacuro, Bolívar y
Amazonas, en el piedemonte de las serranías de San Luis (estado Falcón) y de la
costa (estados Yaracuy, Carabobo, Aragua y Miranda).
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Tropical de Selva, ubicado hacia las
sierras de Perijá y San Luis, el sur del lago de Maracaibo, Barlovento, en la
parte oriental de los estados Delta Amacuro y Bolívar, en la parte sur del
estado Bolívar y en todo el estado Amazonas.
·
Templado de altura siempre lluvioso,
ubicado hacia las zonas más elevadas de los estados Bolívar y Amazonas, en las
partes más altas de las serranías de turimiquire y de Perijá, en ambas
vertientes de la cordillera de los andes y en la zona de El Nula, estado
Táchira.
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Templado de altura, ubicado en gran
parte de la cordillera de los Andes.
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Páramo de altura, ubicado en las
zonas localizadas a más de 3000 msnm en la cordillera de los Andes.
·
Glacial de altura, ubicado en los
picos nevados de la cordillera de los Andes.
Además de estas diferencias en los climas del país,
dentro de cada gran región climática se presentan diferencias espaciales y
temporales en el comportamiento de los parámetros
climáticos.
Así, por ejemplo, en los llanos, a pesar de formar
parte de la zona con clima tropical de sabana, y de su gran uniformidad
fisiográfica, existe un gradiente general este-oeste de precipitación, que va
de un inicio de la temporada lluviosa en junio, con una duración de 5 meses y
900 mm anuales en los llanos orientales, hasta un inicio de la temporada
lluviosa en abril, con una duración de 9 meses y 1800 mm anuales en los llanos
altos occidentales. Esta variabilidad espacio-temporal es aún mayor en las
zonas montañosas.
En general, los meses más fríos del años son diciembre
y enero, y los más cálidos marzo y abril, excepto en la zona de los llanos,
donde a menudo los meses más fríos son julio a septiembre, por efecto de las
elevadas precipitaciones.
Las temperaturas medias son, en general, elevadas,
variando entre 23oC y 29oC; el principal factor modificador de la temperatura
es la altitud. En las zonas montañosas del país se presentan muy fuertes
gradientes de temperatura, como se observa en el caso de las estaciones El
Vigía (130 msnm) y Mucubají (3560 msnm), donde las temperaturas del mes más
frío varían de 26.3oC a 5.4oC, en una distancia horizontal menor de 100 Km
La amplitud térmica anual (diferencia entre el mes
más frío y el más cálido) es muy baja, en general menor 5oC, por lo que el
clima del país puede calificarse de isotermo. La amplitud térmica diaria o termo
período (diferencia entre las temperaturas máximas y mínima medias) está por el
orden de 9oC a 12oC, excepto en las zonas costeras, donde disminuye a unos 6oC.
En Venezuela, las direcciones prevalecientes del
viento (es decir, desde donde sopla), son la Norte (N), Nornoroeste (NNE) y
Noreste (EN). En las zonas costeras, la dirección prevaleciente es la Este franco
(E), excepto cuando algún accidente de la costa modifica la entrada, como en Barcelona.
En las zonas montañosas el patrón planetario del alisio está profundamente
modificado, y la dirección prevaleciente del viento depende de la topografía,
como se observa en el caso de Mérida. Estas direcciones prevalecientes , y así,
en la temporada lluviosa, aumenta la frecuencia de vientos con componente sur,
especialmente del Sur-Oeste.
La velocidad media del viento (correspondiente a la
dirección prevaleciente) varía, en la zona costera, de unos 2.5 m/s al este a
unos 5 m/s al oeste; en el centro del país, las velocidades son del orden de
unos 3 m/s en promedio.
La atmósfera como capa continua de gases que envuelve a la tierra tiene una movilidad
constante que se conoce como circulación atmosférica. Pero cada una serie de
factores influyen y modificada uno de los elementos del clima.
Unos son de naturaleza cósmica, es decir, dependen de la forma y
posición de la tierra en el sistema solar. Otros son de carácter geográficos y dependen de los mares ,
montañas o zonas de la tierra.
La atmósfera impide que los rayos
solares lleguen directamente a la superficie terrestre , así protege del calor
de los rayos y del enfriamiento que hay en la noche.
La latitud también influyen en la
climatología. Las temperaturas van en descenso del ecuador a los polos y el hemisferio sur es más húmedo
y menos cálido que el norte.
La misma cantidad de calor actuando
durante el mismo tiempo elevará la temperatura del suelo aproximadamente el
doble que la del agua. El suelo se calienta dos veces más pronto que el
agua.
En climatología es de sumo interés el estudio de la humedad ya que debida a ella
se realizan las precipitaciones que tienen consecuencias biológicas.
De todos los fenómenos meteorológicos
la lluvias es la de mayor importancia para la superficie terrestre y la vida
del hombre. De la cantidad y el régimen de precipitaciones
dependen la descomposición de las rocas, la formación de suelos, la erosión , etc.
El agua contenida en el aire se
renueva de forma permanente ya que siempre tiene que conservar un grado de
humedad.
El aire puede absorber mayor cantidad
de vapor de agua cuando mayor sea su temperatura, la evaporación del agua
contenida en el mar, en los lagos o ríos formando las lluvias.
Las precipitaciones sólidas , nieve o
granizo s producen cuando la masa del aire es inferior a cero grados.
Las precipitaciones se pueden
producir por convección, cuando una masa de aire cálido se enfría al elevarse
formando una masa nubosa que al saturarse de humedad origina lluvia.
La mayor parte de los fenómenos del
clima se deducen de la distribución de las temperaturas del aire para cualquier
estudio climatológico. Las variaciones geográficas de la distribución de las
temperaturas medias se reflejan en los mapas de isotermas.
Sobre el globo terráqueo se han
establecidos las isotermas anuales, lo que permite conocer los rasgos generales
de la distribución de las temperaturas.
Por ejemplo la comparación de las
temperaturas de enero y julio, los meses más extremados, da una idea bastante
exacta de la amplitud térmica y sirve para establecer los regímenes térmicos.
Los climas se describen con arreglo a
códigos previamente acordados o con términos descriptivos un tanto imprecisos
en su definición que, no obstante, resultan útiles. A escala global se puede
hablar del clima en términos de zonas, o cinturones, que pueden trazarse entre
el ecuador y el polo en cada hemisferio. Para comprender éstas hay que tomar en
consideración la circulación en la capa superior de la atmósfera, o estratosfera,
así como en la atmósfera inferior, o troposfera, zona donde se manifiesta el
clima. Los fenómenos de la atmósfera superior no fueron conocidos hasta el desarrollo de tecnologías avanzadas, como los cohetes, los
vuelos a gran altitud y los satélites artificiales.
En condiciones ideales, es posible
suponer que el aire caliente asciende por convección a lo largo del ecuador y
desciende cerca de los polos. Así pues, el cinturón ecuatorial tiende a ser una
región de baja presión y periodos de calma interrumpidos por
tormentas eléctricas, asociadas a enormes nubes llamadas cúmulos. Debido a los
periodos de calma, este cinturón recibe el nombre de doldrums (estancamiento).
Se desplaza ligeramente hacia el norte del ecuador durante el verano boreal y
hacia el sur durante el meridional. Por contraste, el aire desciende en las
regiones polares. Esto produce una elevada presión atmosférica y vientos secos
y helados que tienden a radiar hacia el exterior desde los polos.
Para complicar este cuadro simplista,
hay que tener en cuenta la rotación de la Tierra, que desvía los componentes
norte y sur de la circulación atmosférica. Así, los vientos tropicales y
polares tienden a ser del Este (vientos procedentes del Este), y se desarrollan
dos cinturones intermedios en cada hemisferio. A unos 30° de latitud N y S hay
una zona de alta presión en la que el aire de las capas superiores desciende y
se divide enviando corrientes hacia el ecuador. En el hemisferio norte soplan
vientos regulares del Noreste, y del Sureste en el hemisferio sur. Estas zonas
de alta presión producen áreas áridas en los continentes, pero hacen que el
aire se cargue de humedad sobre los océanos debido a la evaporación. Si estos
vientos regulares chocan con una isla dispuesta a modo de barrera topográfica o
con la costa de un continente, el aire húmedo se eleva hasta zonas más frescas
dando lugar normalmente a fuertes lluvias.
Entre los 50° y los 60° de latitud N
y S se encuentra un cinturón de baja presión caracterizado por los vientos
dominantes del Oeste, que son desviados hacia el Suroeste en el hemisferio
norte y hacia el Noroeste en el hemisferio sur. En este caso las
precipitaciones se relacionan con los frentes polares; el aire frío de los
vientos polares del Este penetra por debajo del aire cálido y húmedo de los
vientos del Oeste que, al enfriarse, liberan la humedad que contienen. En
invierno ésta es la causa de la mayoría de las nevadas en los continentes.
Los autores clásicos dividieron la
Tierra en tres grandes zonas climáticas que se correspondían con los climas
frío, templado y tórrido. En general, se considera la isoterma de los
10 ºC para el mes más cálido, que coincide aproximadamente con el límite
de la tundra y el bosque de coníferas, como valor para distinguir los climas templados de los
fríos; por otro lado, la separación entre los climas tórridos o tropicales de
los templados se establece en la isoterma de los 18 ºC para el mes más
frío. Sin embargo, dentro de cada una de estas zonas cabe distinguir diferentes
tipos y subtipos en función de factores tales como la temperatura y la
precipitación. Otros elementos que contribuyen a explicar el clima de una
región pueden ser la presión atmosférica, los vientos, la humedad, la latitud,
la altitud, el relieve, la proximidad de los mares, las corrientes
oceánicas y la influencia de la naturaleza del suelo y la vegetación.
Muchos climatólogos han establecido
sus propias clasificaciones climáticas, entre las que cabe destacar la de
Köppen, una clasificación empírica dada a conocer por primera vez en 1918 y
sometida posteriormente a varias revisiones. Köppen y su colaborador Geiger
definieron seis grandes grupos de climas, asociados a la vegetación, a los
que designaron mediante letras mayúsculas: A (tropical), B (subtropical), C
(templado), D (frío), E (polar) y H (montaña). Estos grupos se subdividían a su
vez en función del régimen pluviométrico y de las temperaturas, también señalados
mediante letras, en este caso minúsculas, que unidas a las anteriores
especificaban la variedad climática de un espacio determinado dentro de cada
categoría principal. Así, por ejemplo, un clima tipo Csa indica
que se trata de un clima templado con veranos secos y calurosos e inviernos
húmedos y suaves, es decir, lo que se conoce como un clima mediterráneo.
A continuación, se exponen los
principales tipos de clima del planeta considerando los valores, siempre aproximados, de la temperatura y las
precipitaciones.
Es característico de las regiones de
latitudes bajas, localizadas fundamentalmente entre los 10º N y
10º S. La temperatura y la humedad son altas y constantes a lo largo del
año. La temperatura media del mes más frío supera los 18 ºC, y la
temperatura media anual se sitúa por encima de los 25 ºC. Las
precipitaciones anuales sobrepasan los 1.500 mm e incluso, en algunas
áreas, los 3.000 milímetros. La duración del día y de la noche es muy similar.
Es propio de las regiones tropicales.
Las temperaturas medias mensuales son elevadas y bastante uniformes a lo largo
del año, siendo la media anual superior a los 20 ºC. El régimen térmico
varía entre 3º y 10º, mayor en el interior y menor en las áreas costeras. Las
precipitaciones oscilan entre los 400 y los 1.000 mm anuales, aunque la
variedad de clima monzónico alcanza valores muy superiores. Alternan las estaciones secas
y lluviosas. En función de la distribución estacional de las precipitaciones y
de la cantidad se distinguen las variedades siguientes: sudanés
(precipitaciones entre 750 y 1.100 mm y tres estaciones, una seca y
fresca, otra seca y calurosa, y otra lluviosa), subecuatorial (dos estaciones
lluviosas y dos secas), saheliense (precipitaciones entre 400 y 750 mm,
con una larga estación seca) y monzónico (estación lluviosa de gran intensidad
que alterna con otra seca).
Propio de las áreas desérticas, se
caracteriza por altas temperaturas y escasez de precipitaciones. Se distinguen dos
importantes variantes: el clima desértico cálido, con una temperatura media
anual en torno a los 20 ºC, una fuerte oscilación
térmica (puede alcanzar los 20º) y precipitaciones inferiores a los
200 mm, y el clima desértico costero, que presenta una temperatura media
anual inferior a los 20 ºC, menor oscilación térmica (en general por
debajo de los 10º) y precipitaciones insignificantes, por debajo de los
100 mm anuales. Además de estos desiertos propios de la zona cálida o
tropical, existen otros tipos en la zona templada resultado de la degradación
de los climas propios de sus latitudes. Aquí cabría hablar de los desiertos
continentales, donde el elemento condicionante del régimen termo pluviométrico,
además de las altas presiones, es la continentalidad, que acentúa la sequía y
la oscilación térmica diaria.
Bajo este epígrafe se aúnan una gran
variedad de climas que tienen en común el hecho de contar con unas temperaturas
estivales más elevadas que en invierno. Los climas templados se clasifican en:
Este tipo de clima se da particularmente
en los países ribereños del mar Mediterráneo, de ahí su denominación, aunque se
han establecido varios subtipos en relación con la distancia a las masas
oceánicas. También se da en la costa meridional de Australia, en el suroeste de la República de Sudáfrica, en California y en las
estrechas áreas costeras de Chile central, donde los Andes actúan como barrera
climática. En sentido amplio, define el clima de las regiones costeras
occidentales de los continentes comprendidas dentro de la zona de las latitudes
medias de la Tierra (entre los 30º y los 45º, aproximadamente). Se caracteriza
por veranos cálidos, secos y soleados, e inviernos suaves y húmedos. Las
temperaturas medias anuales varían entre los 12 ºC y los 18 ºC, y la
oscilación térmica anual está comprendida entre los 10º y los 15º por lo
general. El promedio de precipitaciones se sitúa entre los 400 y los
700 mm, concentradas en el invierno, ya que durante el verano el clima
está sujeto a la presencia de anticiclones subtropicales, y en el invierno, a
las depresiones de la atmósfera.
Este clima presenta una temperatura
media ligeramente superior a la del mediterráneo, lo mismo que la oscilación
térmica anual, que supera los 15º. El promedio de precipitaciones sobrepasa los
1.000 mm, concentradas en el periodo estival, que contrasta con la
sequedad del invierno.
Es el clima característico de las
regiones comprendidas dentro de la zona de latitudes medias de la Tierra
sujetas a la influencia oceánica. La proximidad del mar determina una amplitud
térmica anual en general pequeña y unas precipitaciones importantes
(1.000-2.000 mm) y bien distribuidas a lo largo del año, aunque el máximo
se sitúa en la estación invernal. La temperatura media depende de la latitud,
aunque se puede establecer en torno a los 10 ºC; los inviernos presentan
unas temperaturas moderadas y en verano son frescas.
Este clima es propio de las regiones
del interior de los continentes. Se caracteriza por una relativa escasez de
precipitaciones, sobre todo en invierno, debido a la distancia que las separa
de las áreas de influencia marítima, y por una notable amplitud térmica
estacional (que puede alcanzar hasta los 60º), con unas temperaturas estivales
bastante altas que contrastan fuertemente con los inviernos fríos. La
temperatura media anual es inferior a los 10 ºC. Las precipitaciones
oscilan entre los 300 y los 700 mm de promedio, que se producen
principalmente en verano. Se pueden distinguir varios tipos: el siberiano (el
más extremado, con una temperatura media inferior a los 0 ºC, una
oscilación térmica que puede alcanzar los 60º y precipitaciones inferiores a
los 200 mm anuales concentradas en el periodo estival); el manchuriano
(con un temperatura media inferior a los 10 ºC, oscilación térmica en
torno a los 40º y precipitaciones, concentradas en el periodo estival, que
superan los 500 mm); y el ucraniano (con unas características térmicas
similares al anterior, aunque la temperatura media es ligeramente más baja y la
amplitud un poco superior, y unas precipitaciones comprendidas entre los 300 y
los 400 mm anuales).
Clima propio de aquellas regiones que
presentan una temperatura media mensual y anual por debajo de los 0 ºC,
amplitudes térmicas superiores a los 30º y precipitaciones insignificantes que
se producen en forma de nieve. En estas regiones, cubiertas por la nieve
durante la mayor parte del año, el tipo de suelo característico es el
permafrost.
En las montañas la temperatura
disminuye con la altitud, mientras que aumentan las precipitaciones, al menos
hasta un cierto nivel altimétrico. La montaña, en este sentido, altera las
características de la zona climática en la que se sitúa. Por este motivo, no se
pueden establecer unos rasgos con validez universal que lo definan, aunque sus
variedades climáticas son fácilmente reconocibles, como el clima alpino.
Presenta unas temperaturas invernales negativas y unas estivales positivas,
aunque la temperatura media anual se establece en torno a los 0 ºC; la
oscilación térmica es inferior a los 20º y las precipitaciones, más abundantes
en verano que en invierno, superan los 1.000 mm anuales. Este clima de
alta montaña es el que predomina en la cordillera andina.
Por último, como se mencionó con
anterioridad, tienen lugar cambios micro climáticos causados por la acción antrópica. Así, por ejemplo, en las ciudades
se forman las denominadas ‘islas de calor’; cuando este espacio se encuentra
bajo una situación anticiclónica cálida, durante la noche la temperatura es más
alta en relación con el medio ambiente circundante. También la contaminación atmosférica de los núcleos urbanos provoca un
aumento de la nubosidad media, modifica el régimen de lluvias, altera la
circulación de los vientos y disminuye la radiación solar y la transparencia
del aire.
Los dos parámetros meteorológicos en
los que se basa la clasificación anterior no son suficientes para satisfacer la
necesidad de una descripción climática exacta y universal. La vegetación, por
su parte, ofrece una referencia importante, sobre todo en casos como el de la
selva, o cinturón ecuatorial de bosque tropical húmedo, con temperaturas
cálidas y lluvias durante la mayor parte del año; la sabana, cálida y con una
marcada estacionalidad; y la tundra, fría, con escasas precipitaciones y
veranos cortos. Es particularmente útil considerar ambos factores, clima y
vegetación, para conocer la naturaleza de una zona y lo que representa vivir en
ella. La influencia del clima en la vegetación natural viene determinada
fundamentalmente por las precipitaciones, la temperatura y la luz; de ahí la estrecha relación existente
entre la distribución de los regímenes climáticos y de la vegetación. A grandes
rasgos, se pueden distinguir cinco grandes asociaciones vegetales en función
sobre todo de la cantidad y distribución de las precipitaciones a lo largo del
año: clima cálido y húmedo, con o sin estación seca, idóneo para el desarrollo
de las selvas, del bosque tropical y la sabana; clima templado húmedo, con o
sin estación seca, que permite la existencia de bosques mixtos y praderas;
clima frío y húmedo, donde crecen los bosques mixtos y de coníferas; clima
seco, ámbito de la estepa y las especies xerófilas adaptadas a las condiciones
áridas de las zonas desérticas; y clima polar y alpino o de alta montaña,
asociados a una vegetación propia de la tundra y a la presencia de casquetes
glaciares.
Los climas regionales pueden describirse en
términos de cinco tipos de biomas. Éstos se caracterizan por una
combinación de temperatura, humedad, vegetación y fauna asociada a un área determinada. El
mapa muestra la distribución de los grandes
biomas: pluvisilva y sabana, bosque mixto y pradera, bosque mixto y de hoja
acicular, estepa y desierto, y tundra y casquetes polares.
El clima de Sudamérica es cálido en general; la
cordillera de los Andes es la única zona del subcontinente donde hay
temperaturas frías constantes a causa de su altitud. Por lo general, el clima
varía dependiendo de las regiones: abundantes precipitaciones alimentan las
selvas ecuatoriales amazónicas, mientras que hay severas sequías en regiones
áridas como el desierto de Atacama, en Chile.
Cuando hablamos del tiempo que hace o el clima de
un país, nos estamos refiriendo a conceptos diferentes, aunque muy relacionados
entre sí. Se define el clima como un conjunto de fenómenos meteorológicos que
caracterizan el estados medio de la atmósfera en un área de la superficie
terrestre. Sin embargo el tiempo es el estado atmosférico día a día y en
determinada localidad. La climatología valora las temperaturas y las
precipitaciones sirviéndose de medias o promedios. Para conocer la temperatura
promedio de un día se realiza la media atmosférica en veinticuatro
observaciones horarias; de esta manera podemos saber la máxima y mínima
temperatura. Las precipitaciones por el contrario se toman en su totalidad de
modo que el totalidad, de modo que el total de lluvia caída en un mes se une al
siguiente formando así el anual.
Los elementos que conforman el clima son un
conjunto de fenómenos relacionados entre sí.