Así continuaron pasando los días en el pueblo, aunque no había pasado
nada extraordinario en estos días para mi todos los días eran una nueva
oportunidad de hacer algo nuevo, siempre encontraba cosas por hacer todos los días,
el día de hoy Viernes por ejemplo, nos habíamos levantado temprano, aun no salía
el sol, mi madre me había dicho la noche anterior que el día de hoy íbamos a ir
a Felipe Carrillo Puerto a visitar a mi hermana Lucia, ya tenía tiempo que no
la visitábamos y mi madre se encontraba un poco intranquila, así que mi madre
ya tenía preparadas las cosas que íbamos a llevar, aunque ya había transporte
que nos podía llevar a Carrillo, este tenía un costo y como estaba la economía
de la casa, no nos podíamos dar ese lujo; en caso de que hubiéramos tenido
dinero para el pasaje, tendríamos que irnos en el camión del pueblo que teniéndolo
uno de los vecinos había decidido hacer viajes del pueblo hasta Victoria,
cobrando algo así como un peso por persona, era un viaje de poco más de treinta
kilómetros, que el autobús cubría en poco menos de una hora ya que se iba
despacio porque aún no había carretera y era un camino real de tierra y también
piedras, porque vaya que había piedras tanto en el pueblo como en los
alrededores y también en los pueblos vecinos, deje de pensar en eso cuando mi
madre me dijo que teníamos que partir, aún estaba un poco oscuro, cuando salimos
de la casa, doblamos en la primer esquina hacia la derecha con rumbo a la
orilla del pueblo ya que por ahí pasaba el camino que nos llevaría primero
hasta la puerta de salida del terreno que pertenecía al pueblo, este estaba
trazado con un cercado de piedras en la parte que estaba más cerca a la puerta,
ya que mientras más se iba alejando de la puerta este cercado de piedras se convertía
solo en un cercado de troncos de árbol de huizache y alambre de púas, este
cercado servía como frontera entre los distintos pueblos que había en los
alrededores, cuando salimos del territorio del pueblo, en lugar de seguir el
camino real por donde transitaban gente y animales, algunos a pie como era
nuestro caso, otros a lomos de algún caballo o macho y unos más en traila
jalada por caballos casi siempre, mi madre decidió que no nos íbamos a ir por
el camino real, así que en la primera vereda doblo hacia la izquierda y
caminamos alrededor de cien metros y agarramos un camino casi nuevo porque aún
no se marcaban bien en el suelo las ruedas de las trailas y aún tenía mucho
zacate, este camino era casi paralelo al camino grande o camino real por donde
casi todos los viajeros preferían caminar, mi madre decía que por este camino íbamos
a ahorrarnos algunos cientos de metros y sobre todo nos ahorraríamos el
encontrarnos con los viajeros, mi madre
era una persona algo reservada y prefería esta ruta, el pueblo al que nos dirigíamos
estaba a una distancia de diez kilómetros que a buen paso podríamos cubrir en
una hora, hora y media, mi madre apretó el paso, ella era muy buena para
caminar, esta ruta ya la habíamos hecho en otras ocasiones, así que cuando mi
madre apretó el paso me obligo a trotar para seguirle el ritmo, aun así me di mi
tiempo para admirar el paisaje que en aquel tiempo de lluvias estaba todo
verde, había muchas plantas y hierbas por todos lados, los arboles también
estaban verdes y cargados de flores de todos los colores, también era muy fácil
que tuviéramos algunos encuentros con conejos, liebres, ratas, ratones y gran
cantidad de pájaros que poblaban estos lugares, continuamos avanzando por el
camino, también alcance a ver varios montículos de piedritas rojas lo cual nos
avisaba que eran unos hormigueros. Los cuales apenas estaban despertando al día,
apenas se veían unas cuantas hormigas saliendo de ellos, dentro de un rato que hiciéramos
el viaje de regreso veríamos que estos hormigueros estarían atestados de
hormigas rojas y tendríamos cuidado de no aminorar el paso o pararnos cerca de
ellos porque se nos podrían subir y picarnos, la picadura de estas hormigas era
muy dolorosa y además tenían veneno y el piquete ardía y dolía mucho además de
que la zona donde picaban se hinchaba hasta verse trasparente la carne, pero
por el momento las hormigas apenas se estaba des modorrando, mi madre y yo
continuamos con nuestra travesía, ya se alcanzaban a ver las primeras casas del
pueblo a donde nos dirigíamos, antes de llegar al pueblo del lado derecho del
camino había una pequeña presa o bordo que se hacía en cada temporada de
lluvias, permanecía algunos meses pero casi siempre desaparecía antes de que
llegara el invierno, era un bordo pequeño que era más o menos una quinta parte
de la presa de mi pueblo, la de mi pueblo si que era una presa ya que se
llenaba hasta el tope en la temporada de lluvias pero permanecía con agua todo
el año por eso había varias especies de peces en sus aguas.
Pronto dejamos atrás el bordo de agua y nos empezamos a adentrar en las
casas del pueblo, la casa de mi hermana era muy conocida por nosotros porque en
su corral habían crecido tres palmas, las cuales ya tenían una altura de más de
quince metros, así que se podían ver desde cualquier punto dentro o fuera del
pueblo, pasamos las primeras casas del pueblo y pronto llegamos al arroyo que
corre dentro del pueblo, lo cruzamos y saliendo del arroyo, la primer esquina
es del terreno donde esta fincada la casa de mi hermana Lucy, doblamos en la
siguiente esquina a la derecha y a escasos treinta metros esta la puerta de
entrada a la casa, mi hermana andaba afuera de la casa barriendo enfrente de la
misma, al vernos mi hermana dejo de barrer y se encamino a encontrarnos, las
dos mujeres cayeron en un fuerte abrazo fraternal, después mi hermana me abrazo
y cargo momentáneamente, la verdad era que nos queríamos mucho además ya hacía
varios meses que nos veíamos, mi hermana nos invitó a pasar a la casa, mi madre
y yo descansamos un rato porque la verdad veníamos un poco cansados y eso que
el sol aun no calentaba mucho, cuando hiciéramos el viaje de regreso íbamos a
llegar además de cansados también asoleados, pero eso sería más tarde por el
momento, estábamos descansando, en cuanto recuperamos el aliento, mi madre saco
las cosas que traía en la rede y se los día a mi hermana entre las cosas que
recuerdo, traía un poco de tortillas, un poco de frijol crudo y también le traía
un vestidito a la hija de mi hermana que por ese tiempo debería tener como dos
años, se llamaba Olga Lidia y era una muchachilla güerilla y medio pecosa, mi
hermana también tenía un hijo casi recién nacido, tenía como tres meses y mi
madre también le llevaba a el unos pañales y una sonaja que había sido de mi hermanita
la más chica.
Después de hacer la entrega de las cosas que llevaba mi madre para mi
hermana esta última nos invitó a almorzar, nos guiso unos huevos y nos los
cominos con frijolitos y chile, también nos sirvió un té de yerbanis muy rico y
reconfortante, cuando terminamos de almorzar ellas se quedaron platicando en la
cocina y yo le dije a mi madre y hermana que iba a estar un rato en el corral,
accedieron y me dirigí al corral, mi hermana también tenía gallinas, tenía
puercos y una o dos vacas, entre las gallinas había dos que tenían pollitos,
una los acababa de tener tendrían una semana, aún estaban chiquitos, pero la
otra tenía unos pollos ya como de dos meses y medio, ya tenían el plumaje
completo, estaban de una tamaño mediano y entre el grupo vi uno que me gustó
mucho; era un pollo colorado con algunas plumas en color amarillo en el
pescuezo cerca de la cabeza y plumas negras debajo de las alas y en las patas,
sin dura iba a ser un gran gallo cuando creciera, me emocione tanto que fui por
un poco de maíz para echarles y poder admirarlo más de cerca, me la pase más de
una hora admirando este pollo, cuando mi madre me grito porque ya nos íbamos a
regresar a la casa, entre a la casa y lo primero que le dije a mi hermana fue
que me gustaba mucho uno de sus pollos de los medianos y le dije que si me lo
regalaba, mi hermana lo pensó por un momento y movió la cabeza de manera
afirmativa pero me dijo que me lo regalaba solo si podía atraparlo porque como
nunca los agarraban eran muy matreros, inmediatamente me regrese al corral y
lleve un poco de maíz y un pedazo de sobrecama que me había encontrado en el
patio de la casa de mi hermana, le eche el maíz lo más cerca de mí que pude a
los pollos y me quede sentado en culequillas y sin moverme para darles
confianza a los pollos con tan buena suerte que el pollo que me había gustado
se acercó a mi tanto que casi podía tocarlo, en ese momento le eche encima el
pedazo de sobrecama y la noche se hizo para el pollo en pleno día, agarre el
bulto y me metí contento a la casa, mi madre y mi hermana estaban platicando en
el patio y llegue con mi preciada carga, les enseñe el pollo y también a mi
madre le gusto, dijo que era un ejemplar muy bonito y que además era de buena
raza, que se parecía al papa, yo no me había fijado en ese detalle, echamos al
pollo en la rede, nos despedimos de mi hermana la abrazamos y prometiendo
volver pronto, emprendimos el camino de regreso a la casa del pueblo como a las
once de la mañana, aun no apretaba mucho el sol, empezamos a deshacer el camino
que habíamos hecho en la mañana, elegimos nuevamente el mismo camino
secundario, poco transitado a cualquier hora del día, pasamos de regreso ahora
con el bordo se agua a la izquierda, pronto llegamos a la altura de los montículos
de las hormigas y como siempre me vi tentado a llevarme algunas de estas,
desafortunadamente no llevaba conmigo algún frasco para poder transportarlas, a
mi me gustaba mucho jugar con ellas aunque a veces me llegaban a picar, no se
me quitaba la maña, en esta ocasión no podría llevarme algunas hormigas porque
no tenía en que pero en otra ocasión traería conmigo un frasco para poder
hacerlo, seguimos nuestro camino, mi madre imperturbable, caminando a buen
paso, yo con trabajos le seguía el ritmo trotando, pronto llegamos a la división
entre este pueblo llamado Carrillo y mi pueblo Antonio Amaro, cruzamos la división
y nos empezamos a adentrar en los terrenos de mi pueblo, rápidamente alcanzamos
las primeras casas del pueblo y en unos minutos estábamos entrando en nuestra
casa, llegamos cansados y asoleados, nos sentamos en la orilla de la cama para
descansar, después de unos diez minutos mi madre sirvió dos vasos de agua de la
tinaja que teníamos enterrada en la tierra al pie de uno de los árboles del jardín,
el agua estaba fresca, deliciosa y nos quitó la sed y termino por quitarnos lo
asoleado y cansado era como el medio día, mi madre se dirigió hacia la cocina, aún
tenía que preparar la comida del día de hoy, yo me dirigí hacia el corral, tenía
que hacer la presentación en esa sociedad a mi pollo que me había regalado mi
hermana, llegue al corral y lo solté lejos de las demás gallinas, de hecho ni
se dieron cuenta, el pollo se mostró un poco nervioso pero poco a poco empezó a
deambular por entre las hierbas del corral y poco a poco se fue integrando
primero con pollo casi de su edad que al principio quisieron hacerle bulling
pero ahí fue cuando mi pollo demostró que tenía un temperamento fuerte porque
les hizo frente y de hecho los hizo correr, más tarde se empezó a integrar con
las gallinas que al principio se les hizo extraño porque nunca lo habían visto
pero después de un rato y compartir la primera comida juntos terminaron por
aceptarlo, de todos modos yo estaría vigilante sobre todo a la hora de que se
iban a ir a dormir, por lo pronto me dio mucho gusto que lo hubieran aceptado,
me dedique a otras actividades ese rato hasta que llegó la hora de comer, nos
sentamos a la mesa mis hermanas, mi madre y yo, mi madre nos sirvió primero un
plato de sopa de fideo posteriormente unos chiles pasados, estos son parecidos
a los chiles rellenos solo que la diferencia es que los chiles pasados no
llevan la capa de huevo encima como los chiles rellenos, solo van rellenos de
queso, estuvieron muy ricos sobre todos al acompañarlos con frijolitos
refritos, toda una delicia, una vez que terminamos de comer, nos levantamos de
la mesa y cada quien se dirigió a continuar lo que estaba haciendo hasta antes
de comer, yo por supuesto regrese al corral a buscar a mi pollo a ver dónde
andaba, busque en todo el corral en los nopales, en los árboles, en la alta
hierba y nada mi pollo no aparecía por ningún lado, entonces me dirigí al granero
o gallinero porque ahí dormían todas las gallinas, al entrar primero me
acostumbre a la oscuridad, ya acostumbrado a lo oscuro empecé a buscar al
principio no lo vi pero conforme fui avanzando hacia el fondo lo alcance a ver
andaba en la parte de arriba donde me había escondido el otro día que habíamos
jugado a las escondidillas mi hermanita, Nino y yo, nunca supe cómo fue que
llego hasta arriba, estaba a una altura considerable tomando en cuenta que era
solo un pollo mediano, bueno pensé lo dejare en paz y salí del granero, me dirigí
nuevamente al corral, como sabemos es mi lugar favorito cuando estoy en la
casa, me entretuve viendo que la mayoría de las plantas o hierbas ya tenían
flores, había de todos los colores; entre las que reconocí había gordolobos,
aceitilla, amapolas, toloache, agritos (tréboles), malvas, chicalote, mancamula
y otras muchas que no conocía pero igual estaban floreando, se veía tan bonito
que rivalizaba con las flores del jardín, estaría atento ya que cuando dieran
fruto, mis amigos y yo usábamos algunas de ellas para jugar como los quesitos
de las malvas y los toritos del toloache, las malvas las usábamos para simular
que eran la comida y con los toritos simulábamos que eran las vacas, las tunas seguían
estando verdes aun, los duraznos igual aún no se podían comer, ya me andaba de
ganas de comer alguna fruta, aún tenía que esperarme como un mes para que la mayoría
de las frutas estuvieran en condiciones de comerse, es eso andaba cuando
escuche un ruido en el cielo y voltee para ver de qué se trataba, en lo alto
del cielo, mucho más allá de las pocas nubes que había en ese momento, se veía
la estela de vapor que van dejando los aviones que pasaban muy de vez en cuando
por los cielos de la región de los llanos, era muy difícil que alguien pudiera
avistar uno de esos aviones, además volaban tan alto que apenas se podía
apreciar la figura del avión en la punta de la línea de vapor, me quede
observándolo hasta que se perdió en el horizonte del cielo, enseguida aterrice
nuevamente en el corral de la casa, estaba en medio del hierba jal que me
llegaba hasta los hombros, casi me tapaba, seguí caminando de un lado al otro
del corral, me di cuenta que no había ningún hormiguero en el cual pudiera
atrapar algunas hormigas, porque ahora quería jugar con ellas, desde la mañana
que las había visto en el camino hacia Carrillo me había hecho a la idea que debería
atrapar algunas y jugar a que eran unas vacas y encerrarlas en un pequeño
corral, tenía que conseguirlas hoy mismo, me dirigí a la cocina iba a ver si había
un frasco, encontré uno, me lo eche a la bolsa y le dije a mi madre que si me
dejaba salir a la orilla por unas hormigas, primero me regaño, me dijo que no
anduviera jugando con las hormigas, que si me iban a picar, que si iba a andar
llorando, etcétera, pero al final me dijo que sí que tuviera cuidado, ya con el
permiso en las manos, salí de la casa y me dirigí hacia la orilla del pueblo
con rumbo a la presa, eran apenas unas tres cuadras para llegar a la orilla del
pueblo, cuando llegue a la orilla empecé a sortear la basura que se acumulaba
en esta parte del pueblo, era la basura que la gente iba a tirar, camine el
equivalente a otras dos cuadras y a lo lejos aviste el primer montículo de
hormiguero, extreme precauciones al llegar a él, con sumo cuidado saque el
frasco de la bolsa de mi pantalón, lo destape y comencé a atrapar hormigas una
por una, esto tenía que ser un movimiento rápido ya que era hecho a mano
limpia, tenías que atrapar a la hormiga y echarla dentro del frasco lo mas rápido
posible, de tan rápido que tenía que hacerse al echar al frasco varias de las
hormigas había también agarrado piedrecillas, las cuales fueron a parar al
fondo del frasco, atrape como veinte hormigas, cerré el frasco y me fui
caminando hacia el pueblo, no había caminado ni dos cuadras cuando me fije en
una línea oscura que estaba dibujada en el suelo, al irme acercando la línea se
empezó a mover, intrigado me acerque más y alcance a ver que lo que provocaba
el movimiento de la línea es que era una fila de hormigas, pero estas hormigas
eran diferentes a las que traía en el frasco, eran más esbeltas sobretodo de la
parte media del cuerpo hacia la cabeza y también eran más oscuras, las que traía
en el frasco eran de color rojo intenso y las que ahora estaba viendo en el
suelo eran de un color rojo quemado casi llegándole al negro, decidí también
atrapar algunas de estas, cuando ya llevaba diez ejemplares dentro del frasco,
me llamo la atención la fragilidad de estos animales y agarre uno más pero este
lo apreté con los dedos hasta que se deshizo, acerque los restos del animal a
mi nariz y los olí, me sorprendió que los restos de aquel animal tuvieran un
olor intenso como a miel, después me enteraría en palabras de mi madre que
estos animales se llamaban hormigas miel virgen, mi madre me explico que se
llamaban así porque igual que las abejas recolectaban el polen de las flores y
que posteriormente lo convertían en miel, me pareció algo increíble, termine de
atrapar las hormigas, cerré el frasco y empecé a deshacer el camino hacia la
casa, sin contratiempos llegue a la casa, entre y me dirigí al corral, iba a
jugar con las hormigas que recién había atrapado; primero las separe en dos
botes de lámina vacíos que tenía allí en el corral, más grandes que el frasco en
el que las traía, esto para poder maniobrar mejor con las hormigas, me asegure
que las dos especies estuvieran separadas, así que en un bote puse las rojas y
en el otro puse las negras, que bueno que en el camino no se habían hecho daño
entre ellas, acondicione una cajita de cerillos vacía como corral improvisado
para albergar a las hormigas rojas y a las hormigas negras las dejaría dentro
del bote, para hacerlas más manejables les iba a quitar la cola que es con lo
que las hormigas inoculan el veneno, cuidadosamente le fui quitando la cola a
cinco de las hormigas rojas, las eche en la cajita de cerillos y la cerré para
que no pudieran salirse, enseguida le quite las colas a cinco de las hormigas
negras, a estas las deje en el mismo bote, después tome a una de las hormigas
rojas y a una de las hormigas negras con mucho cuidado con los dedos pulgar e índice
de cada mano, agarradas del huesito que les había quedado al cortarles las
colas y las coloque frente a frente, la hormiga roja inmediatamente abrió las mandíbulas
con la intención de agarrar a la hormiga negra, la hormiga negra también abrió
las mandíbulas per eran más chicas que las de la otra hormiga; aun así las
acerque más hasta que sus mandíbulas se trabaron, entonces las solté en el
suelo; lo que quería ver es cuál de las dos era más fuerte, las hormigas
instintivamente trataron de jalar a su oponente y se enfrascaron en un jaloneo
que duro como tres minutos, poco a poco la hormiga roja se fue imponiendo en
base a su mayor corpulencia y llego un momento que levanto en vilo a su
oponente y al perder el piso la hormiga negra ya no pudo poner resistencia, así
que el primer duelo lo gano la hormiga roja, a estas dos hormigas las puse
aparte porque aún no se soltaban, de repente se me ocurrió hacer algo más
osado, atrapar una mosca, quitarle las alas y echarla en el frasco donde aún tenía
a las quince hormigas rojas, trataría que la mosca que atrapara fuera de las
grandes, tenía la facilidad de poder atrapar a las moscas cuando estas se
paraban en alguna superficie, me acerque a la barda de adobe y espere
pacientemente a que una mosca con las características deseadas se parara, se
pararon varias pero en los primeros intentos no logre atraparla, eran muy rápidas,
fue hasta el quinto intento que fui más rápido que la mosca en cuestión, la
atrape entre los dedos de mi mano, cuidadosamente le quite las alas y abrí el
frasco de las hormigas rojas, eche a la mosca y esta inmediatamente trato de
ponerse a buen recaudo de las hormigas trepando por las paredes del frasco y
llegando hasta la tapa, me vi obligado a sacudir varias veces el frasco para
que la mosca cayera hasta donde estaban las hormigas, la mosca al no tener alas
la única arma que tenía para defenderse era su velocidad y sus saltos con los
cuales varias veces evito que las hormigas la atraparan pero al final la
atraparon, a la primer hormiga que la atrapo se unieron varias más y llego un
momento que a la mosca la traían seis hormigas, no paso mucho rato para que la
mosca muriera víctima de las mordidas infringidas por las hormigas, sin contar
que estas hormigas aun tenían su cola y fácilmente le podían haber inoculado su
veneno, deje el frasco y regrese con las hormigas negras a su bote, las pobres
ya se veían muy asoleadas, también les eche un ojo a las hormigas que estaban
trenzadas en la lucha, la hormiga negra ya estaba muerta y la hormiga roja ya
la había soltado, en ese momento me percate que el sol ya iba a empezar a
ocultarse, tenía que aprovechar ese momento y antes de que se ocultara tenía
que buscar a mi pollo, quería darle a comer a las hormigas que habían sobrado,
eche todas las hormigas en uno de los botes y me dirigí al granero, en la
entrada estaba el pollo, me acerque lo más que pude y vacié las hormigas en el
suelo, al verlas el pollo se abalanzó sobre ellas; pero también las otras
gallinas habían observado la acción y se acercaron rápidamente a compartir la
comida, llegaron tan rápido y eran tantas que al pollo solo le tocaron tres
hormigas, las demás se las comieron las otras gallinas, recogí los botes, el
frasco y la cajetilla de cerillos vacía y los guarde, más adelante me servirían
para otros juegos, ya estaba oscureciendo, el corral se estaba quedando en
penumbras, yo era enemigo de la oscuridad ya que esta me daba pavor, en los
pueblos al no haber electricidad dependíamos de la luz de la luna para poder
medio ver en la oscuridad de las noches, había veces que la luna no salía y en
esas noches la oscuridad era casi total, si se trataba de hacer de mis
necesidades fisiológicas en la noche yo prefería hacerlas más temprano cuando todavía
se veía, entre en la casa, mis hermanas ya habían prendido el aparato y aunque
la luz que este emitía era muy pobre estábamos acostumbrados a ver con esa poca
luz nocturna, esa noche cenamos solamente un pan blanco con un jarro de café,
mi madre casi nunca quería que cenáramos café porque decía que luego no íbamos
a poder dormir, por lo menos en esta ocasión tuvo razón, cuando nos fuimos a la
cama no pude conciliar el sueño, así me la pase hasta como a las tres de la
mañana que me fui quedando dormido, por la mañana no me quería levantar todavía
tenía mucho sueño pero tuve que hacerlo, me levante más amodorrado que de
costumbre ni lavarme la cara con agua fría me lo pudo quitar, me senté a la
mesa de la cocina y descubrí que aún quedaba café, le dije a mi madre que si podía
tomar café con leche, me dijo que si, acompañe mi huevo con frijoles con chile
con un buen jarro de café con leche, todo estuvo muy sabroso, sin saber al
tomar otra vez café este me iba a reanimar y dicho y hecho no había pasado ni
media hora después de que terminamos de almorzar cuando me empecé a sentir
lleno de vitalidad y fuerza, con ganas de empezar a jugar aunque fuera solo no
importaba, siempre pensé que me había hecho falta un hermano más acorde con mi
edad, a veces me ponía a pensar todo lo que ese hermano y yo pudimos haber
hecho juntos, todos los juegos que pudimos compartir y todas las aventuras que
pudimos vivir pero ni modo la vida es así yo tenía una hermanita menor que yo
con la que me llevaba muy bien pero no era lo mismo, además sabía que la
hermana inmediatamente mayor que yo se había muerto cuando acababa de nacer
porque han de saber que mi hermana Mary me lleva cuatro años, la verdad es que
un hermano más o menos de mi edad me había hecho mucha falta, hubiera sido mi
compañero de juegos, mi cómplice en las travesuras, mi confidente, alguien a
quien platicarle por ejemplo lo que sentía al ver a Thelma mi vecinita, esto no
lo podía platicar con mis hermanas; no era que no les tuviera confianza pero no
es lo mismo platicarles eso a ellas que a un hermano o a un amigo como Nino con
ellos te abres más, con ellos al pensar parecido puedes incluso pedirles un
consejo, ellos te comprenden mejor, esos eran mis pensamientos acerca de la
hermandad, con mi hermano mayor si platicaba pero solo de cosas banales o cosas
familiares, nunca tuvimos una plática de amigos, debido a la diferencia de
edades los intereses eran muy diferentes a pesar de que yo a pesar de mi edad fácilmente
podía haber tenido estas pláticas con él, les voy a platicar acerca de mi
hermano, cuando él era más chico y estaba en edad de ir a la escuela no lo había
aprovechado, en lugar de irse a la escuela se iba de pinta con los amigos o con
los papas de la chica con la que se iba a casar mi hermano Manuel y allí se entretenía
ayudándoles en lo que podía, allí con ellos mi hermano aprendió a montar a
caballo, incluso cuando ya estaba más grande aprendió a domar caballos brutos,
para cuando mis padres se dieron cuenta de que mi hermano no asistía a la
escuela ya era demasiado tarde, mi madre se apersono en la escuela para rogar
que lo aceptaran pero ya habían pasado varios años y mi hermano había crecido,
ya no lo aceptaron por grandote, precisamente en este tiempo cuando yo ya había
aprendido a leer y a escribir mi madre me había pedido que enseñara a mi
hermano a leer y a escribir, así que la próxima vez que me llevaran a la pastoría
me llevaría lápices y cuadernos para empezar con las clases particulares, yo
iba a ser el maestrito y él iba a ser el alumnote, más adelante les contare
nuestras peripecias en esta nueva faceta de un servidor.
Bueno
después de hacer este comentario acerca de mis hermanos, me dirigí por enésima
ocasión al corral, el lugar por excelencia para todos los juegos imaginables,
con mis amigos que a veces me visitaban habíamos jugado a las canicas, al bebe
leche, a brincar la reata, a las escondidillas, a la casita, a construir casas
y bodegas, con las hormigas, a la comidita, a la rueda; por cierto ya que
menciono a la rueda ya tenía mucho tiempo que no veía mi rueda y el alambre con
el que la manejaba, era un excelente juego de destreza en el cual tenías que
empujar un poco la rueda para que comenzara a girar y después tenías que seguir
empujándola y guiándola con el gancho, yo me jactaba de ser muy bueno para
hacerlo, tenía la leve sospecha de que la rueda estaba debajo de mi cama, sin más
me dirigí al cuarto, me asome bajo la cama y oh sorpresa ahí estaba la rueda
con su respectivo gancho, rápidamente la saque y me dirigí nuevamente al
corral, el corral era como mi cuartel general donde me la pasaba casi siempre,
cheque que tanto la rueda como el gancho estuvieran en buenas condiciones y empecé
a jugar, al principio daba un poco de trabajo hacer que la rueda empezara a
rodar o girar pero una vez agarrándole el toque era difícil que se te cayera o
dejara de rodar, todo lo controlabas con el gancho, empujándola para que rodara
más rápido y también controlabas las vueltas a izquierda y derecha, podía manejarla
en terrenos planos pero también en terrenos accidentados donde hubiera piedras
que sortear, bajadas, subidas, hoyos en el suelo, montones de tierra y hasta
adobes; todos estos obstáculos los podía sortear fácilmente o pasarles por
arriba y seguir mi camino, a veces podía manejar la rueda hasta por más de
media hora sin interrupciones o hasta que me aburría, después de jugar un buen
rato en el corral, se me ocurrió salir a manejarla en la calle, me las ingenie
para que mi hermanita que andaba cerca me abriera el portón; el chiste era
salir de la casa sin dejar de rodar la rueda, salí de la casa y tome la dirección
de la tienda de Tomas, doble en la esquina a la izquierda y continúe mi camino
hasta la otra esquina, en esta también doble a la izquierda; llevaba ya dos
esquinas, continué y en la siguiente esquina una vez más di vuelta a la
izquierda, ya solo me faltaba una esquina, por enésima ocasión volví a dar
vuelta a la izquierda la idea era regresar a la casa por el lado opuesto a por
donde había salido para empezar a dar la vuelta a la manzana, al llegar a la
altura del portón de la casa, detuve la rueda y se me ocurrió voltear hacia
arriba y me quede viendo fijamente unos cables que pasaban por enfrente de la
casa a una altura considerable, quizá unos diez metros, masi el doble de altos
que el mezquite que estaba enfrente de la casa y este ya era adulto, me fije
bien y me di cuenta que estos cables iban del poste que estaba en la esquina
por la que acababa de dar vuelta y llegaban hasta el poste en la esquina por
donde había dado la primer vuelta, baje la cabeza; me quede pensando por un
momento, levante la cabeza nuevamente y sin saber por qué lo hice girar varias
veces el gancho que aun traía en la mano derecha y zas lo solté en dirección a
los cables que les dije, en el momento en que hicieron contacto el gancho con
los cables se oyó un ruido como de un chasquido y el gancho salto hecho pedazos
entre chispas de lumbre o fuego, yo me lleve instintivamente las manos a la
cabeza para protegerla, cerré los ojos y baje la cabeza, cuando los volví a
abrir aún se percibía el humo que se había formado con el contacto del gancho y
los cables, en el piso pude observar un pedazo mínimo del alambre con el que
estaba hecho el gancho, el alambre aún estaba caliente, lo volví a soltar y
espere como tres minutos para volver a agarrarlo, ya estaba tibio y pude
observar que el pedazo de alambre presentaba huellas de las quemaduras en sus
extremos entre manchas de humo u hollín, ese día descubrí lo que era la
electricidad, también descubrí que ya tenía varios años la electricidad en el
pueblo pero esta estaba prohibida para los habitantes comunes y solo la usaban
en la escuela, en la comisaria y en la presidencia municipal, ya que estas pertenecían
al municipio y no pagaban por el servicio, todos los demás habitantes del
pueblo nos las teníamos que arreglar sin el servicio de electricidad que nos
serian de gran utilidad para alumbrarnos en la noche con focos o lámparas
porque solo para eso la utilizaríamos ya que casi nadie tenía en sus casas televisión,
consola o tocadiscos que fueran eléctricos, con trabajos teníamos radio y este
funcionaba con pilas, solo los más pudientes tenían electricidad en su casa
como con Jesús Valenzuela, el tenia tienda, tenía el único teléfono del pueblo
y tenía televisión en su casa, que por cierto ya les conté que cobraba para
poder dejarnos entrar a verla, volví a la realidad mirando nuevamente el pedazo
de alambre que sostenía con mi mano derecha, ese día me di cuenta que además de
saber lo que era la electricidad también me di cuenta que esta podía llegar a
ser peligrosa para la gente; si esta no la usaba de una manera adecuada, triste
por haber perdido mi gancho después de mucho tiempo de poseerlo, entre por el portón
de la casa, una vez dentro pensé para mis adentros ¡que rápido pasa el tiempo!
ya casi es la hora de comer, fui a guardar mi rueda ya sin su gancho mientras
pensaba que después buscaría un buen pedazo de alambre para hacer otro gancho, metí
la rueda debajo de la cama y me salí nuevamente al patio de la casa, busque con
la mirada a mi pollo, el que me había regalado mi hermana Lucy, el pollo ya
andaba emparrandado con otros pollos de su edad y andaban enfrente del granero,
les prepare su comida otra vez como con un kilo de tortillas medio duras y
agua, espere a que se remojaran bien, las hice pedazos y me dispuse a llamar a
todas las gallinas a comer, enseguida llegaron y les empecé a arrojar las
tortillas remojadas y a pesar de que habían andado de aquí para allá, comiendo
gusanos, lombrices, hormigas, pasto, hierbas y otros insectos toda la mañana,
dieron cuenta rápidamente de esta comida que les había preparado, se la
terminaron en menos de lo que canta un gallo, termine de alimentarlas, la tina
estaba vacía, iría por un poco de maíz para complementar su alimentación, me dirigí
al granero, en la parte alta había todavía varios costales de maíz, abrí uno de
ellos, le saque como un kilo de maíz, lo volví a cerrar y regrese al lugar
donde estaban la mayoría de las gallinas, les empecé a suministrar el maíz poco
a poco y estas fueron también poco a poco dando cuenta también de este, cuando
termine de hacerlo guarde la tina donde había preparado el alimento y puesto el
maíz, camine hacia el corral y me senté en unos adobes a la sombrar de un
huizache para descansar un poco después de pasarme toda la mañana jugando de un
lugar a otro, pensé mañana Sábado es día en que mi hermano viene de la pastoría
por provisiones, seguramente el Lunes se va a regresar y también seguramente yo
me voy a ir con él porque ya no siento dolor en la nalga donde me pusieron la
vacuna, ya estaba listo para regresar a la pastoría a continuar ayudándole a mi
padre, por cierto tenía que preparar el cuaderno y el lápiz con el que le iba a
dar clases a mi hermano para que aprendiera a leer y a escribir, en eso estaba
pensando cuando escuche a mi madre que nos llamaba a comer, mi madre había
preparado una sopa como la de las reliquias de varias sopas y además había
hecho asado, el asado es un guisado parecido al adobo, llevaba carne de puerco,
en chile rojo, casi siempre era costilla y pulpa o maciza ; este casi siempre
lo hacia la gente en las reliquias o festividades de algún santo o virgen y también
en las fiestas como quince años, cumpleaños, primeras comuniones, salidas de la
escuela o bodas, yo sabía que cuando hacían este tipo de comida era porque había
algo que celebrar y no me equivoque mi madre nos avisó que había invitado a
unos vecinos a comer, eran tres, los conocía de vista, una de ellas era la
muchacha que era novia de mi tío Lupe, el de Cieneguilla y los otros dos eran
sus papas, al parecer ya iban a tratar o iban a hacer la cita para la pedida de
mano, se acuerdan que les dije que mi tío quería que mis padres le hicieran el
favor de pedir la mano de Belén que así se llamaba aquella muchacha regordeta,
ella era hermana de otras dos muchachas mayores que ella que vendían raspados
en la última esquina en la que había dado vuelta yo con mi rueda hacia un rato,
nos sentamos a la mesa, esto es un decir porque con la visita en esta ocasión
de estos señores y su hija a mi hermanita y a mí nos había tocado sentarnos en
un costal en el suelo, cualquier sacrificio era poco con tal de comer como lo íbamos
a hacer en esta ocasión, y vaya que la ocasión era especial porque mi madre también
había traído algunos refrescos de la tienda, yo ni me había dado cuenta con lo
ocupado que había andado jugando toda la mañana, más que otros días la comida
estuvo más que deliciosa, estuvo exquisita, sobre todo porque a mi me había
tocado también un vaso de Coca, la Coca la tomábamos muy de vez en cuando, solo
cuando había algo que celebrar o cuando había algún compromiso que hacer como
en esta ocasión; terminamos de comer mi madre nos pidió a mis hermanas y a mí
que nos saliéramos a jugar al patio para platicar con los señores, con nosotros
también se salió Belén, y se quedó platicando con mis hermanas, yo me fui
nuevamente a la sombra en la que estaba descansando antes de comer, después de
estar un buen rato sentado en esa sombra me aburrí y empecé a idear algo con
que entretenerme, me subí a la barda que daba con la casa de Lipe, así le decían
al señor que vivía allí, aunque su nombre era Felipe, me fui caminando sobre la
barda hasta donde se pegaba con la barda de la casa de la señora Consuelo, ella
era amiga de mi madre y en más de una ocasión yo había jugado con uno de los
hijos de Consuelo, se llamaba Luis, le grite más de una vez pero al parecer no
se encontraban ya que nadie salió, mejor salieron de la casa de Lipe y me
regañaron porque andaba arriba de su barda, les dije que la barda era de mi
casa pero amenazaron con darle la queja a mi madre y opte por bajarme no sin
antes hacerles un gesto, sin darles tiempo de nada de un brinco me baje de la
barda, me quede atento un buen rato a ver si tocaban a la puerta o al porton y
eran ellos para darle la queja a mi madre, paso un buen rato y supe que no irían
de chismosos, fui al cuarto saque mis canicas y me puse a jugar a la rueda, iba
a jugar asumiendo dos personalidades y que estas se enfrentaban entre sí, este
tipo de juegos con uno mismo son algo difíciles de llevar a cabo porque ambas
personalidades quieren ganar, así que el juego iba a estar interesante, saque
del cajón mis mejores canicas y las eche adentro de la rueda, eran diez canicas
de las llamadas tréboles, yo era Juan y mi contrincante se llamaba Pablo, Pablo
tuvo suerte ya que me gano el tiro inicial, tiro y logro encadenar una serie de
tiros hasta ganar siete canicas, enseguida tire yo sacando las tres restantes,
volvimos a jugar ahora seria de tres canicas cada quien, que eran las que tenía
yo, en esta ocasión le gane la oportunidad de tirar primero, cuando hice el
primer tiro me concentre, tenía que ganarle y así lo hice entre mi destreza, mi
habilidad para el juego y la suerte lo deje en cero y saque las seis canicas a él
le quedaban cuatro canicas y esa cantidad apostamos, ahora le toco tirar
primero pero cuando hizo su tiro yo hice ruido y brinque con tan buenos
resultados para mí que Pablo erro su tiro se salida, enseguida tire yo y pos más
ruidos y pantomimas que me hizo acerté el primer tiro y luego encadene seis
tiros ganadores así que saque siete canicas y le deje solo una, para el último
juego el aposto solo dos canicas incluyendo con la que tirana, también en esta ocasión
tuve suerte y tire primero él tuvo que depositar la canica con la que tiraba al
centro de la rueda, nuevamente acerté en el primer tiro y encadene los otros
tres tiros y me gane las cuatro canicas que estaban en disputa en este juego, así
que le gane y lo deje en ceros, ya no tuvo canicas que apostar, Pablo se me
quedo mirando fijamente y me dijo te compro todas tus canicas, le devolví la
intensa mirada y le dije que cuanto me ofrecía por ellas, me contesto que me daría
un peso por las doce canicas, le conteste que no las vendería por menos de uno
cincuenta, me dijo que estaba bien que me daría uno cincuenta pero que tendría
que esperarlo porque en ese momento no traía nada de dinero, empecé a reírme,
de todo lo que yo era capaz con tal de divertirme, Pablo no era real era
producto de mi imaginación y en este momento mientras dirigía a mí una mirada
de consternación lo desaparecí con un abrir y cerrar de ojos, me quede solo en
medio del corral y procedí a recoger mis canicas y guardarlas en su bolsita,
las lleve hasta el cajón que estaba a los pies de mi cama en el cuarto, las
deposite al lado de mis demás juguetes, cerré el cajón y me volví a salir, en
esos momentos ya se estaban despidiendo los papas de Belén y ella misma, mi
madre nos llamó para despedirnos, les saludamos y estos salieron de la casa, ya
habían acordado con mi madre la cita para ir a su casa cuando regresara mi
padre para pedir la mano de su hija para mi tío Lupe, mi madre posteriormente
nos diría que la cita seria para dentro de mañana en ocho o sea seria en Sábado
y faltaban ocho días o sea que mi padre tendría que venir el próximo Viernes de
la pastoría junto con mi hermano y seguramente yo también vendría con ellos
porque seguramente el día Lunes nos iríamos a la pastoría mi hermano y yo.
Llego rápidamente
la noche, cenamos lo que había quedado de la comida con un vaso de atole de
maicena que había preparado mi madre y al terminar nos dispusimos a dormir, esa
noche dormí plácidamente desde que mi cabeza toco la almohada hasta que me
despertaron los primeros rayos del sol, iban a ser las ocho de la mañana cuando
me levante de la cama, el almuerzo no tuvo cosas dignas de contar, mi madre me pidió
que la acompañara a la tienda a comprar algunas cosas para hacer la comida y
para la despensa que mi hermano se iba a llevar a la pastoría, en ese momento recordé
que eta vez lo más seguro es que yo también me fuera a la pastoría con él,
salimos mi madre y yo de la casa, llevábamos dos bolsas para el mandado, de las
llamadas redes, al parecer íbamos a traer mucho mandado, caminamos algunas
cuadras hacia la parte baja de pueblo y entramos a una tienda bien surtida, más
grande que la de Don Tomas, no me acuerdo el nombre de la tienda ni el nombre
del dueño o dueña, mi madre pidió varias bolsas de sopa, una barra de queso, un
kilo de café, compro también canela, diez sobres de maicena, dulce piloncillo, azúcar,
una caja de chocolate abuelita, tres kilos de manteca de puerco y algunas otras
cosas, total que salimos bien cargados de la tienda y mi madre aprovecho para
pasar por el correo para ver si tenía carta, le dieron una carta de mi hermano
Manuel que venía desde la ciudad de México, salimos del correo y emprendimos el
regreso a la casa, llegamos cansados y asoleados, parte del mandado mi madre lo
iba a mandar a la pastoría con mi hermano y conmigo el próximo Lunes, ya casi
terminaba el mes de Junio, el frijol y el maíz en la labor ya debían estar muy
grandes, le ayude a mi madre a separar el mandado que nos íbamos a llevar a la pastoría,
lo guardamos y quedo listo para partir el día Lunes, mi madre se retiró al
cuarto para leer la carta que le había enviado mi hermano Manuel, yo me dirigí
hacia el corral como lo hacía siempre que quería ponerme a jugar o a caminar un
rato checando si los árboles frutales ya tenían fruta madura, observar a las
gallinas, ver si mi pollo estaba contento o si se veía triste, apenas estaba buscándolo
cuando escuche que tocaban en el portón, de lejos alcance a ver que era mi
hermano que ya llegaba de la pastoría, corrí a abrirle, ya venían saliendo de
la casa mis hermanas y mi madre, abrí una de las hojas del portón para que mi
hermano entrara con todo y caballo, nos dio mucho gusto que mi hermano llegara
porque casi siempre que venía traía cosas, la vez pasada había traído elotes,
en esta ocasión había traído un conejo grande como veríamos más adelante, bajo
las cosas que traía cargadas en las alforjas del caballo y en un costal que también
bajo, además del conejo también traía un manojo grande de Yerbanis porque ya
casi no teníamos en la casa, mi hermano quería que hiciéramos el conejo el
mismo día de hoy porque lo había cazado un día antes, mi madre se lo llevo para
empezar a pelarlo, mientras mis hermanas metían el manojo de yerbanis a la
cocina, yo agarre las riendas del caballo en lo que mi hermano lo desensillaba,
una vez que termino le quito la rienda y el caballo como en otras ocasiones
troto hacia el corral para saludar a sus compañeros que estaban ahí, mi madre
me grito y me dijo que juntara leña seca porque el conejo lo iba a preparar
para hacerlo a la leña, o sea lo iban a dorar entre dos palos puestos de forma
vertical y otro que atravesara el cuerpo del conejo encima los primeros, ya en
otras ocasiones habíamos degustado conejo de esta forma pero en la pastoría, la
carne sabia realmente deliciosa asada de esta forma, junte la leña y las
piedras que íbamos a poner para hacer la lumbre, mi hermano me ayudo a hacer la
lumbre, mi madre mientras tanto había terminado de pelar el conejo y ya le había
sacado los intestinos y lo había lavado, después hizo una mezcla de manteca con
un poco de sal y ajo y con esto comenzó a frotar el cuerpo del conejo, supuse
que esto era para darle sabor a la carne, mi madre escogió el palo con el que
iba a atravesar al conejo lo lavo y en seguida atravesó al conejo desde el
hocico hasta el ano y lo puso al fuego lento que mi hermano y yo ya habíamos
logrado que ardiera, más bien eran más brasas que lenguas de fuego lo que iba a
hacer que el conejo se asara, al parecer en esta ocasión íbamos a comer en el
patio, sacamos algunas sillas y la mesa de la cocina para que estuviera lista,
en cuanto el conejo estuviera listo comeríamos; mientras yo me dirigí al
corral, le iba a dar de comer al caballo, le arrime un poco de tazole , el
caballo empezó a comerlo de buena gana, se lo termino y se me quedo viendo
pensando solo esto me irán a dar? Pero no, lo sorprendí cuando me vio irme
hacia el granero, salí con una brazada de paja, y se la eche al caballo, este
se puso feliz y continuo comiendo, una vez que termino se echó a descansar bajo
la sombra que daba uno de los árboles, apenas había acabado de comer el caballo
y escuche que mi madre nos gritaba que ya fuéramos a comer, además del conejo
que ya estaba asado mi madre había tatemado unos chiles anchos en las brasas
que habían sobrado del fuego que habíamos hecho mi hermano y yo, esto lo íbamos
a acompañar con una agua de limón que una de mis hermanas había preparado, nos
dispusimos a comer, cada quien iba a agarrar la pieza del conejo que quisiera,
yo me despache con una pierna, las tortillas también se calentaron en las
brasas que habían quedado, todo estuvo de primera y una vez que terminamos de
comer, mi madre aprovecho y nos dijo que aprovechando que estábamos todos
juntos, nos iba a dar una noticia, nos informó que había recibido una carta de
mi hermano Manuel en la que le decía que ya quería casarse que la próxima
semana iba a venir de la ciudad de México para que le hicieran el favor de
pedirle a la novia, ya todos sabíamos que la novia de mi hermano Manuel era
Jovita una muchacha vecina que era hija de Don Luciano Carlos, se acuerdan a
donde se iba mi hermano Alejandro cuando no iba a la escuela? Pues si, se iba
con ellos, ahora íbamos a emparentar con ellos, mi madre nos dijo que mi
hermano Manuel quería casarse en el mes de Octubre, se acuerdan que también mi tío
Lupe y Belén se iban a casar, aun no sabíamos cuándo pero íbamos a tener dos
bodas en los próximos meses, mi madre también nos comunicó que mi padre iba a
tener que venir de la pastoría la próxima semana porque mi hermano Manuel iba a
estar aquí para pedir a su novia, mi tío Lupe quería que a su novia la pidieran
en quince días y también iba a venir en dos semanas, bueno pues eran buenas
noticias las que nos acababa de dar mi madre, así que en poco tiempo íbamos a
estar atareados en preparativos, la boda de mi hermano iba a hacerse en la casa
y casi estoy seguro que la boda de mi tío iba a ser en la casa también, supongo
que teníamos que conseguir unas mesas y sillas porque en la casa solo teníamos
dos mesas, la de la cocina y la que teníamos en el cuarto donde poníamos el
nacimiento con cuatro sillas cada una, para un acontecimiento de esta envergadura
yo me imaginaba que se iban a requerir por lo menos unas ocho mesas con cuatro
o seis sillas cada una o improvisar con unos tablones y unas vigas de madera
lugares como para cincuenta personas, mi padre tenía en el granero tablones y
vigas yo creo que iba a ser la segunda opción ya que era la más viable, mi
familia y yo ya habíamos ido a varias bodas a las que nos habían invitado, la mayoría
las habían hecho en las casas de los novios, aunque los que tenían dinero podían
rentar el salón de baile “Las Conejeras”, este era más bien una bodega donde
guardaban el frijol que pertenecía al pueblo y lo rentaban para fiestas o
bailes cuando este no tenía costales almacenados, en este tiempo como aun no
terminaban las cosechas, estaba vacío, seria a finales de Noviembre cuando lo
iban a volver a llenar.
Rápidamente
paso el fin de semana sin nada relevante que contar y llego el Lunes, día de
partir hacia la pastoría, ese día nos mi madre y mi hermano se levantaron más
temprano que de costumbre, los demás nos quedamos un rato más en la cama, yo me
volví a dormir, faltaba como una hora para que me levantara, cuando abrí los
ojos ya estaba amaneciendo, ya iban a ser las siete de la mañana, mis hermanas
ya se habían levantado, yo fui el último en hacerlo, mi madre ya me estaba
esperando en la cocina para darme de almorzar, almorcé apresuradamente, prepare
mis cosas, llevaba un morral donde había echado mis pertenencias, juguetes, un
cuaderno y dos lápices, ya había terminado de preparar mis cosas cuando escuche
el grito de mi hermano, decía que ya saliera porque se nos hacía tarde para
irnos a la pastoría, me despedí de mis hermanas y de mi madre, salí al patio,
mi hermano me ayudo a montar en ancas del caballo, una de mis hermanas nos
abrió el portón y partimos hacia la pastoría…Hasta aquí la narración del tercer
capítulo del libro Memorias de mi niñez, hasta el próximo.