lunes, 1 de agosto de 2016

Memorias de mi niñez Capítulo 3 “En la casa del pueblo 2”.

Así continuaron pasando los días en el pueblo, aunque no había pasado nada extraordinario en estos días para mi todos los días eran una nueva oportunidad de hacer algo nuevo, siempre encontraba cosas por hacer todos los días, el día de hoy Viernes por ejemplo, nos habíamos levantado temprano, aun no salía el sol, mi madre me había dicho la noche anterior que el día de hoy íbamos a ir a Felipe Carrillo Puerto a visitar a mi hermana Lucia, ya tenía tiempo que no la visitábamos y mi madre se encontraba un poco intranquila, así que mi madre ya tenía preparadas las cosas que íbamos a llevar, aunque ya había transporte que nos podía llevar a Carrillo, este tenía un costo y como estaba la economía de la casa, no nos podíamos dar ese lujo; en caso de que hubiéramos tenido dinero para el pasaje, tendríamos que irnos en el camión del pueblo que teniéndolo uno de los vecinos había decidido hacer viajes del pueblo hasta Victoria, cobrando algo así como un peso por persona, era un viaje de poco más de treinta kilómetros, que el autobús cubría en poco menos de una hora ya que se iba despacio porque aún no había carretera y era un camino real de tierra y también piedras, porque vaya que había piedras tanto en el pueblo como en los alrededores y también en los pueblos vecinos, deje de pensar en eso cuando mi madre me dijo que teníamos que partir, aún estaba un poco oscuro, cuando salimos de la casa, doblamos en la primer esquina hacia la derecha con rumbo a la orilla del pueblo ya que por ahí pasaba el camino que nos llevaría primero hasta la puerta de salida del terreno que pertenecía al pueblo, este estaba trazado con un cercado de piedras en la parte que estaba más cerca a la puerta, ya que mientras más se iba alejando de la puerta este cercado de piedras se convertía solo en un cercado de troncos de árbol de huizache y alambre de púas, este cercado servía como frontera entre los distintos pueblos que había en los alrededores, cuando salimos del territorio del pueblo, en lugar de seguir el camino real por donde transitaban gente y animales, algunos a pie como era nuestro caso, otros a lomos de algún caballo o macho y unos más en traila jalada por caballos casi siempre, mi madre decidió que no nos íbamos a ir por el camino real, así que en la primera vereda doblo hacia la izquierda y caminamos alrededor de cien metros y agarramos un camino casi nuevo porque aún no se marcaban bien en el suelo las ruedas de las trailas y aún tenía mucho zacate, este camino era casi paralelo al camino grande o camino real por donde casi todos los viajeros preferían caminar, mi madre decía que por este camino íbamos a ahorrarnos algunos cientos de metros y sobre todo nos ahorraríamos el encontrarnos  con los viajeros, mi madre era una persona algo reservada y prefería esta ruta, el pueblo al que nos dirigíamos estaba a una distancia de diez kilómetros que a buen paso podríamos cubrir en una hora, hora y media, mi madre apretó el paso, ella era muy buena para caminar, esta ruta ya la habíamos hecho en otras ocasiones, así que cuando mi madre apretó el paso me obligo a trotar para seguirle el ritmo, aun así me di mi tiempo para admirar el paisaje que en aquel tiempo de lluvias estaba todo verde, había muchas plantas y hierbas por todos lados, los arboles también estaban verdes y cargados de flores de todos los colores, también era muy fácil que tuviéramos algunos encuentros con conejos, liebres, ratas, ratones y gran cantidad de pájaros que poblaban estos lugares, continuamos avanzando por el camino, también alcance a ver varios montículos de piedritas rojas lo cual nos avisaba que eran unos hormigueros. Los cuales apenas estaban despertando al día, apenas se veían unas cuantas hormigas saliendo de ellos, dentro de un rato que hiciéramos el viaje de regreso veríamos que estos hormigueros estarían atestados de hormigas rojas y tendríamos cuidado de no aminorar el paso o pararnos cerca de ellos porque se nos podrían subir y picarnos, la picadura de estas hormigas era muy dolorosa y además tenían veneno y el piquete ardía y dolía mucho además de que la zona donde picaban se hinchaba hasta verse trasparente la carne, pero por el momento las hormigas apenas se estaba des modorrando, mi madre y yo continuamos con nuestra travesía, ya se alcanzaban a ver las primeras casas del pueblo a donde nos dirigíamos, antes de llegar al pueblo del lado derecho del camino había una pequeña presa o bordo que se hacía en cada temporada de lluvias, permanecía algunos meses pero casi siempre desaparecía antes de que llegara el invierno, era un bordo pequeño que era más o menos una quinta parte de la presa de mi pueblo, la de mi pueblo si que era una presa ya que se llenaba hasta el tope en la temporada de lluvias pero permanecía con agua todo el año por eso había varias especies de peces en sus aguas.
Pronto dejamos atrás el bordo de agua y nos empezamos a adentrar en las casas del pueblo, la casa de mi hermana era muy conocida por nosotros porque en su corral habían crecido tres palmas, las cuales ya tenían una altura de más de quince metros, así que se podían ver desde cualquier punto dentro o fuera del pueblo, pasamos las primeras casas del pueblo y pronto llegamos al arroyo que corre dentro del pueblo, lo cruzamos y saliendo del arroyo, la primer esquina es del terreno donde esta fincada la casa de mi hermana Lucy, doblamos en la siguiente esquina a la derecha y a escasos treinta metros esta la puerta de entrada a la casa, mi hermana andaba afuera de la casa barriendo enfrente de la misma, al vernos mi hermana dejo de barrer y se encamino a encontrarnos, las dos mujeres cayeron en un fuerte abrazo fraternal, después mi hermana me abrazo y cargo momentáneamente, la verdad era que nos queríamos mucho además ya hacía varios meses que nos veíamos, mi hermana nos invitó a pasar a la casa, mi madre y yo descansamos un rato porque la verdad veníamos un poco cansados y eso que el sol aun no calentaba mucho, cuando hiciéramos el viaje de regreso íbamos a llegar además de cansados también asoleados, pero eso sería más tarde por el momento, estábamos descansando, en cuanto recuperamos el aliento, mi madre saco las cosas que traía en la rede y se los día a mi hermana entre las cosas que recuerdo, traía un poco de tortillas, un poco de frijol crudo y también le traía un vestidito a la hija de mi hermana que por ese tiempo debería tener como dos años, se llamaba Olga Lidia y era una muchachilla güerilla y medio pecosa, mi hermana también tenía un hijo casi recién nacido, tenía como tres meses y mi madre también le llevaba a el unos pañales y una sonaja que había sido de mi hermanita la más chica.
Después de hacer la entrega de las cosas que llevaba mi madre para mi hermana esta última nos invitó a almorzar, nos guiso unos huevos y nos los cominos con frijolitos y chile, también nos sirvió un té de yerbanis muy rico y reconfortante, cuando terminamos de almorzar ellas se quedaron platicando en la cocina y yo le dije a mi madre y hermana que iba a estar un rato en el corral, accedieron y me dirigí al corral, mi hermana también tenía gallinas, tenía puercos y una o dos vacas, entre las gallinas había dos que tenían pollitos, una los acababa de tener tendrían una semana, aún estaban chiquitos, pero la otra tenía unos pollos ya como de dos meses y medio, ya tenían el plumaje completo, estaban de una tamaño mediano y entre el grupo vi uno que me gustó mucho; era un pollo colorado con algunas plumas en color amarillo en el pescuezo cerca de la cabeza y plumas negras debajo de las alas y en las patas, sin dura iba a ser un gran gallo cuando creciera, me emocione tanto que fui por un poco de maíz para echarles y poder admirarlo más de cerca, me la pase más de una hora admirando este pollo, cuando mi madre me grito porque ya nos íbamos a regresar a la casa, entre a la casa y lo primero que le dije a mi hermana fue que me gustaba mucho uno de sus pollos de los medianos y le dije que si me lo regalaba, mi hermana lo pensó por un momento y movió la cabeza de manera afirmativa pero me dijo que me lo regalaba solo si podía atraparlo porque como nunca los agarraban eran muy matreros, inmediatamente me regrese al corral y lleve un poco de maíz y un pedazo de sobrecama que me había encontrado en el patio de la casa de mi hermana, le eche el maíz lo más cerca de mí que pude a los pollos y me quede sentado en culequillas y sin moverme para darles confianza a los pollos con tan buena suerte que el pollo que me había gustado se acercó a mi tanto que casi podía tocarlo, en ese momento le eche encima el pedazo de sobrecama y la noche se hizo para el pollo en pleno día, agarre el bulto y me metí contento a la casa, mi madre y mi hermana estaban platicando en el patio y llegue con mi preciada carga, les enseñe el pollo y también a mi madre le gusto, dijo que era un ejemplar muy bonito y que además era de buena raza, que se parecía al papa, yo no me había fijado en ese detalle, echamos al pollo en la rede, nos despedimos de mi hermana la abrazamos y prometiendo volver pronto, emprendimos el camino de regreso a la casa del pueblo como a las once de la mañana, aun no apretaba mucho el sol, empezamos a deshacer el camino que habíamos hecho en la mañana, elegimos nuevamente el mismo camino secundario, poco transitado a cualquier hora del día, pasamos de regreso ahora con el bordo se agua a la izquierda, pronto llegamos a la altura de los montículos de las hormigas y como siempre me vi tentado a llevarme algunas de estas, desafortunadamente no llevaba conmigo algún frasco para poder transportarlas, a mi me gustaba mucho jugar con ellas aunque a veces me llegaban a picar, no se me quitaba la maña, en esta ocasión no podría llevarme algunas hormigas porque no tenía en que pero en otra ocasión traería conmigo un frasco para poder hacerlo, seguimos nuestro camino, mi madre imperturbable, caminando a buen paso, yo con trabajos le seguía el ritmo trotando, pronto llegamos a la división entre este pueblo llamado Carrillo y mi pueblo Antonio Amaro, cruzamos la división y nos empezamos a adentrar en los terrenos de mi pueblo, rápidamente alcanzamos las primeras casas del pueblo y en unos minutos estábamos entrando en nuestra casa, llegamos cansados y asoleados, nos sentamos en la orilla de la cama para descansar, después de unos diez minutos mi madre sirvió dos vasos de agua de la tinaja que teníamos enterrada en la tierra al pie de uno de los árboles del jardín, el agua estaba fresca, deliciosa y nos quitó la sed y termino por quitarnos lo asoleado y cansado era como el medio día, mi madre se dirigió hacia la cocina, aún tenía que preparar la comida del día de hoy, yo me dirigí hacia el corral, tenía que hacer la presentación en esa sociedad a mi pollo que me había regalado mi hermana, llegue al corral y lo solté lejos de las demás gallinas, de hecho ni se dieron cuenta, el pollo se mostró un poco nervioso pero poco a poco empezó a deambular por entre las hierbas del corral y poco a poco se fue integrando primero con pollo casi de su edad que al principio quisieron hacerle bulling pero ahí fue cuando mi pollo demostró que tenía un temperamento fuerte porque les hizo frente y de hecho los hizo correr, más tarde se empezó a integrar con las gallinas que al principio se les hizo extraño porque nunca lo habían visto pero después de un rato y compartir la primera comida juntos terminaron por aceptarlo, de todos modos yo estaría vigilante sobre todo a la hora de que se iban a ir a dormir, por lo pronto me dio mucho gusto que lo hubieran aceptado, me dedique a otras actividades ese rato hasta que llegó la hora de comer, nos sentamos a la mesa mis hermanas, mi madre y yo, mi madre nos sirvió primero un plato de sopa de fideo posteriormente unos chiles pasados, estos son parecidos a los chiles rellenos solo que la diferencia es que los chiles pasados no llevan la capa de huevo encima como los chiles rellenos, solo van rellenos de queso, estuvieron muy ricos sobre todos al acompañarlos con frijolitos refritos, toda una delicia, una vez que terminamos de comer, nos levantamos de la mesa y cada quien se dirigió a continuar lo que estaba haciendo hasta antes de comer, yo por supuesto regrese al corral a buscar a mi pollo a ver dónde andaba, busque en todo el corral en los nopales, en los árboles, en la alta hierba y nada mi pollo no aparecía por ningún lado, entonces me dirigí al granero o gallinero porque ahí dormían todas las gallinas, al entrar primero me acostumbre a la oscuridad, ya acostumbrado a lo oscuro empecé a buscar al principio no lo vi pero conforme fui avanzando hacia el fondo lo alcance a ver andaba en la parte de arriba donde me había escondido el otro día que habíamos jugado a las escondidillas mi hermanita, Nino y yo, nunca supe cómo fue que llego hasta arriba, estaba a una altura considerable tomando en cuenta que era solo un pollo mediano, bueno pensé lo dejare en paz y salí del granero, me dirigí nuevamente al corral, como sabemos es mi lugar favorito cuando estoy en la casa, me entretuve viendo que la mayoría de las plantas o hierbas ya tenían flores, había de todos los colores; entre las que reconocí había gordolobos, aceitilla, amapolas, toloache, agritos (tréboles), malvas, chicalote, mancamula y otras muchas que no conocía pero igual estaban floreando, se veía tan bonito que rivalizaba con las flores del jardín, estaría atento ya que cuando dieran fruto, mis amigos y yo usábamos algunas de ellas para jugar como los quesitos de las malvas y los toritos del toloache, las malvas las usábamos para simular que eran la comida y con los toritos simulábamos que eran las vacas, las tunas seguían estando verdes aun, los duraznos igual aún no se podían comer, ya me andaba de ganas de comer alguna fruta, aún tenía que esperarme como un mes para que la mayoría de las frutas estuvieran en condiciones de comerse, es eso andaba cuando escuche un ruido en el cielo y voltee para ver de qué se trataba, en lo alto del cielo, mucho más allá de las pocas nubes que había en ese momento, se veía la estela de vapor que van dejando los aviones que pasaban muy de vez en cuando por los cielos de la región de los llanos, era muy difícil que alguien pudiera avistar uno de esos aviones, además volaban tan alto que apenas se podía apreciar la figura del avión en la punta de la línea de vapor, me quede observándolo hasta que se perdió en el horizonte del cielo, enseguida aterrice nuevamente en el corral de la casa, estaba en medio del hierba jal que me llegaba hasta los hombros, casi me tapaba, seguí caminando de un lado al otro del corral, me di cuenta que no había ningún hormiguero en el cual pudiera atrapar algunas hormigas, porque ahora quería jugar con ellas, desde la mañana que las había visto en el camino hacia Carrillo me había hecho a la idea que debería atrapar algunas y jugar a que eran unas vacas y encerrarlas en un pequeño corral, tenía que conseguirlas hoy mismo, me dirigí a la cocina iba a ver si había un frasco, encontré uno, me lo eche a la bolsa y le dije a mi madre que si me dejaba salir a la orilla por unas hormigas, primero me regaño, me dijo que no anduviera jugando con las hormigas, que si me iban a picar, que si iba a andar llorando, etcétera, pero al final me dijo que sí que tuviera cuidado, ya con el permiso en las manos, salí de la casa y me dirigí hacia la orilla del pueblo con rumbo a la presa, eran apenas unas tres cuadras para llegar a la orilla del pueblo, cuando llegue a la orilla empecé a sortear la basura que se acumulaba en esta parte del pueblo, era la basura que la gente iba a tirar, camine el equivalente a otras dos cuadras y a lo lejos aviste el primer montículo de hormiguero, extreme precauciones al llegar a él, con sumo cuidado saque el frasco de la bolsa de mi pantalón, lo destape y comencé a atrapar hormigas una por una, esto tenía que ser un movimiento rápido ya que era hecho a mano limpia, tenías que atrapar a la hormiga y echarla dentro del frasco lo mas rápido posible, de tan rápido que tenía que hacerse al echar al frasco varias de las hormigas había también agarrado piedrecillas, las cuales fueron a parar al fondo del frasco, atrape como veinte hormigas, cerré el frasco y me fui caminando hacia el pueblo, no había caminado ni dos cuadras cuando me fije en una línea oscura que estaba dibujada en el suelo, al irme acercando la línea se empezó a mover, intrigado me acerque más y alcance a ver que lo que provocaba el movimiento de la línea es que era una fila de hormigas, pero estas hormigas eran diferentes a las que traía en el frasco, eran más esbeltas sobretodo de la parte media del cuerpo hacia la cabeza y también eran más oscuras, las que traía en el frasco eran de color rojo intenso y las que ahora estaba viendo en el suelo eran de un color rojo quemado casi llegándole al negro, decidí también atrapar algunas de estas, cuando ya llevaba diez ejemplares dentro del frasco, me llamo la atención la fragilidad de estos animales y agarre uno más pero este lo apreté con los dedos hasta que se deshizo, acerque los restos del animal a mi nariz y los olí, me sorprendió que los restos de aquel animal tuvieran un olor intenso como a miel, después me enteraría en palabras de mi madre que estos animales se llamaban hormigas miel virgen, mi madre me explico que se llamaban así porque igual que las abejas recolectaban el polen de las flores y que posteriormente lo convertían en miel, me pareció algo increíble, termine de atrapar las hormigas, cerré el frasco y empecé a deshacer el camino hacia la casa, sin contratiempos llegue a la casa, entre y me dirigí al corral, iba a jugar con las hormigas que recién había atrapado; primero las separe en dos botes de lámina vacíos que tenía allí en el corral, más grandes que el frasco en el que las traía, esto para poder maniobrar mejor con las hormigas, me asegure que las dos especies estuvieran separadas, así que en un bote puse las rojas y en el otro puse las negras, que bueno que en el camino no se habían hecho daño entre ellas, acondicione una cajita de cerillos vacía como corral improvisado para albergar a las hormigas rojas y a las hormigas negras las dejaría dentro del bote, para hacerlas más manejables les iba a quitar la cola que es con lo que las hormigas inoculan el veneno, cuidadosamente le fui quitando la cola a cinco de las hormigas rojas, las eche en la cajita de cerillos y la cerré para que no pudieran salirse, enseguida le quite las colas a cinco de las hormigas negras, a estas las deje en el mismo bote, después tome a una de las hormigas rojas y a una de las hormigas negras con mucho cuidado con los dedos pulgar e índice de cada mano, agarradas del huesito que les había quedado al cortarles las colas y las coloque frente a frente, la hormiga roja inmediatamente abrió las mandíbulas con la intención de agarrar a la hormiga negra, la hormiga negra también abrió las mandíbulas per eran más chicas que las de la otra hormiga; aun así las acerque más hasta que sus mandíbulas se trabaron, entonces las solté en el suelo; lo que quería ver es cuál de las dos era más fuerte, las hormigas instintivamente trataron de jalar a su oponente y se enfrascaron en un jaloneo que duro como tres minutos, poco a poco la hormiga roja se fue imponiendo en base a su mayor corpulencia y llego un momento que levanto en vilo a su oponente y al perder el piso la hormiga negra ya no pudo poner resistencia, así que el primer duelo lo gano la hormiga roja, a estas dos hormigas las puse aparte porque aún no se soltaban, de repente se me ocurrió hacer algo más osado, atrapar una mosca, quitarle las alas y echarla en el frasco donde aún tenía a las quince hormigas rojas, trataría que la mosca que atrapara fuera de las grandes, tenía la facilidad de poder atrapar a las moscas cuando estas se paraban en alguna superficie, me acerque a la barda de adobe y espere pacientemente a que una mosca con las características deseadas se parara, se pararon varias pero en los primeros intentos no logre atraparla, eran muy rápidas, fue hasta el quinto intento que fui más rápido que la mosca en cuestión, la atrape entre los dedos de mi mano, cuidadosamente le quite las alas y abrí el frasco de las hormigas rojas, eche a la mosca y esta inmediatamente trato de ponerse a buen recaudo de las hormigas trepando por las paredes del frasco y llegando hasta la tapa, me vi obligado a sacudir varias veces el frasco para que la mosca cayera hasta donde estaban las hormigas, la mosca al no tener alas la única arma que tenía para defenderse era su velocidad y sus saltos con los cuales varias veces evito que las hormigas la atraparan pero al final la atraparon, a la primer hormiga que la atrapo se unieron varias más y llego un momento que a la mosca la traían seis hormigas, no paso mucho rato para que la mosca muriera víctima de las mordidas infringidas por las hormigas, sin contar que estas hormigas aun tenían su cola y fácilmente le podían haber inoculado su veneno, deje el frasco y regrese con las hormigas negras a su bote, las pobres ya se veían muy asoleadas, también les eche un ojo a las hormigas que estaban trenzadas en la lucha, la hormiga negra ya estaba muerta y la hormiga roja ya la había soltado, en ese momento me percate que el sol ya iba a empezar a ocultarse, tenía que aprovechar ese momento y antes de que se ocultara tenía que buscar a mi pollo, quería darle a comer a las hormigas que habían sobrado, eche todas las hormigas en uno de los botes y me dirigí al granero, en la entrada estaba el pollo, me acerque lo más que pude y vacié las hormigas en el suelo, al verlas el pollo se abalanzó sobre ellas; pero también las otras gallinas habían observado la acción y se acercaron rápidamente a compartir la comida, llegaron tan rápido y eran tantas que al pollo solo le tocaron tres hormigas, las demás se las comieron las otras gallinas, recogí los botes, el frasco y la cajetilla de cerillos vacía y los guarde, más adelante me servirían para otros juegos, ya estaba oscureciendo, el corral se estaba quedando en penumbras, yo era enemigo de la oscuridad ya que esta me daba pavor, en los pueblos al no haber electricidad dependíamos de la luz de la luna para poder medio ver en la oscuridad de las noches, había veces que la luna no salía y en esas noches la oscuridad era casi total, si se trataba de hacer de mis necesidades fisiológicas en la noche yo prefería hacerlas más temprano cuando todavía se veía, entre en la casa, mis hermanas ya habían prendido el aparato y aunque la luz que este emitía era muy pobre estábamos acostumbrados a ver con esa poca luz nocturna, esa noche cenamos solamente un pan blanco con un jarro de café, mi madre casi nunca quería que cenáramos café porque decía que luego no íbamos a poder dormir, por lo menos en esta ocasión tuvo razón, cuando nos fuimos a la cama no pude conciliar el sueño, así me la pase hasta como a las tres de la mañana que me fui quedando dormido, por la mañana no me quería levantar todavía tenía mucho sueño pero tuve que hacerlo, me levante más amodorrado que de costumbre ni lavarme la cara con agua fría me lo pudo quitar, me senté a la mesa de la cocina y descubrí que aún quedaba café, le dije a mi madre que si podía tomar café con leche, me dijo que si, acompañe mi huevo con frijoles con chile con un buen jarro de café con leche, todo estuvo muy sabroso, sin saber al tomar otra vez café este me iba a reanimar y dicho y hecho no había pasado ni media hora después de que terminamos de almorzar cuando me empecé a sentir lleno de vitalidad y fuerza, con ganas de empezar a jugar aunque fuera solo no importaba, siempre pensé que me había hecho falta un hermano más acorde con mi edad, a veces me ponía a pensar todo lo que ese hermano y yo pudimos haber hecho juntos, todos los juegos que pudimos compartir y todas las aventuras que pudimos vivir pero ni modo la vida es así yo tenía una hermanita menor que yo con la que me llevaba muy bien pero no era lo mismo, además sabía que la hermana inmediatamente mayor que yo se había muerto cuando acababa de nacer porque han de saber que mi hermana Mary me lleva cuatro años, la verdad es que un hermano más o menos de mi edad me había hecho mucha falta, hubiera sido mi compañero de juegos, mi cómplice en las travesuras, mi confidente, alguien a quien platicarle por ejemplo lo que sentía al ver a Thelma mi vecinita, esto no lo podía platicar con mis hermanas; no era que no les tuviera confianza pero no es lo mismo platicarles eso a ellas que a un hermano o a un amigo como Nino con ellos te abres más, con ellos al pensar parecido puedes incluso pedirles un consejo, ellos te comprenden mejor, esos eran mis pensamientos acerca de la hermandad, con mi hermano mayor si platicaba pero solo de cosas banales o cosas familiares, nunca tuvimos una plática de amigos, debido a la diferencia de edades los intereses eran muy diferentes a pesar de que yo a pesar de mi edad fácilmente podía haber tenido estas pláticas con él, les voy a platicar acerca de mi hermano, cuando él era más chico y estaba en edad de ir a la escuela no lo había aprovechado, en lugar de irse a la escuela se iba de pinta con los amigos o con los papas de la chica con la que se iba a casar mi hermano Manuel y allí se entretenía ayudándoles en lo que podía, allí con ellos mi hermano aprendió a montar a caballo, incluso cuando ya estaba más grande aprendió a domar caballos brutos, para cuando mis padres se dieron cuenta de que mi hermano no asistía a la escuela ya era demasiado tarde, mi madre se apersono en la escuela para rogar que lo aceptaran pero ya habían pasado varios años y mi hermano había crecido, ya no lo aceptaron por grandote, precisamente en este tiempo cuando yo ya había aprendido a leer y a escribir mi madre me había pedido que enseñara a mi hermano a leer y a escribir, así que la próxima vez que me llevaran a la pastoría me llevaría lápices y cuadernos para empezar con las clases particulares, yo iba a ser el maestrito y él iba a ser el alumnote, más adelante les contare nuestras peripecias en esta nueva faceta de un servidor.
Bueno después de hacer este comentario acerca de mis hermanos, me dirigí por enésima ocasión al corral, el lugar por excelencia para todos los juegos imaginables, con mis amigos que a veces me visitaban habíamos jugado a las canicas, al bebe leche, a brincar la reata, a las escondidillas, a la casita, a construir casas y bodegas, con las hormigas, a la comidita, a la rueda; por cierto ya que menciono a la rueda ya tenía mucho tiempo que no veía mi rueda y el alambre con el que la manejaba, era un excelente juego de destreza en el cual tenías que empujar un poco la rueda para que comenzara a girar y después tenías que seguir empujándola y guiándola con el gancho, yo me jactaba de ser muy bueno para hacerlo, tenía la leve sospecha de que la rueda estaba debajo de mi cama, sin más me dirigí al cuarto, me asome bajo la cama y oh sorpresa ahí estaba la rueda con su respectivo gancho, rápidamente la saque y me dirigí nuevamente al corral, el corral era como mi cuartel general donde me la pasaba casi siempre, cheque que tanto la rueda como el gancho estuvieran en buenas condiciones y empecé a jugar, al principio daba un poco de trabajo hacer que la rueda empezara a rodar o girar pero una vez agarrándole el toque era difícil que se te cayera o dejara de rodar, todo lo controlabas con el gancho, empujándola para que rodara más rápido y también controlabas las vueltas a izquierda y derecha, podía manejarla en terrenos planos pero también en terrenos accidentados donde hubiera piedras que sortear, bajadas, subidas, hoyos en el suelo, montones de tierra y hasta adobes; todos estos obstáculos los podía sortear fácilmente o pasarles por arriba y seguir mi camino, a veces podía manejar la rueda hasta por más de media hora sin interrupciones o hasta que me aburría, después de jugar un buen rato en el corral, se me ocurrió salir a manejarla en la calle, me las ingenie para que mi hermanita que andaba cerca me abriera el portón; el chiste era salir de la casa sin dejar de rodar la rueda, salí de la casa y tome la dirección de la tienda de Tomas, doble en la esquina a la izquierda y continúe mi camino hasta la otra esquina, en esta también doble a la izquierda; llevaba ya dos esquinas, continué y en la siguiente esquina una vez más di vuelta a la izquierda, ya solo me faltaba una esquina, por enésima ocasión volví a dar vuelta a la izquierda la idea era regresar a la casa por el lado opuesto a por donde había salido para empezar a dar la vuelta a la manzana, al llegar a la altura del portón de la casa, detuve la rueda y se me ocurrió voltear hacia arriba y me quede viendo fijamente unos cables que pasaban por enfrente de la casa a una altura considerable, quizá unos diez metros, masi el doble de altos que el mezquite que estaba enfrente de la casa y este ya era adulto, me fije bien y me di cuenta que estos cables iban del poste que estaba en la esquina por la que acababa de dar vuelta y llegaban hasta el poste en la esquina por donde había dado la primer vuelta, baje la cabeza; me quede pensando por un momento, levante la cabeza nuevamente y sin saber por qué lo hice girar varias veces el gancho que aun traía en la mano derecha y zas lo solté en dirección a los cables que les dije, en el momento en que hicieron contacto el gancho con los cables se oyó un ruido como de un chasquido y el gancho salto hecho pedazos entre chispas de lumbre o fuego, yo me lleve instintivamente las manos a la cabeza para protegerla, cerré los ojos y baje la cabeza, cuando los volví a abrir aún se percibía el humo que se había formado con el contacto del gancho y los cables, en el piso pude observar un pedazo mínimo del alambre con el que estaba hecho el gancho, el alambre aún estaba caliente, lo volví a soltar y espere como tres minutos para volver a agarrarlo, ya estaba tibio y pude observar que el pedazo de alambre presentaba huellas de las quemaduras en sus extremos entre manchas de humo u hollín, ese día descubrí lo que era la electricidad, también descubrí que ya tenía varios años la electricidad en el pueblo pero esta estaba prohibida para los habitantes comunes y solo la usaban en la escuela, en la comisaria y en la presidencia municipal, ya que estas pertenecían al municipio y no pagaban por el servicio, todos los demás habitantes del pueblo nos las teníamos que arreglar sin el servicio de electricidad que nos serian de gran utilidad para alumbrarnos en la noche con focos o lámparas porque solo para eso la utilizaríamos ya que casi nadie tenía en sus casas televisión, consola o tocadiscos que fueran eléctricos, con trabajos teníamos radio y este funcionaba con pilas, solo los más pudientes tenían electricidad en su casa como con Jesús Valenzuela, el tenia tienda, tenía el único teléfono del pueblo y tenía televisión en su casa, que por cierto ya les conté que cobraba para poder dejarnos entrar a verla, volví a la realidad mirando nuevamente el pedazo de alambre que sostenía con mi mano derecha, ese día me di cuenta que además de saber lo que era la electricidad también me di cuenta que esta podía llegar a ser peligrosa para la gente; si esta no la usaba de una manera adecuada, triste por haber perdido mi gancho después de mucho tiempo de poseerlo, entre por el portón de la casa, una vez dentro pensé para mis adentros ¡que rápido pasa el tiempo! ya casi es la hora de comer, fui a guardar mi rueda ya sin su gancho mientras pensaba que después buscaría un buen pedazo de alambre para hacer otro gancho, metí la rueda debajo de la cama y me salí nuevamente al patio de la casa, busque con la mirada a mi pollo, el que me había regalado mi hermana Lucy, el pollo ya andaba emparrandado con otros pollos de su edad y andaban enfrente del granero, les prepare su comida otra vez como con un kilo de tortillas medio duras y agua, espere a que se remojaran bien, las hice pedazos y me dispuse a llamar a todas las gallinas a comer, enseguida llegaron y les empecé a arrojar las tortillas remojadas y a pesar de que habían andado de aquí para allá, comiendo gusanos, lombrices, hormigas, pasto, hierbas y otros insectos toda la mañana, dieron cuenta rápidamente de esta comida que les había preparado, se la terminaron en menos de lo que canta un gallo, termine de alimentarlas, la tina estaba vacía, iría por un poco de maíz para complementar su alimentación, me dirigí al granero, en la parte alta había todavía varios costales de maíz, abrí uno de ellos, le saque como un kilo de maíz, lo volví a cerrar y regrese al lugar donde estaban la mayoría de las gallinas, les empecé a suministrar el maíz poco a poco y estas fueron también poco a poco dando cuenta también de este, cuando termine de hacerlo guarde la tina donde había preparado el alimento y puesto el maíz, camine hacia el corral y me senté en unos adobes a la sombrar de un huizache para descansar un poco después de pasarme toda la mañana jugando de un lugar a otro, pensé mañana Sábado es día en que mi hermano viene de la pastoría por provisiones, seguramente el Lunes se va a regresar y también seguramente yo me voy a ir con él porque ya no siento dolor en la nalga donde me pusieron la vacuna, ya estaba listo para regresar a la pastoría a continuar ayudándole a mi padre, por cierto tenía que preparar el cuaderno y el lápiz con el que le iba a dar clases a mi hermano para que aprendiera a leer y a escribir, en eso estaba pensando cuando escuche a mi madre que nos llamaba a comer, mi madre había preparado una sopa como la de las reliquias de varias sopas y además había hecho asado, el asado es un guisado parecido al adobo, llevaba carne de puerco, en chile rojo, casi siempre era costilla y pulpa o maciza ; este casi siempre lo hacia la gente en las reliquias o festividades de algún santo o virgen y también en las fiestas como quince años, cumpleaños, primeras comuniones, salidas de la escuela o bodas, yo sabía que cuando hacían este tipo de comida era porque había algo que celebrar y no me equivoque mi madre nos avisó que había invitado a unos vecinos a comer, eran tres, los conocía de vista, una de ellas era la muchacha que era novia de mi tío Lupe, el de Cieneguilla y los otros dos eran sus papas, al parecer ya iban a tratar o iban a hacer la cita para la pedida de mano, se acuerdan que les dije que mi tío quería que mis padres le hicieran el favor de pedir la mano de Belén que así se llamaba aquella muchacha regordeta, ella era hermana de otras dos muchachas mayores que ella que vendían raspados en la última esquina en la que había dado vuelta yo con mi rueda hacia un rato, nos sentamos a la mesa, esto es un decir porque con la visita en esta ocasión de estos señores y su hija a mi hermanita y a mí nos había tocado sentarnos en un costal en el suelo, cualquier sacrificio era poco con tal de comer como lo íbamos a hacer en esta ocasión, y vaya que la ocasión era especial porque mi madre también había traído algunos refrescos de la tienda, yo ni me había dado cuenta con lo ocupado que había andado jugando toda la mañana, más que otros días la comida estuvo más que deliciosa, estuvo exquisita, sobre todo porque a mi me había tocado también un vaso de Coca, la Coca la tomábamos muy de vez en cuando, solo cuando había algo que celebrar o cuando había algún compromiso que hacer como en esta ocasión; terminamos de comer mi madre nos pidió a mis hermanas y a mí que nos saliéramos a jugar al patio para platicar con los señores, con nosotros también se salió Belén, y se quedó platicando con mis hermanas, yo me fui nuevamente a la sombra en la que estaba descansando antes de comer, después de estar un buen rato sentado en esa sombra me aburrí y empecé a idear algo con que entretenerme, me subí a la barda que daba con la casa de Lipe, así le decían al señor que vivía allí, aunque su nombre era Felipe, me fui caminando sobre la barda hasta donde se pegaba con la barda de la casa de la señora Consuelo, ella era amiga de mi madre y en más de una ocasión yo había jugado con uno de los hijos de Consuelo, se llamaba Luis, le grite más de una vez pero al parecer no se encontraban ya que nadie salió, mejor salieron de la casa de Lipe y me regañaron porque andaba arriba de su barda, les dije que la barda era de mi casa pero amenazaron con darle la queja a mi madre y opte por bajarme no sin antes hacerles un gesto, sin darles tiempo de nada de un brinco me baje de la barda, me quede atento un buen rato a ver si tocaban a la puerta o al porton y eran ellos para darle la queja a mi madre, paso un buen rato y supe que no irían de chismosos, fui al cuarto saque mis canicas y me puse a jugar a la rueda, iba a jugar asumiendo dos personalidades y que estas se enfrentaban entre sí, este tipo de juegos con uno mismo son algo difíciles de llevar a cabo porque ambas personalidades quieren ganar, así que el juego iba a estar interesante, saque del cajón mis mejores canicas y las eche adentro de la rueda, eran diez canicas de las llamadas tréboles, yo era Juan y mi contrincante se llamaba Pablo, Pablo tuvo suerte ya que me gano el tiro inicial, tiro y logro encadenar una serie de tiros hasta ganar siete canicas, enseguida tire yo sacando las tres restantes, volvimos a jugar ahora seria de tres canicas cada quien, que eran las que tenía yo, en esta ocasión le gane la oportunidad de tirar primero, cuando hice el primer tiro me concentre, tenía que ganarle y así lo hice entre mi destreza, mi habilidad para el juego y la suerte lo deje en cero y saque las seis canicas a él le quedaban cuatro canicas y esa cantidad apostamos, ahora le toco tirar primero pero cuando hizo su tiro yo hice ruido y brinque con tan buenos resultados para mí que Pablo erro su tiro se salida, enseguida tire yo y pos más ruidos y pantomimas que me hizo acerté el primer tiro y luego encadene seis tiros ganadores así que saque siete canicas y le deje solo una, para el último juego el aposto solo dos canicas incluyendo con la que tirana, también en esta ocasión tuve suerte y tire primero él tuvo que depositar la canica con la que tiraba al centro de la rueda, nuevamente acerté en el primer tiro y encadene los otros tres tiros y me gane las cuatro canicas que estaban en disputa en este juego, así que le gane y lo deje en ceros, ya no tuvo canicas que apostar, Pablo se me quedo mirando fijamente y me dijo te compro todas tus canicas, le devolví la intensa mirada y le dije que cuanto me ofrecía por ellas, me contesto que me daría un peso por las doce canicas, le conteste que no las vendería por menos de uno cincuenta, me dijo que estaba bien que me daría uno cincuenta pero que tendría que esperarlo porque en ese momento no traía nada de dinero, empecé a reírme, de todo lo que yo era capaz con tal de divertirme, Pablo no era real era producto de mi imaginación y en este momento mientras dirigía a mí una mirada de consternación lo desaparecí con un abrir y cerrar de ojos, me quede solo en medio del corral y procedí a recoger mis canicas y guardarlas en su bolsita, las lleve hasta el cajón que estaba a los pies de mi cama en el cuarto, las deposite al lado de mis demás juguetes, cerré el cajón y me volví a salir, en esos momentos ya se estaban despidiendo los papas de Belén y ella misma, mi madre nos llamó para despedirnos, les saludamos y estos salieron de la casa, ya habían acordado con mi madre la cita para ir a su casa cuando regresara mi padre para pedir la mano de su hija para mi tío Lupe, mi madre posteriormente nos diría que la cita seria para dentro de mañana en ocho o sea seria en Sábado y faltaban ocho días o sea que mi padre tendría que venir el próximo Viernes de la pastoría junto con mi hermano y seguramente yo también vendría con ellos porque seguramente el día Lunes nos iríamos a la pastoría mi hermano y yo.

Llego rápidamente la noche, cenamos lo que había quedado de la comida con un vaso de atole de maicena que había preparado mi madre y al terminar nos dispusimos a dormir, esa noche dormí plácidamente desde que mi cabeza toco la almohada hasta que me despertaron los primeros rayos del sol, iban a ser las ocho de la mañana cuando me levante de la cama, el almuerzo no tuvo cosas dignas de contar, mi madre me pidió que la acompañara a la tienda a comprar algunas cosas para hacer la comida y para la despensa que mi hermano se iba a llevar a la pastoría, en ese momento recordé que eta vez lo más seguro es que yo también me fuera a la pastoría con él, salimos mi madre y yo de la casa, llevábamos dos bolsas para el mandado, de las llamadas redes, al parecer íbamos a traer mucho mandado, caminamos algunas cuadras hacia la parte baja de pueblo y entramos a una tienda bien surtida, más grande que la de Don Tomas, no me acuerdo el nombre de la tienda ni el nombre del dueño o dueña, mi madre pidió varias bolsas de sopa, una barra de queso, un kilo de café, compro también canela, diez sobres de maicena, dulce piloncillo, azúcar, una caja de chocolate abuelita, tres kilos de manteca de puerco y algunas otras cosas, total que salimos bien cargados de la tienda y mi madre aprovecho para pasar por el correo para ver si tenía carta, le dieron una carta de mi hermano Manuel que venía desde la ciudad de México, salimos del correo y emprendimos el regreso a la casa, llegamos cansados y asoleados, parte del mandado mi madre lo iba a mandar a la pastoría con mi hermano y conmigo el próximo Lunes, ya casi terminaba el mes de Junio, el frijol y el maíz en la labor ya debían estar muy grandes, le ayude a mi madre a separar el mandado que nos íbamos a llevar a la pastoría, lo guardamos y quedo listo para partir el día Lunes, mi madre se retiró al cuarto para leer la carta que le había enviado mi hermano Manuel, yo me dirigí hacia el corral como lo hacía siempre que quería ponerme a jugar o a caminar un rato checando si los árboles frutales ya tenían fruta madura, observar a las gallinas, ver si mi pollo estaba contento o si se veía triste, apenas estaba buscándolo cuando escuche que tocaban en el portón, de lejos alcance a ver que era mi hermano que ya llegaba de la pastoría, corrí a abrirle, ya venían saliendo de la casa mis hermanas y mi madre, abrí una de las hojas del portón para que mi hermano entrara con todo y caballo, nos dio mucho gusto que mi hermano llegara porque casi siempre que venía traía cosas, la vez pasada había traído elotes, en esta ocasión había traído un conejo grande como veríamos más adelante, bajo las cosas que traía cargadas en las alforjas del caballo y en un costal que también bajo, además del conejo también traía un manojo grande de Yerbanis porque ya casi no teníamos en la casa, mi hermano quería que hiciéramos el conejo el mismo día de hoy porque lo había cazado un día antes, mi madre se lo llevo para empezar a pelarlo, mientras mis hermanas metían el manojo de yerbanis a la cocina, yo agarre las riendas del caballo en lo que mi hermano lo desensillaba, una vez que termino le quito la rienda y el caballo como en otras ocasiones troto hacia el corral para saludar a sus compañeros que estaban ahí, mi madre me grito y me dijo que juntara leña seca porque el conejo lo iba a preparar para hacerlo a la leña, o sea lo iban a dorar entre dos palos puestos de forma vertical y otro que atravesara el cuerpo del conejo encima los primeros, ya en otras ocasiones habíamos degustado conejo de esta forma pero en la pastoría, la carne sabia realmente deliciosa asada de esta forma, junte la leña y las piedras que íbamos a poner para hacer la lumbre, mi hermano me ayudo a hacer la lumbre, mi madre mientras tanto había terminado de pelar el conejo y ya le había sacado los intestinos y lo había lavado, después hizo una mezcla de manteca con un poco de sal y ajo y con esto comenzó a frotar el cuerpo del conejo, supuse que esto era para darle sabor a la carne, mi madre escogió el palo con el que iba a atravesar al conejo lo lavo y en seguida atravesó al conejo desde el hocico hasta el ano y lo puso al fuego lento que mi hermano y yo ya habíamos logrado que ardiera, más bien eran más brasas que lenguas de fuego lo que iba a hacer que el conejo se asara, al parecer en esta ocasión íbamos a comer en el patio, sacamos algunas sillas y la mesa de la cocina para que estuviera lista, en cuanto el conejo estuviera listo comeríamos; mientras yo me dirigí al corral, le iba a dar de comer al caballo, le arrime un poco de tazole , el caballo empezó a comerlo de buena gana, se lo termino y se me quedo viendo pensando solo esto me irán a dar? Pero no, lo sorprendí cuando me vio irme hacia el granero, salí con una brazada de paja, y se la eche al caballo, este se puso feliz y continuo comiendo, una vez que termino se echó a descansar bajo la sombra que daba uno de los árboles, apenas había acabado de comer el caballo y escuche que mi madre nos gritaba que ya fuéramos a comer, además del conejo que ya estaba asado mi madre había tatemado unos chiles anchos en las brasas que habían sobrado del fuego que habíamos hecho mi hermano y yo, esto lo íbamos a acompañar con una agua de limón que una de mis hermanas había preparado, nos dispusimos a comer, cada quien iba a agarrar la pieza del conejo que quisiera, yo me despache con una pierna, las tortillas también se calentaron en las brasas que habían quedado, todo estuvo de primera y una vez que terminamos de comer, mi madre aprovecho y nos dijo que aprovechando que estábamos todos juntos, nos iba a dar una noticia, nos informó que había recibido una carta de mi hermano Manuel en la que le decía que ya quería casarse que la próxima semana iba a venir de la ciudad de México para que le hicieran el favor de pedirle a la novia, ya todos sabíamos que la novia de mi hermano Manuel era Jovita una muchacha vecina que era hija de Don Luciano Carlos, se acuerdan a donde se iba mi hermano Alejandro cuando no iba a la escuela? Pues si, se iba con ellos, ahora íbamos a emparentar con ellos, mi madre nos dijo que mi hermano Manuel quería casarse en el mes de Octubre, se acuerdan que también mi tío Lupe y Belén se iban a casar, aun no sabíamos cuándo pero íbamos a tener dos bodas en los próximos meses, mi madre también nos comunicó que mi padre iba a tener que venir de la pastoría la próxima semana porque mi hermano Manuel iba a estar aquí para pedir a su novia, mi tío Lupe quería que a su novia la pidieran en quince días y también iba a venir en dos semanas, bueno pues eran buenas noticias las que nos acababa de dar mi madre, así que en poco tiempo íbamos a estar atareados en preparativos, la boda de mi hermano iba a hacerse en la casa y casi estoy seguro que la boda de mi tío iba a ser en la casa también, supongo que teníamos que conseguir unas mesas y sillas porque en la casa solo teníamos dos mesas, la de la cocina y la que teníamos en el cuarto donde poníamos el nacimiento con cuatro sillas cada una, para un acontecimiento de esta envergadura yo me imaginaba que se iban a requerir por lo menos unas ocho mesas con cuatro o seis sillas cada una o improvisar con unos tablones y unas vigas de madera lugares como para cincuenta personas, mi padre tenía en el granero tablones y vigas yo creo que iba a ser la segunda opción ya que era la más viable, mi familia y yo ya habíamos ido a varias bodas a las que nos habían invitado, la mayoría las habían hecho en las casas de los novios, aunque los que tenían dinero podían rentar el salón de baile “Las Conejeras”, este era más bien una bodega donde guardaban el frijol que pertenecía al pueblo y lo rentaban para fiestas o bailes cuando este no tenía costales almacenados, en este tiempo como aun no terminaban las cosechas, estaba vacío, seria a finales de Noviembre cuando lo iban a volver a llenar.

Rápidamente paso el fin de semana sin nada relevante que contar y llego el Lunes, día de partir hacia la pastoría, ese día nos mi madre y mi hermano se levantaron más temprano que de costumbre, los demás nos quedamos un rato más en la cama, yo me volví a dormir, faltaba como una hora para que me levantara, cuando abrí los ojos ya estaba amaneciendo, ya iban a ser las siete de la mañana, mis hermanas ya se habían levantado, yo fui el último en hacerlo, mi madre ya me estaba esperando en la cocina para darme de almorzar, almorcé apresuradamente, prepare mis cosas, llevaba un morral donde había echado mis pertenencias, juguetes, un cuaderno y dos lápices, ya había terminado de preparar mis cosas cuando escuche el grito de mi hermano, decía que ya saliera porque se nos hacía tarde para irnos a la pastoría, me despedí de mis hermanas y de mi madre, salí al patio, mi hermano me ayudo a montar en ancas del caballo, una de mis hermanas nos abrió el portón y partimos hacia la pastoría…Hasta aquí la narración del tercer capítulo del libro Memorias de mi niñez, hasta el próximo.