domingo, 12 de enero de 2020

Memorias de mi niñez Capítulo 4 De regreso en la pastoría.

El aire me pegaba directo en la cara, mientras más rápido trotaba el caballo más aire me pegaba, ya íbamos como a la mitad del camino entre mi pueblo Antonio Amaro y la Pastoría, todas las labores que hasta ese momento habían pasado a nuestro lado estaban ya con las plantas de frijol en flor, esto quería decir que por lo menos había pasado más de un mes desde que las habían sembrado, había de varias variedades de frijol, entre estas reconocí frijol pinto, ojo de cabra, canario, sangre de toro, bayo; entre otros, el maíz media ya como un metro de altura, no tardaría en empezar a espigar, los lugares por los que habíamos pasado, íbamos pasando o íbamos a pasar; todos estaban saturados con los olores de la naturaleza, olores a flores silvestres, olores a amapolas, olores a gordolobos, olores a mantos, olores a aceitilla y a una infinidad de flores que no conocía los nombres pero por donde quiera que caminábamos estaban esos olores a naturaleza en su máxima expresión porque no había contaminación como en las grandes ciudades, todo estaba limpio y transparente por eso se podían apreciar todos estos olores a las flores de las plantas, pronto pasamos por un arroyo que normalmente estaba seco pero en este tiempo de lluvias corría agua por su cauce, cientos, quizá miles de mariposas revoloteaban en las orillas del agua, donde está la tierra húmeda, se posaban en ella para absorber la humedad con su lengua, los colores de las mariposas eran múltiples, las había de las más variopintas especies o clases, las había en las que predominaba más un color y las había multicolores; igual había de todos los tamaños imaginables, las había desde el tamaño de una hormiga hasta el tamaño de las dos manos extendidas, este sería el paraíso para aquellos coleccionistas o taxidermistas de insectos, especialmente de mariposas, pero que bueno que por esos lugares no había coleccionistas de insectos, sería muy triste que los mataran solo para tenerlos coleccionados, en todo eso iba pensando dejando volar mi imaginación cuando escuche la voz de mi padre, dándonos la bienvenida, se me paso el tiempo volando, ya habíamos llegado a la pastoría, estábamos ya casi bajando del caballo, bajamos y abrace a mi padre, me dio mucho gusto verlo de nuevo después de casi un mes que había pasado en la casa del pueblo, inmediatamente fui a buscar un vaso de agua fresca como la que teníamos en la tinaja en la casa del pueblo, sacie mi sed y me tumbe a descansar a la sombra del árbol que estaba junto a la casita, mientras mi hermano descargaba lo que traíamos en las alforjas del caballo, desensillo el caballo y enseguida lo soltó para que descansara y pastara si así lo quería.
Más tarde mi padre nos contó cómo estaban las labores, ya había terminado de asegundar y deshierbar, las labores estaban casi limpias, el frijol estaba en flor y el maíz no tardaría ni una semana en empezar a espigar, aun se necesitaba el agua de la lluvia para que crecieran sanos y fuertes y dieran buenos frutos, en estos días no había mucho que hacer en la pastoría, además tendríamos que regresar a la casa del pueblo con mi madre y mis hermanas porque mi hermano Manuel iba a venir de la capital el próximo fin de semana, así que tendríamos que irnos el Viernes y estar listos el Sábado para ir a pedir a la novia de mi hermano, como quiera se avecinaban por lo menos dos bodas de aquí a Diciembre, días de fiesta donde lo que sobraba era comida, bebida y diversión, ya me imagino como íbamos a andar mis amigos y yo como diablos corriendo por aquí y por allá, además iba a conocer nuevos potenciales amigos, los familiares pequeños de la familia de la novia de mi hermano, había varios más o menos de mi edad, así que por eso digo que eran nuevos potenciales amigos.
Llego la hora de la comida, mi padre ya había hecho el fuego del hogar donde cocinaría los alimentos y calentaríamos las gorditas que mi madre nos había echado, en la pastoría no tomábamos otra cosa más que agua limpia y pura, no hacíamos agua fresca como a veces en el pueblo, menos íbamos a tomar refrescos, no había tienda y lo peor tampoco había dinero, hablando de dinero le pregunte a mi padre que si tenía la piedra que me había encontrado, mi padre se la empezó a buscar en las bolsas del pantalón y de la camisa, pero no encontró nada y me dijo que a lo mejor la había guardado en un morral o en sus cosas, ya la buscaría más tarde, comimos sin dilación, todo estuvo muy sabroso o era el hambre que teníamos, cuando terminamos de comer y recogimos los trastes sucios me dedique a lavarlos y cuando termine le dije a mi padre que iba a dar una vuelta en los alrededores, sin chistar me dijo que si y que aprovechara para traer algo de leña, le respondí afirmativamente y me aleje de la casita, camine por espacio de unos quince minutos rumbo al cañón de los castillos, la parte por donde siempre empezaba a llover en la pastoría, la tarde estaba soleada pero no hacía mucha calor, de hecho el clima estaba muy agradable, a mi paso por los matorrales corrían conejos, palomas camperas. tostones y demás fauna del lugar; incluso en más de una ocasión vi pasar corriendo a un venado y también a un puma, en este tiempo de lluvias en esta parte del estado de Durango había mucha vida, todo estaba verde y para los animales que habitaban el lugar era también un paraíso porque tanto había mucha hierba para los animales herbívoros como alimento también para los animales carnívoros y a final de cuentas también para los humanos había mucho de todo, llegue hasta las faldas del cerro pachón, no me atreví a ir más allá porque la ladera del cerro estaba muy inclinada así que hasta allí llegue y empecé a hacer la carga de leña, más que carga de leña fui juntando una brazada de barañas, (ramas de árbol) estas nos servirían de mucho al poner la lumbre para hacer la comida o para calentarla, pronto complete la brazada de barañas e inicie el camino de regreso a la casita, cuando llegue a la casita, esta se encontraba sola, mi padre y mi hermano seguramente habrían ido a dar una vuelta a la labor a ver cómo iba el maíz y el frijol en su crecimiento, después de descansar un buen rato entre al cuarto a buscar el radio para escucharlo, el radio encendió pero al parecer las pilas ya no tenían carga, así que decidí sacárselas para ponerlas un rato al rayo del sol para que se recargaran un poco, así lo hice y las cuatro pilas fueron a parar al rayo del sol en una piedra que estaba cerca de la entrada de la casita, las dejaría un buen rato, se hecho hasta que ya se fuera a meter el sol, decidí ir a la labor donde pensaba que iba a encontrar a mi padre y mi hermano, camine hacia la labor que estaba por el rumbo de la salida de la pastoría, hacia el pueblo, era alrededor de unos quinientos o seiscientos metros del cuarto donde me encontraba, camine, camine y camine hasta llegar a la orilla de la labor y efectivamente ahí estaban ellos, sentados a la sombra de un árbol a la vera del camino platicando tranquilamente, me acerque y también me senté a su lado, estaban platicando de que las matas de frijol se veían muy bien que probablemente si no les faltaba agua en este tiempo que les faltaba de crecer íbamos a tener una cosecha abundante como hacía varios años que no se tenía, de pronto mi padre se levantó mientras decía vámonos al cuarto, vamos a calentar la comida para comer, ya se está haciendo tarde, nos levantamos mi hermano y yo y nos encaminamos detrás de mi padre hacia nuestro cuarto, en verdad lo que decía mi padre estaba lleno de verdad, las labores tanto de frijol como de maíz pintaban muy bonitas, las plantas de frijol estaban muy frondosas y llenas de flores y las matas de maíz estaban grandotas y ya empezaban a espigar, en algunas dos semanas ya les empezarían a salir muñe-quitas y en otras dos semanas ya habría elotes, todos estábamos esperando los elotes, hacia casi un año que no comíamos elotes, a mí en lo personal me gustaban más asados pero también cocidos me los comía sin problemas, salí de mis cavilaciones y le dije a mi hermano que ese mismo día comenzaríamos las clases para que aprendiera a leer y escribir, él era el único de la familia que no sabía leer ni escribir, bueno tampoco mi hermanita Aní sabia pero porque ella aun no iba a la escuela, mi hermano me dijo que si quería acabando de comer empezaríamos con las clases; llegamos al cuarto y mi padre comenzó a calentar la comida que ya tenía hecha, eran unas papas con rajas de chile jalapeño y cebolla, también había frijoles refritos y tortillas que aunque ya estaban un poco duras estaban comibles, en esta ocasión también tuvimos la oportunidad de degustar unas cocas, mi hermano había comprado unas cocas y se las había llevado a la pastoría, cuando llegamos las había enterrado a un lado de donde estaba enterrada la tinaja, así que estaban frías, terminamos de comes sin incidentes y como lo habíamos dicho mi hermano y yo nos fuimos a sentar a la sombra del tejaban en la entrada del cuarto, saque el cuaderno y lo primero que escribí en una hoja fueron las vocales en letras tanto mayúsculas y minúsculas, en ese tiempo ya empezábamos a escribir con letra de molde, empecé por enseñarle el sonido de cada vocal y la asociación con su representación gráfica, mi hermano se las aprendió rápido, esa misma tarde le enseñe los números del 0 al 9 que es la base para aprender los demás, también le enseñe primero el sonido del número y su asociación con su representación gráfica, los números mi hermano ya se los sabia pero no los sabia escribir, le puse una plana de las vocales tanto minúsculas como mayúsculas y una plana de los números del 0 al 9, terminamos la clase y su tarea para el otro día fue que se aprendiera tanto las vocales como los números.
Para empezar mi hermano había estado muy bien en la primera clase, el plan para mañana si el ya no tenía dudas, seria enseñarle todas las consonantes y posteriormente enseñarle el alfabeto o abecedario que ordena a las vocales con las consonantes y así nos iríamos poco a poco hasta que aprendiera a leer, escribir y hacer cuentas con sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, si mi hermano aprendía a hacer eso ya estaríamos del otro lado, ya se empezaba a meter el sol por el horizonte cuando fui a recoger las pilas, estas aún estaban calientitas cuando las quite de la piedra, inmediatamente las lleve para ponérselas a la radio, al ponérselas la radio respondió a la primera, está ya estaba sintonizada en la estación de la XEW que es por donde pasaban las radionovelas que tanto me gustaban, estuvimos escuchando las radionovelas que nos gustaban y a las ocho de la noche la apague, nos dispusimos a dormir, en esta ocasión sin cenar porque habíamos comido muy tarde, la noche paso sin contratiempos ni sobresaltos, todos dormimos muy bien y mi padre ya se estaba levantando a las seis de la mañana, como no había trabajo que hacer mi hermano y yo nos levantamos a las siete de la mañana, mi padre ya tenía rato trajinando en la preparación del almuerzo, íbamos a comer las gorditas que había mandado mi madre el día anterior, las íbamos a acompañar con unas rebanadas de queso fresco que también habíamos traído, en esta ocasión también habíamos traído unas piezas de pan ranchero y cochinitos, lo único malo es que no había leche y tampoco cocas porque solo habían sido tres las que mi hermano había comprado, pero con café o con te también estarían ricos los panes, terminamos de almorzar y yo me hice cargo de lavar los trastes, parecía que mi padre no los había lavado en semanas, eran un montón de trastes los que había que lavar, cargue con ellos y me dirigí al arroyo que pasaba cerca, a unos doscientos metros, llegue al arroyo, ya teníamos un lugar específico donde lavábamos los trastes o nuestra ropa y empecé a lavarlos, qué bueno que habíamos escogido este lugar a la sombra de un mezquite porque hacia un sol abrumador, mientras lavaba los trastes estaba tramando echarme un baño en el arroyo, termine de lavar los trastes  y me encamine a llevarlos de regreso ya limpios al cuarto, llegue al cuarto, los deje y le dije a mi padre que me iba a echar un baño en el arroyo, me dijo que tuviera cuidado porque había culebras en el arroyo, le dije que sí, que no se preocupara, llegue nuevamente al arroyo pero era un poco más abajo donde me disponía a echarme el baño, elegí un lugar donde se juntaba una mayor cantidad de agua debido a que la oro-grafía del lugar lo permitía ya que se había formado una especie de poza circular y con piedras en la orilla hacia que se pudiera juntar una cantidad de agua que hacía que al meterme la altura del agua me llagara hasta más arriba del ombligo, en este lugar podía hasta intentar nadar, y digo intentar porque en realidad no sabía nadar, me desvestí en el acto y me metí al agua, estuve un buen rato dándome un chapuzón, me salí y me volví a meter varias veces, intente nadar y hasta bucear en el agua, estuve de lo más divertido a pesar que me encontraba solo, sabia divertirme, después de casi dos horas, me salí, puse mi ropa interior a secar al sol y después de un rato me vestí, recogí mis cosas deshice el camino al cuarto y llegue, en ese momento mi padre ya estaba haciendo la comida, se afanaba en el hogar para hacer un arroz rojo, como no teníamos donde moler el tomate , la cebolla y el ajo, mi padre los había picado lo más finamente que había podido, también tenía otra cacerola con frijoles guisados y estaba tatemando (asando) chiles anchos los cuales después iba a hacer en tiras o rajas para poder hacer tacos cuando estuviéramos comiendo; iba a ser una gran comida, humilde pero gran comida, me senté a descansar un rato en la sombra en lo que mi padre nos llamaba a comer, no sé porque en este rato que estuve sentado descansando me acorde de la próxima visita que íbamos a tener el Sábado entrante para pedir la mano de la novia de mi hermano Manuel, yo sabía que en esa familia había muchos niños más o menos de mi edad, ya había visto algunos de ellos pero solo de pasada, sabia también que una de ellas era una niña flaquilla y un poco pecosa que se veía que era muy traviesa, me iba a dar mucho gusto conocerla cuando fuéramos a su casa, ya quería que fuera Sábado para conocerla a ella y a sus hermanos y primos, que lejos estaba de imaginarme que esa niña llegaría a significar tanto en mi vida en el futuro primero como una gran amiga y después mi vida quedaría ligada a ella para siempre, pero eso lo contare más adelante cuando mis memorias lleguen a ese tiempo, en fin en ese momento mi padre nos llamó a comer y como siempre ya fuera aquí en la pastoría o en la casa del pueblo la comida estuvo de diez, a mí me sirvió mi padre arroz y lo que me sorprendió y me gustó muchísimo fue que el arroz iba acompañado de papas rebanadas cocidas entre el arroz y además llevaba las rajas de chile ancho, de entrada el arroz estuvo exquisito, también me sirvió en un lado frijolitos refritos, además de las tortillas que calentó había unas gorditas de chile rojo que nos había puesto mi madre el día que nos vinimos a la pastoría, estas en especial estaban deliciosas, dora-ditas o tostaditas; yo me comí dos, una vez que me termine de comer el arroz le pedí a mi padre que me sirviera más con frijolitos y mi hermano no se diga creo que el pidió tres veces comida, mi padre se veía muy contento de que nos hubiera gustado tanto la comida que había hecho, al fin terminamos de comer, recogí los trastes que siempre me tocaba a mí, y me los lleve a lavar nuevamente, regresando de lavarlos continuaríamos con las clases mi hermano y yo, como hacia un sol abrasador me puse un sombrero viejo de mi padre y me fui con rumbo del arroyo a lavar los trastes, llegue y me acomode a lavarlos, termine rápido ya que no eran tantos como en la mañana, regrese al cuarto, acomode los trastes en su lugar y le dije a mi hermano que si quería que continuáramos con las lecciones, me respondió de forma afirmativa, iniciamos con un repaso de las vocales y los números que le había enseñado el día anterior, se los aprendió muy bien así que el día de hoy le empezaría a enseñar las consonantes, se las escribí en una hoja del cuaderno y estuvimos repasando el sonido gráfico de cada letra y después él las tuvo que escribir en otra hoja del cuaderno las letras para que también conociera además del sonido de cada letra su representación gráfica, al parecer yo era un buen maestro porque no tuvo dudas al momento de relacionar el nombre de cada letra con su representación gráfica, otra vez estuvimos en clases cerca de dos horas, cuando terminamos ya estaba oscureciendo una vez más y una vez mas no íbamos a cenar ya que es esta ocasión no había sido muy tarde la comida pero si había sido mucha la cantidad que habíamos comido, mi padre solo había puesto un té de hojas de hierbabuena así que si acaso nos comeríamos un pan con el té, el día de mañana en las clases que le estaba dando a mi hermano haríamos un breve repaso de lo aprendido el día de hoy y empezaríamos a formar silabas con el total de las letras del abecedario ya aprendidas; mi padre nos llamó a cenar y lo hicimos como lo había dicho anteriormente solo te y una pieza de pan, después de esto nos enjuagamos la boca con agua y nos dispusimos a dormir, esa noche también fue una noche serena en la cual los tres dormimos muy bien por lo menos yo dormí desde que mi cabeza toco la almohada hasta que desperté con el trajinar ya de mi padre aunque no me levante inmediatamente sino como una hora después, aun no salía el sol cuando salí al patio del cuarto donde dormíamos, eran como las siete de la mañana y el sol normalmente salía ya casi a las ocho, mi padre ya tenía en la lumbre una cacerola con un guisado de papas con chile verde y estaba calentando también lo que había sobrado del arroz y de los frijolitos del día anterior, a mi padre le salía muy rico todo lo que guisaba para comer, el día de hoy ya era Jueves, esto quería decir que el día de mañana Viernes tendríamos que irnos los tres para el pueblo ya que para la pedida de mano de la novia de mi hermano Manuel tendría que estar toda la familia que estuviera en el pueblo, así que este sería el último día completo en la pastoría y lo tenía que aprovechar al máximo, almorzamos en un ambiente muy animado y platicando de mil cosas mi padre, mi hermano y yo, le dije a mi padre que si había encontrado la piedra verde que me había encontrado cerca del arroyo, me dijo que si que la tenía en el morral de cuero que estaba colgado de una de las vigas en el cuarto, que nos lo íbamos a llevar al pueblo mañana, me dio mucho gusto que ya la hubiera encontrado así podríamos llevarla a algún banco o joyería en Victoria en la próxima vez que tuviéramos la oportunidad de ir y preguntar cuanto valía o cuanto podía llegar a valer y también cuanto nos podían dar por ella, era algo que me emocionaba sobremanera, sobre todo si tenía un valor alto, tenía tantas ilusiones como por ejemplo que si la piedra era una esmeralda genuina podríamos primero contratar el servicio de luz eléctrica para la casa del pueblo y después comprar un radio nuevo, una televisión si es que se podía, también comprar ropa porque desde que yo me acuerdo a mí nunca me habían comprado ropa nueva, no es que renegara de vivir como hasta ese momento habíamos vivido pero eso ayudaría mucho, también me gustaría si sobraba algo de dinero que nos compraran algunos juguetes a mi hermanita y a mí, ya que mi hermanita solo contaba con una o dos muñecas de trapo ya viejas y yo solo tenía mi trilita de madera, mi rueda y mis canicas, todo lo demás era jugar a juegos donde no se necesitaban cosas, la mayoría de los juegos eran de echarle imaginación y volviendo al tema de la ropa me encantaría poder tener alguna ropa decente para las boda que se avecinaban, la de mi hermano Manuel con su novia Jovita y la de mi tío Guadalupe con su novia Belén.
Terminamos de almorzar muy animadamente comentando también sobre la pedida de mano para la novia de mi hermano Manuel, para la gente del pueblo la pedida de mano de una novia era una cosa muy importante, aunque también era la forma más costosa de hacerse de una esposa, había otras formas que no eran tan costosas como por ejemplo que el novio no pidiera a la novia y que sencillamente se la robara y ya fuera que vivieran juntos sin casarse o que los obligaran a casarse, en ese caso la ceremonia tanto religiosa como civil se tendría que llevar a cabo pero podían o no hacer una fiesta, como era algo obligado la mayoría no hacía fiesta, en cambio al llevar a cabo la ceremonia de la pedida y otorgada de mano, si tenían que hacer una fiesta aunque fuera muy sencilla, la idea era que la gente se diera cuenta, que se enterara que la pareja se había casado por las tres leyes, no sé porque escribí esto pero la mayoría de la gente así decía, se supone que la primer ley es la ley civil, la segunda ley es la ley religiosa y la tercer ley es porque la pareja así lo había querido y decidido.
Otra cosa muy importante es si la pareja se gustaban, se querían y amaban o se llegarían a amar, porque digo esto, en aquellos tiempos se podía llegar al matrimonio por algún arreglo de los papas para entablar una especie como de sociedad y en los negocios ya fuera uniendo las tierras que poseía cada familia, uniendo los ganados igual que cada familia tenía o tan solo por emparentar con una familia que era pudiente o que tenía dinero, en ese tipo de uniones el cariño, el amor pasaban a un segundo término y había veces que este último nunca se daba entre las parejas obligadas a casarse por estos motivos; aunque también se podía llegar al matrimonio de una tercer manera, cuando al novio le gustaba una muchacha y aunque esta no estuviera interesada en él, este se la robaba y ya robada muchas veces se tenía que casar con el ya fuera obligada o incluso amenazada por él, entonces si era casi seguro que la chica pasara una vida de infierno al lado de él o que se acoplara a las circunstancias y tratara se sobrellevar el trato, el carácter y las formas de tratarla por parte del esposo y los familiares de él.
Evidentemente la mejor forma de llegar al matrimonio en aquellos y también en estos tiempos, sin lugar a dudas es que las parejas se gustaran, se quisieran y se amaran o se llegaran a amar con el paso del tiempo, en estos casos sí que valía la pena hacer la boda por todo lo alto, con las dos ceremonias y con una fiesta para invitar a todo el pueblo, que es como se estila ala en mi pueblo y en toda la región de Durango.
Bueno pues terminamos de almorzar, nos dedicamos a recoger todos los trastes sucios para ir a lavarlos al arroyo, seguramente me iba a tocar a mi ir a lavarlos como casi siempre, en fin cargue con los trastes sucios y me dirigí al arroyo a lavarlos por enésima vez, mientras caminaba con rumbo del arroyo, me iba imaginando como seria que cuando yo estuviera grande y tuviera novia, como le iba a hacer para casarme por ella, me la iría a robar, me la irían a pedir, ella aceptaría casarse conmigo?; faltaba tanto tiempo que me parecía imposible que yo fuera a llegar a esas instancias, me parecía tan lejana la posibilidad y tendrían que pasar tantos años (alrededor de 17 años) para que yo llegara a esas instancias, pero de esto ya les platicare más adelante en este mismo libro. Por lo pronto llegue al arroyo y procedí a lavar el montón de trastes que llevaba cargando, me llevo poco más de media hora tenerlos limpios y en seguida regrese al cuarto en el que los deposite, mientras tanto mi hermano había ido a recolectar yerbanis y algunas otras plantas para llevar a la casa del pueblo, mi padre estaba ya preparando las cosas que nos íbamos a llevar al pueblo, llevaba entre otras cosas algunas pieles de conejos que había curtido en los últimos días, algunos morrales que también nos iban a acompañar en el viaje, uno de ellos era el que tenía en su interior la famosa piedra verde que me había encontrado cerca del arroyo, aquí en la pastoría, también nos íbamos a llevar el radio viejo al que ya le hacían falta pilas nuevas, entre otras cosas más. Todos estábamos empacando lo que íbamos a llevar en el viaje, yo por ejemplo tenía aquí en la pastoría una hondilla (re-sortera), una honda y un trompo de madera, me los iba a llevar a la casa del pueblo porque no sabía cuánto tiempo íbamos a estar allá, igual y era más de una semana, ya quería estar allá para poder ir a invitar a Nino y mis demás amigos a jugar a la casa, los extrañaba mucho, sobre todo a Thelma, la vecinita que les platique que me subyugaba cada vez que la veía, en fin ya habría tiempo de hacer todo lo que quisiéramos en el tiempo que íbamos a estar en la casa del pueblo.
Llego la tarde, mi padre empezó a calentar la comida, había sobrado suficiente comida para el día de hoy, la idea era que el día de hoy mi padre no hiciera más comida porque sobraría para un día después pero como ya no íbamos a estar por aquí, más valía que faltara; cuando mi padre termino de calentar la comida nos habló a mi hermano y a mí para que fuéramos a comer, por enésima ocasión nos sentamos en algunas piedras grandes al rededor del hogar, mi padre nos sirvió una vez más papas con chile verde y arroz con frijoles igual que en la mañana, además aso en las brasas unos chiles anchos (poblanos), los pelamos para hacerlos tiras y echarnos unos tacos también, estos chiles anchos cuando los hacíamos tiras y los acompañábamos con una rebanada de queso fresco o ranchero, eran una delicia; lástima que ahorita en la pastoría no teníamos queso, ya se nos había terminado, pero aun así los tacos estuvieron muy ricos, en general la comida estuvo muy sabrosa, serian como las cuatro de la tarde cuando terminamos de comer, otra vez tendría que ir a lavar los trastes al arroyo, los recogí y nuevamente me encamine hacia el arroyo, llegue sin dilación, cuando estaba por empezar a lavar los trastes, en el agua algo llamo mi atención, algo se movía en la superficie, algo que hacía que se dibujaran ondas en la superficie del agua, me quede mirando atentamente en esa dirección mientras me movía lentamente hacia la orilla del arroyo, cuando llegue a la orilla pude ver con claridad que era lo que producía esas ondas en la superficie del agua, era nada más y nada menos que una víbora de agua o sea una culebra de un color verde muy llamativo, le calcule más o menos unos sesenta centímetros de largo por unos dos dedos de mi mano de diámetro, la culebra no se dignó ni siquiera mirarme y se siguió de largo nadando por la superficie del arroyo, yo regrese al lugar donde tenía los trastes que iba a lavar y comencé a hacerlo, rápidamente termine de lavarlos, los seque y cargue con ellos nuevamente para regresar al cuarto y depositarlos en un cazo que teníamos ex-profeso para ello.
En seguida quise prender el radio para ver si todavía las pilas le servían aunque fuera un poco, el radio solo hizo un ruido sordo y en seguida quedo muerto, no había señal, las pilas en esta ocasión si se habían agotado del todo, ni modo pasaríamos la tarde sin oírlo, mi padre dijo que en la noche solo tomaríamos un vaso de té y un pedazo de pan duro del que quedaba en uno de los morrales que también nos iban a acompañar al pueblo el día de mañana, también nos dijo que mañana partiríamos para el pueblo terminando de almorzar, eso me puso de muy buen humor, el resto de la tarde la pasamos mi hermano y yo repasando las lecciones que llevábamos aprendidas él y enseñadas yo, la tarde paso volando y llego la noche, como lo había dicho mi padre puso en la lumbre una olla con agua y le echo una generosa porción de yerbanis, mientras yo sacaba el pan duro que había en el morral, este pan ya tenía varios días, de hecho era del día que habíamos llegado mi hermano y yo a la pastoría con las gordas, bueno pues cenamos solo él te y el pedazo de pan duro, después nos enjuagamos la boca y nos dispusimos a dormir, la noche se presentaba fresca, aunque no hacía frío, yo estaba recordando momentos que había pasado con mis amigos en el pueblo y poco a poco me fui quedando dormido, esa noche tuve una ensoñación que no es otra cosa que un sueño vivido, que es tan real que parece que no estas soñando, en el, me veía tomado de la mano de Thelma la niña del pueblo que me gustaba e íbamos caminado por un camino envuelto en niebla y penumbra tapizado de pétalos de flores y llegábamos a una plataforma a la cual se accedía después de subir varios escalones, en la parte alta de la plataforma nos esperaba un sacerdote, el cual aparentemente nos estaba esperando para unirnos en matrimonio, ahora me daba cuenta que tanto Thelma como yo íbamos ataviados con la ropa adecuada para la ocasión, ella llevaba puesto un vestido blanco de novia y yo llevaba puesto un traje negro de lo más pulcro, yo pensaba para mis adentros, pero si somos unos niños como es que nos vamos a casar, y además donde están nuestros padres?, y nuestros padrinos?, y todos los invitados?.
Todas esas preguntas me las estaba haciendo mientras la novia y yo nos sentábamos en las sillas que estaban colocadas para nosotros, cuando de pronto, se disipo la niebla y la penumbra retrocedió cuando empezaron a encender las luces de la iglesia, en ese momento voltee a ver a la novia y para mi sorpresa descubrí que no era Thelma, era otra niña; también bonita pero muy diferente a Thelma, tuve la sensación de que a pesar que era la primera vez que la veía, la conocía de toda la vida, ella me tomo de la mano y me dijo, ya va a empezar la ceremonia; vamos a ponernos de pie, el sacerdote inicio la ceremonia y yo lo escuchaba como si estuviera muy lejos, cuando llego el momento en que me pregunto Juan de Dios aceptas por esposa a Celia y juras honrarla y respetarla todos los días de tu vida?, me quede petrificado, me quede mudo y no pude contestar nada, el sacerdote pregunto nuevamente Juan de Dios aceptas por esposa a Celia y juras honrarla y respetarla todos los días de tu vida?, la voz no salió de mi garganta, no pude articular palabra, la novia volteo a verme y me dijo, Juan, Juan te están hablando, ¡contesta!, en ese momento desperté, era mi padre el que me estaba moviendo y hablando para que me despertara y levantara, ya era tarde, ya había salido el sol y ya estaba listo el almuerzo, teníamos que almorzar rápido porque enseguida saldríamos de viaje con rumbo al pueblo, había llegado el día cero, el día que teníamos que volver al pueblo para estar en la petición de mano de la novia y la boda de mi tío Guadalupe.
Almorzamos de volada y nos dispusimos a partir, desde el día anterior habíamos cargado las cosas que iban a acompañarnos en este viaje al pueblo, para mí todo esto era emocionante; a pesar de tener pocos días acá en la pastoría, ardía en deseos de estar nuevamente en el pueblo para poder ver y jugar con mis amigos, también es cierto que ya faltaba poco tiempo para que regresáramos a clases, en unos cuantos días tendríamos que regresar a clases y esto también me emocionaba sobremanera, volvería a ver a mis compañeros de clases, a mi maestro y a mi escuela.

Salimos de la pastoría pasadas las 10:00 horas en la mañana, el camino que íbamos a recorrer era como de unos 30 kilómetros que a paso de caballo serian como 3 horas, en aquel recorrido me baje 3 veces para recolectar entre otras cosas chilitos de biznaga, garambullos y tronadores para llevárselos a mi hermanita, más adelante ya casi para llegar al pueblo, cuando íbamos emparejando el lugar donde está asentado un pueblo que se llama Francisco Zarco, encontramos unos árboles de durazno cargados de fruta, otra vez me baje de la traila y corte como 2 kilos de esta fruta, estaban en su punto, bien maduros lo cual comprobé al comerme 2 de ellos, eran duraznos priscos, estos duraznos tienen la peculiaridad de que los puedes partir por la mitad y la semilla sale limpia, la carne del durazno no se le pega a ninguna de las 2 partes y además el sabor es muy sabroso, fresco, ligeramente perfumado, la verdad es que estaban deliciosos, les compartí a mi padre y a mi hermano, también se comieron varios, para este momento ya se divisaba la cúpula de la iglesia, era lo primero que se alcanzaba a ver siempre que íbamos llegando al pueblo, cuando entramos en el pueblo ya pasaba de la 1:00 de la tarde, por donde mirara se veían grupos de chiquillos jugando en las calles, unos jugaban a las canicas, otros jugaban a la quemada y otros más jugaban al bebe leche, al reconocer a varios de mis compañeros de la escuela me sentí fuertemente tentado a bajarme a saludarlos y a jugar con ellos pero me contuve; ya tendría tiempo de jugar con mis amigos, al fin llegamos a la casa, mi hermano se bajó a abrir las hojas del portón de entrada para la casa, entramos y ya nos estaban esperando mi madre y mis hermanas muy contentas porque al fin habíamos regresado los tres que estábamos en la pastoría y además nos íbamos a quedar unos días, hasta que pasara la petición de la mano de la novia de mi tío Guadalupe, empezamos a bajar las cosas, lo que había recolectado, le dije a mi hermanita que lo íbamos a usar para invitar a jugar a mis amigos a la comidita, a ella también la entusiasmo la idea, me dijo que mis amigos habían ido a preguntar por mi varias veces en mi ausencia, eso quería decir que ellos también estaban ansiosos por vernos y jugar como siempre lo hacíamos, terminamos de bajar las cosas y las metimos a la casa, entre al cuarto y me deje caer en la cama exhausto, quería descansar un rato, así permanecí por unos 15 minutos, cuando entro corriendo mi hermanita diciéndome que mi amigo Nino estaba buscándome en la puerta de entrada, me levante como de un resorte de la cama y me dirigí a la puerta de entrada; mi amigo y yo nos saludamos efusiva mente, lo invite a entrar pero me dijo que no había pedido permiso en su casa, que se iba pero regresaría como a las 4 de la tarde y que iba a pasaría a invitar a Freddy y a Thelma para que también fueran a jugar, le agradecí por ese gesto y nos despedimos para reunirlos a las 4 de la tarde.

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