Y
llego el día esperado, mi tío Guadalupe llego
muy temprano vestido de gala para la petición de la mano de su novia, almorzamos y después de hacerlo cada
quien se ocupó de sus cosas, y
llego la hora de marchar, como la casa de la novia estaba a menos de una cuadra
de la casa nos iríamos caminando hasta allá, a las dos y
media de la tarde salimos de la casa y todos nos dirigimos a la casa de los
papas de la novia, bueno casi todos porque mi hermano Manuel no iba con
nosotros porque había ido a visitar a su novia; llegamos casi de
manera inmediata, ellos ya nos estaban esperando, y nos hicieron pasar a lo que
presumible-mente era una sala improvisada ya que solo había sillas como las
que hay en una cocina, la petición de mano en realidad fue algo muy rápido, y también rápido se pusieron
de acuerdo, enseguida nos pidieron que pasáramos al patio trasero de la casa porque nos habían preparado una
comidita para celebrar el acontecimiento, nos fuimos todos, le calcule que
entre invitados y anfitriones éramos alrededor de veinte personas las que íbamos a degustar
aquella comida que por cierto era sopa como la que se acostumbra en esos
pueblos cuando se casa alguien, hay quinceañera o le hacen reliquia a algún santo o a alguna
virgen, la gente acostumbra comprar de varios tipos de sopas y las guisan todas
juntas y de guisado había el ya de por si famoso asado que no es otra
cosa que carne de puerco guisada en chile rojo, riquísimo este guisado
y por supuesto había cocas y sodas para tomar, la mayoría de la gente hace
este guisado así pero también la hay que hace
la carne con chile verde y también está muy sabroso, bueno entonces llegamos al lugar
donde habían acondicionado
unas tablas para dar forma a una mesa como para cincuenta gentes, los asientos
también estaban hechos con
tablas recordemos que la mayoría de la gente en este mi pueblo éramos de origen
humilde y no teníamos lujos en
nuestras casas, todo estuvo de primera en la comida y cuando terminamos
estuvimos todavía un buen rato en
lo que mis padres y los padres de la novia y los novios platicaban de mil
cosas, cuando nos despedimos ya estaba oscureciendo, lo bueno es que llegamos
muy rápido a la casa y
después de un rato de no
hacer nada nos dispusimos a irnos a la cama, nuevamente nos tocaría a mi hermanita y
a mi acostarnos en la cama de mi madre porque mi hermano Manuel se iba a quedar
una semana, el próximo Sábado la historia se repetiría con la petición de mano pero en
esa ocasión seria la mano de
la novia de mi hermano Manuel porque ellos también se iban a casar, al día siguiente nos
levantamos muy temprano porque era Domingo y como cada semana íbamos a asistir a
la misa a las ocho de la mañana, desayunamos algo ligero y nos dispusimos a
irnos a la iglesia, esta también quedaba relativamente cerca de la casa como a
dos cuadras, a mí me encantaba ir a
misa los Domingos no tanto por la ceremonia sino porque a la salida había vendimia de
muchas cosas, había quien vendía paletas, nieves y helados, quien vendía duros
(chicharrones preparados), también había quien vendía quiote, dulces, incluso había un puesto de
revistas en una de las esquinas cercanas a la iglesia donde las vendían pero si no tenías suficiente
dinero para comprarlas también las rentaban para que las pudieras leer o ver
y regresarlas una vez concluidas, mis padres a veces me podían comprar una que
otra golosina o yo tenía dinero para rentar una revista, me gustaban
mucho la de Kaliman, la de Memin pinguin, la de Águila solitaria y la de Fantomas, siempre que
podía iba a ese puesto
por lo menos para verlas ahí colgadas o rentarlas y poder verlas, cuando lo hacía me imaginaba que
yo era el héroe de la revista
y vivía realmente la
lectura, la actuaba; tenía una imaginación poco común para un niño de mi edad, cuando llegamos a la iglesia
entramos de inmediato para poder tener un lugar donde se sentaran mis padres,
nosotros los chiquillos no era necesario que tuviéramos lugar, nosotros como éramos unos
chiquillos nos podíamos sentar en la madera sobre la que se hincaba
uno o directamente en el suelo, y por supuesto estábamos más atentos a ver si
nuestros amigos habían ido a la misa que a lo que decía el padre
A
eso de las doce horas del medio día ya estábamos todos listos sin embargo tendríamos que
esperarnos hasta las dos de la tarde para irnos a la casa de la familia Carlos
Cadillo que era donde vivía la novia de mi hermano Manuel, la distancia
entre nuestra casa y la casa de la novia no era mucha a lo mucho serian tres
cuadras, pero mi padre no había decidido si nos iríamos caminando o
nos iríamos en la traila
de la familia, ya casi al final decidió que nos iríamos en la traila así que pegaron las
dos mulas a la traila en la que habíamos llegado de la pastora, le hicimos limpieza
a la traila y quedo lista para poder subirnos, íbamos a ir todos a la petición de mano de la
novia, mis padres, mis hermanos Manuel y Alejandro y mis hermanas Anita que era
la más pequeña, Mary y Tomy que
eran mayores que yo una de 11 y la otra de 13 años, mis otros hermanos no estarían presentes, mi
hermano Jaime ya estaba casado y vivía en la ciudad de México y mis
hermanas Lucia y Santos también estaban casadas y vivían en los pueblos
de Carrillo puerto y el Dos de Abril respectivamente, en ese momento no sabía si iban a venir
a la boda pero a la petición de mano parece que no puesto que mis padres no
habían hecho alusión a ello.
Dieron
las dos de la tarde, nos subimos a la traila y salimos de la casa, mi hermano
Alejandro atranco la puerta y la cerro con candado, se subió a la traila y empezamos a caminar, fue muy rápido llegar a la
casa de los Carlos Cedillo, otra vez se bajó mi hermano Alejandro, toco el portón, el portón lo abrió un mucha-chillo
como de ocho o nueve años y le grito a su papa avisando que habíamos llegado, nos
abrieron el portón y entramos con
todo y la traila, mi padre la llevo hasta el fondo del corral, la freno y todos
nos bajamos, mi hermano Alejandro despego los animales de la traila y los dejo
amarrados de la lanza de la misma, todos nos quedamos a la expectativa, de
pronto salió por la puerta de
la casa principal el señor Luciano Carlos que era el patriarca de la
familia acompañado de la señora María Cedillo, su
esposa, llegaron hasta nosotros y nos saludaron de mano a todos, conforme nos
iba saludando mis padres les iban diciendo nuestros nombres, yo me di tiempo
para fijarme que había muchos niños en esa casa, por lo menos alcance a contar
una docena de chiquillos y chiquillas que correteaban en el patio y en el
corral jugando tratando de no ensuciar su ropa, los había de todos tamaños desde niños de brazos hasta
niños como de diez años, todo ellos
sobrinos de la novia, hijos de sus hermanos.
El
señor Luciano Carlos
y su esposa nos invitaron a pasar a la casa, tenían una enorme sala donde nos sentamos todos,
cuando iban a empezar a platicar acerca del tema principal, el señor Chano (Luciano),
le dijo a una de sus nueras que nos dieran algo de comer a los más chicos, la señora nos llevó a mi hermanita y
a mí a la cocina y nos
dio sopa con chile rojo en unos plato-tes grandotes y brillantes que parecían de vidrio,
terminamos de comer y mientras les llevaban comida a los que se habían quedado adentro
la señora nos dijo que
nos saliéramos a jugar con
todos los demás niños en el patio,
nos presentó con ellos, les
dijimos nuestros nombres y empezamos a jugar, andaban jugando a los encantados,
corrimos para allá y corrimos para acá tratando de
encantar y a veces desencantar a los demás jugadores y en eso tropecé varias veces con
una niña como de mi edad,
flaquilla y vivaracha, güerita y que traía tejidas unas trenzas en su claro cabello, los
demás niños le decían y le gritaban “Chela”, más adelante supe
que su nombre completo era Celia Carlos Guerrero, esa niña me causo una muy
buena impresión, las veces que
llegamos a cruzar nuestras miradas me di cuenta que era una niña muy bonita y muy
inteligente, además de ser muy ágil y escurridiza para poder encantarla, tenía una facilidad
espasmosa para escapar cuando todos creían que la tenían atrapada, no hubo ocasión de platicar con
ella ya que andábamos jugando en
grupo, quizá más tarde podría hacerlo.
Después de jugar como
dos horas termino el juego y en lo que descansábamos sentados un unos adobes, me acerque a ella
y le dije quiubole, me contesto el saludo, le dije mi nombre; me dijo el suyo,
le conté que yo era
hermano del novio y ella me contó que ella era sobrina de la novia, estuvimos
platicando como diez minutos, trate de explicarle donde vivíamos, lo logre a
medias; también le dije que me gustaría mucho si algún día la dejaban ir a
jugar a la casa, me prometió que si la dejaban iría a jugar con
nosotros a la casa, eso me emociono mucho, era una chiquilla agradable de complexión delgada pero
fuerte, ella también era una niña muy bella pero de una belleza diferente a la
de Thelma, esta última era más sofisticada y
siempre olía a perfume, Celia
en cambio no olía a perfume pero
si olía a limpio, era
una niña más natural más humilde en su
forma de vestir y actuar pero no sé porque me sentí arrebatado por su presencia, lo que yo había sentido hacia algún tiempo por
Thelma era como algo inalcanzable, era como una utopía, era como de
ciencia ficción, era como
enamorarse de la Luna; en cambio al ver a Chela me identifique plenamente con
ella, la sentí más cercana a mi
forma de vida, más cercana a mi
estatus social, la sentí mas alcanzable , la sentí como una
realidad, la sentí como una persona con todo su drama, un drama
parecido al mío hasta ese
momento, verla era como enamorarse de una flor, delicada pero acariciable, tan
cercana que subyugaba al que más, desde ese momento me sentí atraído por esa belleza
natural, esa belleza que no necesita retoques para resaltar, esa belleza que está al alcance de la
mano, esa belleza campirana que sin embargo no le pide nada a la belleza
sofisticada, en resumen la belleza de Chela podía hacer que fácilmente y sin hacer esfuerzo, yo quedara
irremediablemente atrapado en su mirada.
En
esos momentos yo no sabía pero Chela llegaría a significar lo más grande, lo más importante en
cuanto a amor se refiere para mí, pero eso lo relatare más adelante en este
libro.
Después de un rato de
descansar nos pusimos de acuerdo para jugar al bebe leche, estábamos empezando a
jugar cuando mis padres y hermanos salieron de la casa acompañados de los padres
y hermanos de la novia, en una parte del patio de la casa habían acondicionado
unas mesas y unas bancas y sillas para la comida, los adultos pasaron a
sentarse allí y también nos llamaron a
todos los chiquillos que andábamos jugando en el patio y en el corral,
primero nos pidieron que nos laváramos las manos, lo hicimos, después nos las secamos
con unas toallas que sacaron de la casa, quedamos listos para sentarnos a
comer, a nosotros los más chicos nos sentaron en otra mesa y bancas de
medidas más reducidas,
especial para todos nosotros, en el acomodo de todos en la mesa yo quede
sentado de un lado de la mesa y Chela quedo exactamente en frente de mí, así que seguimos
platicando, le conté que yo ya estaba en primero de la primaria, había estado en la
escuela Joaquín Amaro pero me habían cambiado a la
escuela de abajo, ella me dijo que ella apenas iba a entrar porque había estado un poco
enferma y no la habían inscrito ese año, me interese por su salud, y me dijo que le salía sangre de la
nariz sin motivo aparente y que cuando le salía batallaban mucho para poder parar la
hemorragia, desde ese momento me sentí plenamente identificado con ella, por un rato
nos dedicamos solamente a comer y beber, en ese tiempo cruzamos varias veces
nuestras miradas, solo sonreímos porque estábamos ocupados en dar cuenta de todo lo que nos habían servido de
comer; más tarde cuando
terminamos de comer nos levantamos ella y yo primero de las sillas diciéndole a los demás que nos
alcanzaran en el corral, seguimos platicando un buen rato hasta que llegaron
todos los demás, ya estaba
oscuro, de hecho ya era de noche; no tardarían mis padres en decirme que ya nos íbamos, me apresure
a decirle que si después pedía permiso para ir a jugar a la casa, que la
invitaba a ir a mi casa a jugar, ella prometió que iba a pedir permiso a ver si la dejaban ir,
ya no alcanzamos a empezar un juego más, en ese momento me hablo una de mis hermanas,
me dijo que decía mi madre que ya
nos íbamos a retirar de
la fiesta, voltio y me despedí de Chela, la salude de mano y le dije que me había dado mucho gusto
haberla conocido, que si quería ser mi amiga, ella me respondió en el acto que sí, que si quería ser mi amiga y
que a ella también le había dado mucho gusto
conocerme, solté su mano y como un
autómata me subí a la traila en la
cual ya estaba toda mi familia subida, abrieron el portón por el que hacia
unas horas habíamos entrado, me
quede viendo la cara de Chela hasta que cerraron el portón y la traila empezó a caminar calle
arriba, cuando llegamos a la casa y entramos, mi hermanita me pregunto que que tenía, que me había quedado muy
callado, le conteste que nada, no sabía cómo explicarle a mi hermanita lo que había sentido al
conocer y jugar todo este rato con Chela, sus hermanos y primos, pero sobretodo
con ella, Chela se había quedado impresa en mi mente, cerraba los ojos
y lo único que veía era su rostro,
los abría y veía su cara, los volvía a cerrar y veía su grácil cuerpo, en
esos momentos todo lo que podía hacer, lo que podía pensar, lo que podía ver estaba
ligado al nombre y rostro de Chela, me acorde de aquel sueño en donde me iba
a casar con Thelma y sin embargo al llegar al altar y preguntarme el padre si aceptaba
casarme con ella, el rostro de la novia que me acompañaba en el altar
era el de Chela, yo creo que aquel sueño fue premonitorio porque en aquel tiempo aun no
conocía a Chela, nunca
la había visto, ni
siquiera sabía que existía y heme aquí pensando en ella;
esa noche mi sueño fue un sueño tortuoso, desperté varias veces y
varias veces me volví a dormir, teniendo un sueño recurrente que
era ver alejarse a Chela con su mano extendida hacia mí y yo con la mía extendida hacia
ella pero sin poder tocarla es más sin poder alcanzarla.
Al
día siguiente por la
mañana una vez que me
desperté y levante, me sentí nostálgico sin motivo
aparente, almorcé sin apetito y
enseguida me levante para irme hacia el corral, anduve deambulando de aquí para allá y de allá para acá, pateando botes,
piedras, palos y cuanta cosa se me atravesaba en el camino hasta que escuche
que tocaban en el portón, como era el único que andaba por ahí en ese momento,
me acerque a abrir y sorpresa; eran mis amigos, Nino, Thelma y Freddy que iban
a jugar y a platicar conmigo, los hice pasar y nos fuimos inmediatamente al
corral, donde tantas veces habíamos jugado, primero se interesaron por cómo nos había ido el día anterior en la petición de mano de la
novia de mi hermano, les conté con lujo de detalle, sobretodo de Chela, les conté cuantos años tenía, como era físicamente, ellos
me comentaron que si la conocían de vista, sabían quienes eran sus papas y conocían también a algunos de sus
hermanos y primos, eso me lo dijeron Nino y Freddy, Thelma no dijo nada, de
hecho la sentí un poco fría después de que les
platique sobre Chela, incluso llegue a pensar que se había puesto un poco
celosa, no tenía fundamentos para
pensarlo pero igual lo pensé; después de terminar de platicar todo lo que había pasado en la
fiesta les dije que si querían jugar un rato allí en el corral,
Nino dijo que tenía una idea mejor, que le pidiéramos permiso a mi
madre para que me dejara ir con ellos a la plaza un rato, llamaron a mi madre y
esta contrario a lo que me estaba imaginando si me dio permiso pero solo un
rato, tendría que regresar
antes de comer, agradecí el permiso de mi madre y mis amigos y yo
salimos de la casa con rumbo a la plaza, la plaza quedaba relativamente cerca
de la casa, eran dos cuadras caminando hacia la parte céntrica del pueblo,
llegamos a la plaza y empezamos a jugar en unos columpios que había allí, también jugamos en la
parte del suelo que estaba cubierta con zacate (pasto), cuando estábamos jugando en
el pasto a lo lejos alcance a ver a
Chela acompañada de una señora mayor, después me enteraría que esta señora era la abuela
de Chela y que esta vivía por temporadas en su casa, sobre todo cuando
era la temporada de siembra que sus
papas y hermanos estaban en el huérfano haciendo las labores agrícolas, levante la
mano para saludarla, ella a lo lejos me reconoció y también levanto la mano devolviéndome el saludo,
la llame con la mano, ella detuvo su marcha y algo le dijo a su abuela, en
seguida empezó a caminar hacia
donde estábamos mis amigos y
yo, nos saludamos, nos dimos un abrazo y le presente a mis amigos, me dijo que
ya los conocía pero los saludo
con cortesía, le pregunte que
si se podía quedar a jugar
con nosotros un rato, respondió que no le habían dado permiso que solo la habían dejado ir a
saludarnos, también me dijo que vivía temporalmente con su abuela y que esta vivía dos cuadras más abajo de la
plaza, se despidió de nosotros y prometió que nos veríamos el próximo domingo después de la misa de
ocho de la misa de doce o en la plaza si es que íbamos, quedamos de acuerdo y partió nuevamente hacia
donde la esperaba su abuela y continuaron su camino hacia su casa, nosotros
mientras tanto seguimos divirtiéndonos, en seguida nos fuimos al quiosco,
estuvimos un rato jugando en él y como a las dos de la tarde les dije a mis
amigos que ya era hora de regresar a la casa, estuvieron de acuerdo, había sido una buena
tarde; nos habíamos divertido
mucho aunque yo continuaba un poco entre melancólico y pensativo, mis amigos se quedaron en sus
casas que estaban antes que la mía, llegue a la casa entre por el portón, le avise a mi
madre que ya había llegado; la
comida aún no estaba así que me dirigí nuevamente al
corral, tenía curiosidad de
ver a mi pollo a ver cómo iba su adaptación a los demás pollos y gallinas de la casa, lo alcance a
distinguir al fondo del corral, cerca de unos nopales, estaba escarbando la
tierra en busca de gusanos, lombrices, arañas o insectos; me di cuenta que le estaba
cambiando el plumaje, todos sabemos que cuando los pollos están pequeños tienen unas
plumas pequeñas y suaves que más que plumas
parecen pelos, y después como a las dos semanas de nacidos, les
empiezan salir unas pequeñas plumas en las alas y cuerpo en general, como
a los dos meses de vida el plumaje ya está completo pero en el caso particular de los
pollos machos como a los seis meses les empiezan a salir las plumas
definitivas, esta plumas las podríamos llamar como plumas de gala ya que alrededor
del cuello y en la parte alta de la cola les salen unas plumas diferentes a las
del cuerpo, estas plumas son más brillantes y llamativas, las de la cola de
hecho llegan a medir incluso más que el mismo cuerpo, estas plumas hacen que
puedas distinguir fácilmente a un gallo macho entre un montón de gallinas, además del tamaño claro.
Mi
pollo estaba en ese cambio de las plumas que parecen pelos a las plumas
permanentes que iba a tener toda su vida, el gallinero en general lo había aceptado de
buena gana y el ya estaba totalmente adaptado al gallinero y al corral en
general, ya deambulaba por todo el corral sin problemas, se podía decir que estaba
en su casa, recordemos que lo había traído hacia como quince días de la casa de
mi hermana Lucia en Carrillo Puerto y mi pollo ya se portaba como si hubiera
nacido allí e el gallinero de
la casa; me dio tanto gusto que les prepare una tortillas remojadas en agua,
les prepare una tina como de ocho litros a la mitad, llame a todo el gallinero
y le empecé a echar su
comida, llegaron todos, gallinas pollos, pollas, gallos y hasta los cóconos (guajolotes)
y coconas (guajolotas), por supuesto también llego mi pollo y todos empezaron a comer
atropelladamente, una vez que terminaron se retiraron a hacer lo que estaban
haciendo hasta antes de que los llamara, pude notar en sus miradas la satisfacción de haber tenido
una comida gratuita que no les había costado escarbar y escarbar en la tierra para
poder tenerla, incluso les parecerá una tontería pero pude adivinar una sonrisa en la cara de
algunas gallinas, en esas estaba cuando escuche el grito de mi madre llamándonos a comer a
todos, llegue a la cocina, ya estaban todos mis hermanos y mi padre listos para
empezar a comer, como no había sillas suficientes a mí y a mi hermanita
nos tocó sentarnos en el
suelo, sobre un costal vacío de los que usan para encostalar el frijol, mi
madre había hecho un caldo
de res espectacular, estaba para chuparse los dedos, algunos de mis hermanos
doblete-aron plato, yo quede satisfecho con la ración que me sirvió mi madre de
inicio, terminando de comer mis padres aprovecharon y en la sobremesa nos
platicaron acerca de lo que habían hablado con los papas de la novia de la fecha
de la boda, al perecer los novios querían casarse en un mes, como estábamos a finales de
Agosto, seguramente sería el Sábado más cercano al 15 de Septiembre, para ese tiempo
yo ya habría regresado a
clases para empezar el segundo grado de la primaria, realmente me quedaban muy
pocos días de vacaciones
por disfrutar, ahora que lo menciono me gustaría que mi padre me pudiera dejar aquí en el pueblo para
disfrutar los pocos días que me faltaban de vacaciones, jugando,
platicando y disfrutando con mis amigos de siempre y también con mi nueva
amiga Chela.
Ese
mismo día le dije a mi
padre que si podía quedarme en el
pueblo lo que restaba de las vacaciones de la escuela, al principio mi padre no
quería dejarme en el
pueblo, pero después de un rato accedió a mi solicitud,
arguyendo que el trabajo en la pastoría ya casi se había acabado, me sentí inmensamente feliz, abrace a mi padre y le agradecí que pudiera
quedarme en la casa del pueblo lo que restaba de vacaciones, mi padre no dijo
nada, de hecho mi padre era un hombre de muy pocas palabras, en esta ocasión solo dijo “además todavía estas chiquillo
y lo que realmente nos ayudas allá es casi nada”, no tome en cuenta sus palabras, lo que
realmente me importaba era que había dado su permiso, eran ya casi las cinco de la
tarde, teníamos aun cerca de
una hora y media de luz natural para poder jugar, así que como no
estaban mis amigos ahí, pensé en jugar yo solo a las canicas en el corral,
fui rápidamente al
cuarto y saque de la caja que tenía abajo de la cama, una bolsa con mis canicas,
llegue al corral y decidí jugar a la matada, este juego consistía en jugar con dos
diferentes canicas y tratar de pegarles entre sí, cada vez que podía pegarle con una canica a la otra, la segunda
acumulaba una muerte en contra, que solo podía recuperarla al regresar la muerte a la canica
anterior, la que me encantaba de este juego era que era un juego de mucha
estrategia, la canica que tenía el turno podía tirarle a la otra canica para tratar de
matarla o si lo prefería en lugar de tirarle a la canica podía usar su turno
para tratar de esconderse del tiro de la otra canica, podía esconderse atrás de una piedra,
atrás de una planta o
en lugares poco accesibles para el tiro de la rival, por todas estas
posibilidades me encantaba este juego, estuve jugando hasta que se empezó a meter el sol;
una vez que se empezó a meter recogí todas mis canicas y me retire a la casa, guarde
mi bolsa de canicas en la caja que estaba debajo de la cama, me salí nuevamente al
patio, la oscuridad en el exterior era ya casi total, que rápido se mete el
sol sobre todo en los pueblos donde no hay energía eléctrica o lámparas en los postes de la calle, de hecho no había energía eléctrica en la mayoría de las casas,
casi en todas las casas nos teníamos que alumbrar con aparatos o quinques o con unos botes
a los que se les echaba petróleo en su interior y a través de una mecha
casi siempre de alguna tela empapada en el petróleo se obtenía la llama suficiente para tener luz y medio ver
en un cuarto, estos botes se llamaban cachimbas; regresando a la plática de hace un
rato, estaba yo solo en el patio, levante la vista hacia el cielo, en esta ocasión este estaba
totalmente despejado, no había una sola nube, tampoco había humo o smog como
el que hay en el cielo de las ciudades, era un cielo totalmente trasparente,
pude ver claramente todas las estrellas incluso algunos planetas a simple
vista, estaba la estrella próxima centauri que es las más cercana a la
tierra, estaba la constelación de la osa menor, la de la osa mayor, los tres
reyes magos, se alcanzaba a ver el planeta Marte con un tono un tanto rojizo,
se veía la luna en todo
su esplendor, me quede pensando en la grandeza del universo, la belleza de la vía láctea con su sol,
sus planetas, sus estrellas y sus demás astros, con lo pequeño que se debería ver la tierra a
ojos de otros seres vivos de otros planetas si es que los había, yo casi estaba
seguro de que había vida más allá de la tierra, a mi corta edad ya había sido testigo de cómo las estrellas
se movían en el
firmamento, en ese momento tan absorto estaba disfrutando la vista del
estrellado cielo que me pareció que una vez más las estrellas se movían, ahora no solo
era una estrella la que había cobrado vida como en la pastoría tiempo atrás, ahora eran
muchas las estrellas las que habían empezado a moverse, poco a poco y una tras
otra las estrellas habían empezado a formar una figura en el cielo,
cuando estas terminaron de hacer su formación me quede petrificado, en la formación se podían leer dos
letras, ambas escritas con mayúscula, la primer letra era “A” en el primer renglón y la segunda
letra, no lo van a creer era la letra “C”, las letras estuvieron algunos segundos
brillando intensamente y posteriormente comenzaron a perder brillo
paulatinamente mientras las estrellas regresaban a su lugar rompiendo la formación que había dado origen a
las dos letras antes descritas, en ese momento sentí la imperiosa
necesidad de cerrar los ojos, lo hice por varios segundos y cuando los volví a abrir, las
estrellas ya habían dejado de
moverse, sacudí la cabeza
tratando de despejarme, nunca supe si lo que vi había pasado realmente
o había sido una especie
de ensoñación, baje la cabeza
algo cansado y me retire lentamente al cuarto, había llegado el
momento de irnos a dormir, esa noche ni siquiera cene, solo tome un vaso de té de yerbanis, me acosté en el lugar que me
tocaba y tocando la almohada me quede profundamente dormido, no desperté sino hasta que
escuche el cantar de los gallos, eran ya las seis de la mañana, no me levante
inmediatamente, estuve descansando un rato más, un poco antes de las ocho de la mañana, me levante,
mis hermanas y hermanos ya se habían levantado, ya estaban en la cocina listos
para almorzar, me uní a ellos, almorzamos y después del almuerzo mi
hermano Manuel nos dijo que se iba a regresar a México el día de mañana Martes, que regresaría en Septiembre,
que después avisaría de la fecha
exacta de la boda, todos estuvieron de acuerdo, mi hermanita y yo no dijimos
nada éramos muy pequeños para poder
opinar, nosotros estábamos en la edad de ver, escuchar y callar, así era para todos
los niños pequeños en aquellos
lugares y en general en todos lados; terminamos de almorzar y cada quien de
ocupo en hacer sus actividades, mi madre me aviso que mi hermanita y yo íbamos a acompañarla a lavar al placer,
este lugar estaba entre la presa y el ojo de agua del pueblo, el ojo de agua
del pueblo no era otra cosa más que un manantial del cual fluía agua día y noche sin
parar, por este motivo se había formado un arroyo de esta agua limpia, pura y
cristalina que corría a lo largo de aproximadamente dos kilómetros entre el
propio ojo de agua y la presa, más o menos a la mitad de este recorrido, se
encontraba el lugar llamado “El placer”, el cual se encontraba entre una vegetación más densa provocada
por la misma humedad del suelo, sombreada por muchos y muy variados arboles
entre los que destacaban por su tamaño varios álamos, también la fauna del lugar era muy variada, había conejos,
liebres, ratas de campo, insectos rastreros, insectos voladores, infinidad de pájaros, y algunas
aves de presa como águilas, halcones, gavilanes y cuervos; dentro de
los animales peligrosos que también habitaban este lugar estaban las víboras de cascabel,
culebras, alacranes, hormigas coloradas y varias especies de arañas y tarántulas, era todo
un ecosistema diferente al del resto de los lugares más bien semi desérticos, donde
imperaban las plantas como los nopales, los cactus, los huizaches, los
mezquites, los gatuños (arbustos espinosos) y los cardenches, todas ellas plantas de
clima semi desértico y desértico.
Mi
madre nos dijo que ya estaba lista, mi padre nos iba a llevar en la traila, después de dejarnos en
el placer volvería al pueblo y regresaría por nosotros por
la tarde, manos a la obra, subimos varios bultos de ropa sucia que tenía ya listos mi
madre, nos subimos a la traila, mi hermano Alejandro nos abrió el portón y salimos en la
traila con rumbo de la presa, en unos cuantos minutos pasamos la presa y
llegamos al placer, bajamos los bultos, mi padre se regresó al pueblo, mi
madre escogió el lugar donde
hubiera una piedra acondicionada como lavadero, encontramos el lugar sin
problemas y mi madre y una de mis hermanas empezaron a lavar, yo tenía pensado dar una
vuelta por los alrededores y le pedí permiso a mi madre para hacerlo, mi madre me
dio el permiso pero me recomendó tener mucho cuidado con los animales peligrosos
que abundaban en el lugar, tome su consejo en cuanta y me aleje un poco del
lugar donde estaban lavando, cruce el arroyo por uno de tantos lugares que había con piedras
colocada de forma que pudieran ayudar a cruzar a la gente sin mojarse los
zapatos, recogí un palo de
medianas dimensiones que me iba a servir de herramienta y también de arma en caso
de que fuera necesario, la vegetación era exuberante en esa parte del terreno debido
al fluir del agua sin cesar día y noche, a la orilla del arroyo crecía el zacate
(pasto) tan alto que me tapaba al caminar a un lado de él, la mayoría de los arboles
eran muy altos los había que superaban los treinta metros fácilmente, seguí avanzando y salí del arroyo
avanzando hacia el cerro donde crecían nopales y huizaches por doquier, avance con
rumbo a la cima de aquel pequeño cerro, en la cima había un par de palmas
que crecían en la parte más árida del terreno,
al empezar a bajar del otro lado del cerro había otro arroyo pero este estaba seco, era un
arroyo temporal de los que se forman en tiempos de lluvia y se secan cuando
pasa esta temporada, es lo que estaba buscando, el lecho del arroyo estaba
cubierto por una arena de color dorado a veces hasta llegue a pensar que esa
arena contenía oro molido, eso
nunca lo supe solo lo supuse, empecé a jugar excavando en la arena tratando de hacer
una cueva, después de un buen rato
de excavar lo logre y después de esto me dedique a acarrear piedras y palos
para hacer una casa dentro de la cueva, sin darme cuenta paso rápidamente el
tiempo y como a las dos de la tarde alcance a escuchar que mi madre me estaba
gritando porque ya era hora de comer, deshice el camino y regrese al lugar
donde estaba mi madre y mis dos hermanas, al parecer ya habían terminado de
lavar la ropa, de hecho ya habían tendido una parte de la misma y solo faltaba
que tendieran la última parte de ropa que acababan de terminar de
lavar, mientras mis hermanas lo hacían mi madre se estaba dando un baño en ropa interior
en el arroyo aprovechando que había poca gente, en ese momento paso una traila más con gente, iba
el señor, su esposa y
una hija más bien pequeña, vi que
saludaban efusivamente a mi madre con la
mano, le pregunte a mi madre que quienes eran porque no los conocía, me dijo que no
eran del pueblo que eran de un pueblo vecino pero que ella los conocía, así quedo mi madre me
pidió que recogiera
unos palos secos para hacer la lumbre y calentar las gordas que llevábamos y que
metiera una soda grande que llevábamos al agua para
que se enfriara, mis hermanas terminaron de tender la ropa y mi madre aprovecho
para bañarse, cuando mi
madre termino de bañarse mi hermana mayor ayudo a mi madre a que se
cambiara la ropa mojada por ropa seca tratando de hacerle casita con una sábana, mientras
tanto yo había prendido la
lumbre para calentar la comida que llevábamos, saque la soda del agua, ya estaba fresca
y mi madre empezó a calentar las
gordas, estas iban rellenas de frijoles unas con chile rojo y otras con chile
verde, estaban bien sabrosas y acompañadas por un vaso de refresco mucho mejor, pronto
paso el tiempo y dieron las seis de la tarde, mi madre les dijo a mis hermanas
que empezaran a recoger la ropa porque mi padre no tardaba en regresar por nosotros
y así fue como a los
diez minutos llego mi padre, cargamos los bultos de la ropa en la traila y nos
dispusimos a regresar al pueblo, ya estaba empezando a oscurecer cuando íbamos entrando a
las calles del pueblo, llegamos a la puerta de entrada al corral de la casa, yo
me baje y me brinque la barda para abrir la puerta que estaba cerrada por la
parte de adentro, abrí el portón y mi padre metió la traila, en lo que el despegaba los animales
de la traila mi madre , mis hermanas y yo bajamos los bultos de ropa y los
metimos a la casa, cuando terminamos ya estaba oscuro, eran casi las ocho de la
noche, rápidamente cenamos
y nos fuimos a la cama a descansar…hasta aquí el capítulo 6 de memorias de mi niñez.
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