domingo, 12 de enero de 2020

Memorias de mi niñez Capítulo 6 “Las peticiones de mano”.

Y llego el día esperado, mi tío Guadalupe llego muy temprano vestido de gala para la petición de la mano de su novia, almorzamos y después de hacerlo cada quien se ocupó de sus cosas, y llego la hora de marchar, como la casa de la novia estaba a menos de una cuadra de la casa nos iríamos caminando hasta allá, a las dos y media de la tarde salimos de la casa y todos nos dirigimos a la casa de los papas de la novia, bueno casi todos porque mi hermano Manuel no iba con nosotros porque había ido a visitar a su novia; llegamos casi de manera inmediata, ellos ya nos estaban esperando, y nos hicieron pasar a lo que presumible-mente era una sala improvisada ya que solo había sillas como las que hay en una cocina, la petición de mano en realidad fue algo muy rápido, y también rápido se pusieron de acuerdo, enseguida nos pidieron que pasáramos al patio trasero de la casa porque nos habían preparado una comidita para celebrar el acontecimiento, nos fuimos todos, le calcule que entre invitados y anfitriones éramos alrededor de veinte personas las que íbamos a degustar aquella comida que por cierto era sopa como la que se acostumbra en esos pueblos cuando se casa alguien, hay quinceañera o le hacen reliquia a algún santo o a alguna virgen, la gente acostumbra comprar de varios tipos de sopas y las guisan todas juntas y de guisado había el ya de por si famoso asado que no es otra cosa que carne de puerco guisada en chile rojo, riquísimo este guisado y por supuesto había cocas y sodas para tomar, la mayoría de la gente hace este guisado así pero también la hay que hace la carne con chile verde y también está muy sabroso, bueno entonces llegamos al lugar donde habían acondicionado unas tablas para dar forma a una mesa como para cincuenta gentes, los asientos también estaban hechos con tablas recordemos que la mayoría de la gente en este mi pueblo éramos de origen humilde y no teníamos lujos en nuestras casas, todo estuvo de primera en la comida y cuando terminamos estuvimos todavía un buen rato en lo que mis padres y los padres de la novia y los novios platicaban de mil cosas, cuando nos despedimos ya estaba oscureciendo, lo bueno es que llegamos muy rápido a la casa y después de un rato de no hacer nada nos dispusimos a irnos a la cama, nuevamente nos tocaría a mi hermanita y a mi acostarnos en la cama de mi madre porque mi hermano Manuel se iba a quedar una semana, el próximo Sábado la historia se repetiría con la petición de mano pero en esa ocasión seria la mano de la novia de mi hermano Manuel porque ellos también se iban a casar, al día siguiente nos levantamos muy temprano porque era Domingo y como cada semana íbamos a asistir a la misa a las ocho de la mañana, desayunamos algo ligero y nos dispusimos a irnos a la iglesia, esta también quedaba relativamente cerca de la casa como a dos cuadras, a mí me encantaba ir a misa los Domingos no tanto por la ceremonia sino porque a la salida había vendimia de muchas cosas, había quien vendía paletas, nieves y helados, quien vendía duros (chicharrones preparados), también había quien vendía quiote, dulces, incluso había un puesto de revistas en una de las esquinas cercanas a la iglesia donde las vendían pero si no tenías suficiente dinero para comprarlas también las rentaban para que las pudieras leer o ver y regresarlas una vez concluidas, mis padres a veces me podían comprar una que otra golosina o yo tenía dinero para rentar una revista, me gustaban mucho la de Kaliman, la de Memin pinguin, la de Águila solitaria y la de Fantomas, siempre que podía iba a ese puesto por lo menos para verlas ahí colgadas o rentarlas y poder verlas, cuando lo hacía me imaginaba que yo era el héroe de la revista y vivía realmente la lectura, la actuaba; tenía una imaginación poco común para un niño de mi edad, cuando llegamos a la iglesia entramos de inmediato para poder tener un lugar donde se sentaran mis padres, nosotros los chiquillos no era necesario que tuviéramos lugar, nosotros como éramos unos chiquillos nos podíamos sentar en la madera sobre la que se hincaba uno o directamente en el suelo, y por supuesto estábamos más atentos a ver si nuestros amigos habían ido a la misa que a lo que decía el padre   



A eso de las doce horas del medio día ya estábamos todos listos sin embargo tendríamos que esperarnos hasta las dos de la tarde para irnos a la casa de la familia Carlos Cadillo que era donde vivía la novia de mi hermano Manuel, la distancia entre nuestra casa y la casa de la novia no era mucha a lo mucho serian tres cuadras, pero mi padre no había decidido si nos iríamos caminando o nos iríamos en la traila de la familia, ya casi al final decidió que nos iríamos en la traila así que pegaron las dos mulas a la traila en la que habíamos llegado de la pastora, le hicimos limpieza a la traila y quedo lista para poder subirnos, íbamos a ir todos a la petición de mano de la novia, mis padres, mis hermanos Manuel y Alejandro y mis hermanas Anita que era la más pequeña, Mary y Tomy que eran mayores que yo una de 11 y la otra de 13 años, mis otros hermanos no estarían presentes, mi hermano Jaime ya estaba casado y vivía en la ciudad de México y mis hermanas Lucia y Santos también estaban casadas y vivían en los pueblos de Carrillo puerto y el Dos de Abril respectivamente, en ese momento no sabía si iban a venir a la boda pero a la petición de mano parece que no puesto que mis padres no habían hecho alusión a ello.
Dieron las dos de la tarde, nos subimos a la traila y salimos de la casa, mi hermano Alejandro atranco la puerta y la cerro con candado, se subió a la traila  y empezamos a caminar, fue muy rápido llegar a la casa de los Carlos Cedillo, otra vez se bajó mi hermano Alejandro, toco el portón, el portón lo abrió un mucha-chillo como de ocho o nueve años y le grito a su papa avisando que habíamos llegado, nos abrieron el portón y entramos con todo y la traila, mi padre la llevo hasta el fondo del corral, la freno y todos nos bajamos, mi hermano Alejandro despego los animales de la traila y los dejo amarrados de la lanza de la misma, todos nos quedamos a la expectativa, de pronto salió por la puerta de la casa principal el señor Luciano Carlos que era el patriarca de la familia acompañado de la señora María Cedillo, su esposa, llegaron hasta nosotros y nos saludaron de mano a todos, conforme nos iba saludando mis padres les iban diciendo nuestros nombres, yo me di tiempo para fijarme que había muchos niños en esa casa, por lo menos alcance a contar una docena de chiquillos y chiquillas que correteaban en el patio y en el corral jugando tratando de no ensuciar su ropa, los había de todos tamaños desde niños de brazos hasta niños como de diez años, todo ellos sobrinos de la novia, hijos de sus hermanos.
El señor Luciano Carlos y su esposa nos invitaron a pasar a la casa, tenían una enorme sala donde nos sentamos todos, cuando iban a empezar a platicar acerca del tema principal, el señor Chano (Luciano), le dijo a una de sus nueras que nos dieran algo de comer a los más chicos, la señora nos llevó a mi hermanita y a mí a la cocina y nos dio sopa con chile rojo en unos plato-tes grandotes y brillantes que parecían de vidrio, terminamos de comer y mientras les llevaban comida a los que se habían quedado adentro la señora nos dijo que nos saliéramos a jugar con todos los demás niños en el patio, nos presentó con ellos, les dijimos nuestros nombres y empezamos a jugar, andaban jugando a los encantados, corrimos para allá y corrimos para acá tratando de encantar y a veces desencantar a los demás jugadores y en eso tropecé varias veces con una niña como de mi edad, flaquilla y vivaracha, güerita y que traía tejidas unas trenzas en su claro cabello, los demás niños le decían y le gritaban Chela, más adelante supe que su nombre completo era Celia Carlos Guerrero, esa niña me causo una muy buena impresión, las veces que llegamos a cruzar nuestras miradas me di cuenta que era una niña muy bonita y muy inteligente, además de ser muy ágil y escurridiza para poder encantarla, tenía una facilidad espasmosa para escapar cuando todos creían que la tenían atrapada, no hubo ocasión de platicar con ella ya que andábamos jugando en grupo, quizá más tarde podría hacerlo.
Después de jugar como dos horas termino el juego y en lo que descansábamos sentados un unos adobes, me acerque a ella y le dije quiubole, me contesto el saludo, le dije mi nombre; me dijo el suyo, le conté que yo era hermano del novio y ella me contó que ella era sobrina de la novia, estuvimos platicando como diez minutos, trate de explicarle donde vivíamos, lo logre a medias; también le dije que me gustaría mucho si algún día la dejaban ir a jugar a la casa, me prometió que si la dejaban iría a jugar con nosotros a la casa, eso me emociono mucho, era una chiquilla agradable de complexión delgada pero fuerte, ella también era una niña muy bella pero de una belleza diferente a la de Thelma, esta última era más sofisticada y siempre olía a perfume, Celia en cambio no olía a perfume pero si olía a limpio, era una niña más natural más humilde en su forma de vestir y actuar pero no sé porque me sentí arrebatado por su presencia, lo que yo había sentido hacia algún tiempo por Thelma era como algo inalcanzable, era como una utopía, era como de ciencia ficción, era como enamorarse de la Luna; en cambio al ver a Chela me identifique plenamente con ella, la sentí más cercana a mi forma de vida, más cercana a mi estatus social, la sentí mas alcanzable , la sentí como una realidad, la sentí como una persona con todo su drama, un drama parecido al mío hasta ese momento, verla era como enamorarse de una flor, delicada pero acariciable, tan cercana que subyugaba al que más, desde ese momento me sentí atraído por esa belleza natural, esa belleza que no necesita retoques para resaltar, esa belleza que está al alcance de la mano, esa belleza campirana que sin embargo no le pide nada a la belleza sofisticada, en resumen la belleza de Chela podía hacer que fácilmente y sin hacer esfuerzo, yo quedara irremediablemente atrapado en su mirada.
En esos momentos yo no sabía pero Chela llegaría a significar lo más grande, lo más importante en cuanto a amor se refiere para mí, pero eso lo relatare más adelante en este libro.
Después de un rato de descansar nos pusimos de acuerdo para jugar al bebe leche, estábamos empezando a jugar cuando mis padres y hermanos salieron de la casa acompañados de los padres y hermanos de la novia, en una parte del patio de la casa habían acondicionado unas mesas y unas bancas y sillas para la comida, los adultos pasaron a sentarse allí y también nos llamaron a todos los chiquillos que andábamos jugando en el patio y en el corral, primero nos pidieron que nos laváramos las manos, lo hicimos, después nos las secamos con unas toallas que sacaron de la casa, quedamos listos para sentarnos a comer, a nosotros los más chicos nos sentaron en otra mesa y bancas de medidas más reducidas, especial para todos nosotros, en el acomodo de todos en la mesa yo quede sentado de un lado de la mesa y Chela quedo exactamente en frente de mí, así que seguimos platicando, le conté que yo ya estaba en primero de la primaria, había estado en la escuela Joaquín Amaro pero me habían cambiado a la escuela de abajo, ella me dijo que ella apenas iba a entrar porque había estado un poco enferma y no la habían inscrito ese año, me interese por su salud, y me dijo que le salía sangre de la nariz sin motivo aparente y que cuando le salía batallaban mucho para poder parar la hemorragia, desde ese momento me sentí plenamente identificado con ella, por un rato nos dedicamos solamente a comer y beber, en ese tiempo cruzamos varias veces nuestras miradas, solo sonreímos porque estábamos ocupados en dar cuenta de todo lo que nos habían servido de comer; más tarde cuando terminamos de comer nos levantamos ella y yo primero de las sillas diciéndole a los demás que nos alcanzaran en el corral, seguimos platicando un buen rato hasta que llegaron todos los demás, ya estaba oscuro, de hecho ya era de noche; no tardarían mis padres en decirme que ya nos íbamos, me apresure a decirle que si después pedía permiso para ir a jugar a la casa, que la invitaba a ir a mi casa a jugar, ella prometió que iba a pedir permiso a ver si la dejaban ir, ya no alcanzamos a empezar un juego más, en ese momento me hablo una de mis hermanas, me dijo que decía mi madre que ya nos íbamos a retirar de la fiesta, voltio y me despedí de Chela, la salude de mano y le dije que me había dado mucho gusto haberla conocido, que si quería ser mi amiga, ella me respondió en el acto que sí, que si quería ser mi amiga y que a ella también le había dado mucho gusto conocerme, solté su mano y como un autómata me subí a la traila en la cual ya estaba toda mi familia subida, abrieron el portón por el que hacia unas horas habíamos entrado, me quede viendo la cara de Chela hasta que cerraron el portón y la traila empezó a caminar calle arriba, cuando llegamos a la casa y entramos, mi hermanita me pregunto que que tenía, que me había quedado muy callado, le conteste que nada, no sabía cómo explicarle a mi hermanita lo que había sentido al conocer y jugar todo este rato con Chela, sus hermanos y primos, pero sobretodo con ella, Chela se había quedado impresa en mi mente, cerraba los ojos y lo único que veía era su rostro, los abría y veía su cara, los volvía a cerrar y veía su grácil cuerpo, en esos momentos todo lo que podía hacer, lo que podía pensar, lo que podía ver estaba ligado al nombre y rostro de Chela, me acorde de aquel sueño en donde me iba a casar con Thelma y sin embargo al llegar al altar y preguntarme el padre si aceptaba casarme con ella, el rostro de la novia que me acompañaba en el altar era el de Chela, yo creo que aquel sueño fue premonitorio porque en aquel tiempo aun no conocía a Chela, nunca la había visto, ni siquiera sabía que existía y heme aquí pensando en ella; esa noche mi sueño fue un sueño tortuoso, desperté varias veces y varias veces me volví a dormir, teniendo un sueño recurrente que era ver alejarse a Chela con su mano extendida hacia mí y yo con la mía extendida hacia ella pero sin poder tocarla es más sin poder alcanzarla.
Al día siguiente por la mañana una vez que me desperté y levante, me sentí nostálgico sin motivo aparente, almorcé sin apetito y enseguida me levante para irme hacia el corral, anduve deambulando de aquí para allá y de allá para acá, pateando botes, piedras, palos y cuanta cosa se me atravesaba en el camino hasta que escuche que tocaban en el portón, como era el único que andaba por ahí en ese momento, me acerque a abrir y sorpresa; eran mis amigos, Nino, Thelma y Freddy que iban a jugar y a platicar conmigo, los hice pasar y nos fuimos inmediatamente al corral, donde tantas veces habíamos jugado, primero se interesaron por cómo nos había ido el día anterior en la petición de mano de la novia de mi hermano, les conté con lujo de detalle, sobretodo de Chela, les conté cuantos años tenía, como era físicamente, ellos me comentaron que si la conocían de vista, sabían quienes eran sus papas y conocían también a algunos de sus hermanos y primos, eso me lo dijeron Nino y Freddy, Thelma no dijo nada, de hecho la sentí un poco fría después de que les platique sobre Chela, incluso llegue a pensar que se había puesto un poco celosa, no tenía fundamentos para pensarlo pero igual lo pensé; después de terminar de platicar todo lo que había pasado en la fiesta les dije que si querían jugar un rato allí en el corral, Nino dijo que tenía una idea mejor, que le pidiéramos permiso a mi madre para que me dejara ir con ellos a la plaza un rato, llamaron a mi madre y esta contrario a lo que me estaba imaginando si me dio permiso pero solo un rato, tendría que regresar antes de comer, agradecí el permiso de mi madre y mis amigos y yo salimos de la casa con rumbo a la plaza, la plaza quedaba relativamente cerca de la casa, eran dos cuadras caminando hacia la parte céntrica del pueblo, llegamos a la plaza y empezamos a jugar en unos columpios que había allí, también jugamos en la parte del suelo que estaba cubierta con zacate (pasto), cuando estábamos jugando en el pasto a lo lejos alcance  a ver a Chela acompañada de una señora mayor, después me enteraría que esta señora era la abuela de Chela y que esta vivía por temporadas en su casa, sobre todo cuando era la temporada  de siembra que sus papas y hermanos estaban en el huérfano haciendo las labores agrícolas, levante la mano para saludarla, ella a lo lejos me reconoció y también levanto la mano devolviéndome el saludo, la llame con la mano, ella detuvo su marcha y algo le dijo a su abuela, en seguida empezó a caminar hacia donde estábamos mis amigos y yo, nos saludamos, nos dimos un abrazo y le presente a mis amigos, me dijo que ya los conocía pero los saludo con cortesía, le pregunte que si se podía quedar a jugar con nosotros un rato, respondió que no le habían dado permiso que solo la habían dejado ir a saludarnos, también me dijo que vivía temporalmente con su abuela y que esta vivía dos cuadras más abajo de la plaza, se despidió de nosotros y prometió que nos veríamos el próximo domingo después de la misa de ocho de la misa de doce o en la plaza si es que íbamos, quedamos de acuerdo y partió nuevamente hacia donde la esperaba su abuela y continuaron su camino hacia su casa, nosotros mientras tanto seguimos divirtiéndonos, en seguida nos fuimos al quiosco, estuvimos un rato jugando en él y como a las dos de la tarde les dije a mis amigos que ya era hora de regresar a la casa, estuvieron de acuerdo, había sido una buena tarde; nos habíamos divertido mucho aunque yo continuaba un poco entre melancólico y pensativo, mis amigos se quedaron en sus casas que estaban antes que la mía, llegue a la casa entre por el portón, le avise a mi madre que ya había llegado; la comida aún no estaba así que me dirigí nuevamente al corral, tenía curiosidad de ver a mi pollo a ver cómo iba su adaptación a los demás pollos y gallinas de la casa, lo alcance a distinguir al fondo del corral, cerca de unos nopales, estaba escarbando la tierra en busca de gusanos, lombrices, arañas o insectos; me di cuenta que le estaba cambiando el plumaje, todos sabemos que cuando los pollos están pequeños tienen unas plumas pequeñas y suaves que más que plumas parecen pelos, y después como a las dos semanas de nacidos, les empiezan salir unas pequeñas plumas en las alas y cuerpo en general, como a los dos meses de vida el plumaje ya está completo pero en el caso particular de los pollos machos como a los seis meses les empiezan a salir las plumas definitivas, esta plumas las podríamos llamar como plumas de gala ya que alrededor del cuello y en la parte alta de la cola les salen unas plumas diferentes a las del cuerpo, estas plumas son más brillantes y llamativas, las de la cola de hecho llegan a medir incluso más que el mismo cuerpo, estas plumas hacen que puedas distinguir fácilmente a un gallo macho entre un montón de gallinas, además del tamaño claro.
Mi pollo estaba en ese cambio de las plumas que parecen pelos a las plumas permanentes que iba a tener toda su vida, el gallinero en general lo había aceptado de buena gana y el ya estaba totalmente adaptado al gallinero y al corral en general, ya deambulaba por todo el corral sin problemas, se podía decir que estaba en su casa, recordemos que lo había traído hacia como quince días de la casa de mi hermana Lucia en Carrillo Puerto y mi pollo ya se portaba como si hubiera nacido allí e el gallinero de la casa; me dio tanto gusto que les prepare una tortillas remojadas en agua, les prepare una tina como de ocho litros a la mitad, llame a todo el gallinero y le empecé a echar su comida, llegaron todos, gallinas pollos, pollas, gallos y hasta los cóconos (guajolotes) y coconas (guajolotas), por supuesto también llego mi pollo y todos empezaron a comer atropelladamente, una vez que terminaron se retiraron a hacer lo que estaban haciendo hasta antes de que los llamara, pude notar en sus miradas la satisfacción de haber tenido una comida gratuita que no les había costado escarbar y escarbar en la tierra para poder tenerla, incluso les parecerá una tontería pero pude adivinar una sonrisa en la cara de algunas gallinas, en esas estaba cuando escuche el grito de mi madre llamándonos a comer a todos, llegue a la cocina, ya estaban todos mis hermanos y mi padre listos para empezar a comer, como no había sillas suficientes a mí y a mi hermanita nos tocó sentarnos en el suelo, sobre un costal vacío de los que usan para encostalar el frijol, mi madre había hecho un caldo de res espectacular, estaba para chuparse los dedos, algunos de mis hermanos doblete-aron plato, yo quede satisfecho con la ración que me sirvió mi madre de inicio, terminando de comer mis padres aprovecharon y en la sobremesa nos platicaron acerca de lo que habían hablado con los papas de la novia de la fecha de la boda, al perecer los novios querían casarse en un mes, como estábamos a finales de Agosto, seguramente sería el Sábado más cercano al 15 de Septiembre, para ese tiempo yo ya habría regresado a clases para empezar el segundo grado de la primaria, realmente me quedaban muy pocos días de vacaciones por disfrutar, ahora que lo menciono me gustaría que mi padre me pudiera dejar aquí en el pueblo para disfrutar los pocos días que me faltaban de vacaciones, jugando, platicando y disfrutando con mis amigos de siempre y también con mi nueva amiga Chela.
Ese mismo día le dije a mi padre que si podía quedarme en el pueblo lo que restaba de las vacaciones de la escuela, al principio mi padre no quería dejarme en el pueblo, pero después de un rato accedió a mi solicitud, arguyendo que el trabajo en la pastoría ya casi se había acabado, me sentí inmensamente feliz, abrace a mi padre y le agradecí que pudiera quedarme en la casa del pueblo lo que restaba de vacaciones, mi padre no dijo nada, de hecho mi padre era un hombre de muy pocas palabras, en esta ocasión solo dijo además todavía estas chiquillo y lo que realmente nos ayudas allá es casi nada, no tome en cuenta sus palabras, lo que realmente me importaba era que había dado su permiso, eran ya casi las cinco de la tarde, teníamos aun cerca de una hora y media de luz natural para poder jugar, así que como no estaban mis amigos ahí, pensé en jugar yo solo a las canicas en el corral, fui rápidamente al cuarto y saque de la caja que tenía abajo de la cama, una bolsa con mis canicas, llegue al corral y decidí jugar a la matada, este juego consistía en jugar con dos diferentes canicas y tratar de pegarles entre sí, cada vez que podía pegarle con una canica a la otra, la segunda acumulaba una muerte en contra, que solo podía recuperarla al regresar la muerte a la canica anterior, la que me encantaba de este juego era que era un juego de mucha estrategia, la canica que tenía el turno podía tirarle a la otra canica para tratar de matarla o si lo prefería en lugar de tirarle a la canica podía usar su turno para tratar de esconderse del tiro de la otra canica, podía esconderse atrás de una piedra, atrás de una planta o en lugares poco accesibles para el tiro de la rival, por todas estas posibilidades me encantaba este juego, estuve jugando hasta que se empezó a meter el sol; una vez que se empezó a meter recogí todas mis canicas y me retire a la casa, guarde mi bolsa de canicas en la caja que estaba debajo de la cama, me salí nuevamente al patio, la oscuridad en el exterior era ya casi total, que rápido se mete el sol sobre todo en los pueblos donde no hay energía eléctrica o lámparas en los postes de la calle, de hecho no había energía eléctrica en la mayoría de las casas, casi en todas las casas nos teníamos que alumbrar con aparatos o quinques o con unos botes a los que se les echaba petróleo en su interior y a través de una mecha casi siempre de alguna tela empapada en el petróleo se obtenía la llama suficiente para tener luz y medio ver en un cuarto, estos botes se llamaban cachimbas; regresando a la plática de hace un rato, estaba yo solo en el patio, levante la vista hacia el cielo, en esta ocasión este estaba totalmente despejado, no había una sola nube, tampoco había humo o smog como el que hay en el cielo de las ciudades, era un cielo totalmente trasparente, pude ver claramente todas las estrellas incluso algunos planetas a simple vista, estaba la estrella próxima centauri que es las más cercana a la tierra, estaba la constelación de la osa menor, la de la osa mayor, los tres reyes magos, se alcanzaba a ver el planeta Marte con un tono un tanto rojizo, se veía la luna en todo su esplendor, me quede pensando en la grandeza del universo, la belleza de la vía láctea con su sol, sus planetas, sus estrellas y sus demás astros, con lo pequeño que se debería ver la tierra a ojos de otros seres vivos de otros planetas si es que los había, yo casi estaba seguro de que había vida más allá de la tierra, a mi corta edad ya había sido testigo de cómo las estrellas se movían en el firmamento, en ese momento tan absorto estaba disfrutando la vista del estrellado cielo que me pareció que una vez más las estrellas se movían, ahora no solo era una estrella la que había cobrado vida como en la pastoría tiempo atrás, ahora eran muchas las estrellas las que habían empezado a moverse, poco a poco y una tras otra las estrellas habían empezado a formar una figura en el cielo, cuando estas terminaron de hacer su formación me quede petrificado, en la formación se podían leer dos letras, ambas escritas con mayúscula, la primer letra era A en el primer renglón y la segunda letra, no lo van a creer era la letra C, las letras estuvieron algunos segundos brillando intensamente y posteriormente comenzaron a perder brillo paulatinamente mientras las estrellas regresaban a su lugar rompiendo la formación que había dado origen a las dos letras antes descritas, en ese momento sentí la imperiosa necesidad de cerrar los ojos, lo hice por varios segundos y cuando los volví a abrir, las estrellas ya habían dejado de moverse, sacudí la cabeza tratando de despejarme, nunca supe si lo que vi había pasado realmente o había sido una especie de ensoñación, baje la cabeza algo cansado y me retire lentamente al cuarto, había llegado el momento de irnos a dormir, esa noche ni siquiera cene, solo tome un vaso de té de yerbanis, me acosté en el lugar que me tocaba y tocando la almohada me quede profundamente dormido, no desperté sino hasta que escuche el cantar de los gallos, eran ya las seis de la mañana, no me levante inmediatamente, estuve descansando un rato más, un poco antes de las ocho de la mañana, me levante, mis hermanas y hermanos ya se habían levantado, ya estaban en la cocina listos para almorzar, me uní a ellos, almorzamos y después del almuerzo mi hermano Manuel nos dijo que se iba a regresar a México el día de mañana Martes, que regresaría en Septiembre, que después avisaría de la fecha exacta de la boda, todos estuvieron de acuerdo, mi hermanita y yo no dijimos nada éramos muy pequeños para poder opinar, nosotros estábamos en la edad de ver, escuchar y callar, así era para todos los niños pequeños en aquellos lugares y en general en todos lados; terminamos de almorzar y cada quien de ocupo en hacer sus actividades, mi madre me aviso que mi hermanita y yo íbamos a acompañarla a lavar al placer, este lugar estaba entre la presa y el ojo de agua del pueblo, el ojo de agua del pueblo no era otra cosa más que un manantial del cual fluía agua día y noche sin parar, por este motivo se había formado un arroyo de esta agua limpia, pura y cristalina que corría a lo largo de aproximadamente dos kilómetros entre el propio ojo de agua y la presa, más o menos a la mitad de este recorrido, se encontraba el lugar llamado El placer, el cual se encontraba entre una vegetación más densa provocada por la misma humedad del suelo, sombreada por muchos y muy variados arboles entre los que destacaban por su tamaño varios álamos, también la fauna del lugar era muy variada, había conejos, liebres, ratas de campo, insectos rastreros, insectos voladores, infinidad de pájaros, y algunas aves de presa como águilas, halcones, gavilanes y cuervos; dentro de los animales peligrosos que también habitaban este lugar estaban las víboras de cascabel, culebras, alacranes, hormigas coloradas y varias especies de arañas y tarántulas, era todo un ecosistema diferente al del resto de los lugares más bien semi desérticos, donde imperaban las plantas como los nopales, los cactus, los huizaches, los mezquites, los gatuños (arbustos espinosos) y los cardenches, todas ellas plantas de clima semi desértico y desértico.

Mi madre nos dijo que ya estaba lista, mi padre nos iba a llevar en la traila, después de dejarnos en el placer volvería al pueblo y regresaría por nosotros por la tarde, manos a la obra, subimos varios bultos de ropa sucia que tenía ya listos mi madre, nos subimos a la traila, mi hermano Alejandro nos abrió el portón y salimos en la traila con rumbo de la presa, en unos cuantos minutos pasamos la presa y llegamos al placer, bajamos los bultos, mi padre se regresó al pueblo, mi madre escogió el lugar donde hubiera una piedra acondicionada como lavadero, encontramos el lugar sin problemas y mi madre y una de mis hermanas empezaron a lavar, yo tenía pensado dar una vuelta por los alrededores y le pedí permiso a mi madre para hacerlo, mi madre me dio el permiso pero me recomendó tener mucho cuidado con los animales peligrosos que abundaban en el lugar, tome su consejo en cuanta y me aleje un poco del lugar donde estaban lavando, cruce el arroyo por uno de tantos lugares que había con piedras colocada de forma que pudieran ayudar a cruzar a la gente sin mojarse los zapatos, recogí un palo de medianas dimensiones que me iba a servir de herramienta y también de arma en caso de que fuera necesario, la vegetación era exuberante en esa parte del terreno debido al fluir del agua sin cesar día y noche, a la orilla del arroyo crecía el zacate (pasto) tan alto que me tapaba al caminar a un lado de él, la mayoría de los arboles eran muy altos los había que superaban los treinta metros fácilmente, seguí avanzando y salí del arroyo avanzando hacia el cerro donde crecían nopales y huizaches por doquier, avance con rumbo a la cima de aquel pequeño cerro, en la cima había un par de palmas que crecían en la parte más árida del terreno, al empezar a bajar del otro lado del cerro había otro arroyo pero este estaba seco, era un arroyo temporal de los que se forman en tiempos de lluvia y se secan cuando pasa esta temporada, es lo que estaba buscando, el lecho del arroyo estaba cubierto por una arena de color dorado a veces hasta llegue a pensar que esa arena contenía oro molido, eso nunca lo supe solo lo supuse, empecé a jugar excavando en la arena tratando de hacer una cueva, después de un buen rato de excavar lo logre y después de esto me dedique a acarrear piedras y palos para hacer una casa dentro de la cueva, sin darme cuenta paso rápidamente el tiempo y como a las dos de la tarde alcance a escuchar que mi madre me estaba gritando porque ya era hora de comer, deshice el camino y regrese al lugar donde estaba mi madre y mis dos hermanas, al parecer ya habían terminado de lavar la ropa, de hecho ya habían tendido una parte de la misma y solo faltaba que tendieran la última parte de ropa que acababan de terminar de lavar, mientras mis hermanas lo hacían mi madre se estaba dando un baño en ropa interior en el arroyo aprovechando que había poca gente, en ese momento paso una traila más con gente, iba el señor, su esposa y una hija más bien pequeña, vi que saludaban efusivamente  a mi madre con la mano, le pregunte a mi madre que quienes eran porque no los conocía, me dijo que no eran del pueblo que eran de un pueblo vecino pero que ella los conocía, así quedo mi madre me pidió que recogiera unos palos secos para hacer la lumbre y calentar las gordas que llevábamos y que metiera una  soda grande que llevábamos al agua para que se enfriara, mis hermanas terminaron de tender la ropa y mi madre aprovecho para bañarse, cuando mi madre termino de bañarse mi hermana mayor ayudo a mi madre a que se cambiara la ropa mojada por ropa seca tratando de hacerle casita con una sábana, mientras tanto yo había prendido la lumbre para calentar la comida que llevábamos, saque la soda del agua, ya estaba fresca y mi madre empezó a calentar las gordas, estas iban rellenas de frijoles unas con chile rojo y otras con chile verde, estaban bien sabrosas y acompañadas por un vaso de refresco mucho mejor, pronto paso el tiempo y dieron las seis de la tarde, mi madre les dijo a mis hermanas que empezaran a recoger la ropa porque mi padre no tardaba en regresar por nosotros y así fue como a los diez minutos llego mi padre, cargamos los bultos de la ropa en la traila y nos dispusimos a regresar al pueblo, ya estaba empezando a oscurecer cuando íbamos entrando a las calles del pueblo, llegamos a la puerta de entrada al corral de la casa, yo me baje y me brinque la barda para abrir la puerta que estaba cerrada por la parte de adentro, abrí el portón y mi padre metió la traila, en lo que el despegaba los animales de la traila mi madre , mis hermanas y yo bajamos los bultos de ropa y los metimos a la casa, cuando terminamos ya estaba oscuro, eran casi las ocho de la noche, rápidamente cenamos y nos fuimos a la cama a descansarhasta aquí el capítulo 6 de memorias de mi niñez.

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