Biografía de Pancho Villa (Doroteo Arango)
Juventud de Pancho Villa
(Doroteo Arango)
Doroteo
Arango (después Pancho Villa) nació el 5 de junio de 1876 en el
Rancho de Río Grande, ahora conocido como La Coyotada,
cerca de un pueblo llamado San Juan del Río, del municipio del
mismo nombre, en el Estado de Durango. Sus padres fueron don Agustín Arango y María Micaela Arámbula, ambos mestizos. De origen muy humilde, era hijo de peones incultos y él
tampoco fue nunca a la escuela (Aunque sí aprendería a leer y escribir y
promovería el desarrollo escolar en México). Huérfano, tuvo una infeliz niñez y
una conducta muy rebelde en la adolescencia, fue leñador, agricultor,
comerciante, y bandido antes de hacerse militar revolucionario.
Pancho Villa montado en su caballo Siete Leguas.
Pancho Villa sería bien conocido por su fama de héroe revolucionario que
lucharía verdaderamente por el bienestar del pueblo
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Doroteo Arango se convierte
en Pancho Villa
En
el año de 1894 Pancho Villa se dedicó un tiempo a la
agricultura en una hacienda de la familia López Negrete. En septiembre de ese
mismo año Doroteo Arango (posteriormente Pancho Villa) se convirtió
en fugitivo de la ley por haber asesinado al dueño de la hacienda, Agustín
López Negrete, quien había violado a su hermana. Ante tal acontecimiento huyó y
se refugió en la sierra donde se dice que sufrió de hambre y llegó al punto de estar moribundo, cuando fue
rescatado por una pandilla de bandidos encabezada por un hombre llamado Francisco
Villa, quien lo recogió, lo alimentó y se convirtió en su amigo. Al no
tener a donde ir, Doroteo Arango empezó a operar con esta pandilla asaltando
pueblos y delinquiendo en otras áreas, por su lealtad se ganó la confianza del
jefe de la banda (Francisco Villa). En una ocasión Francisco Villa (jefe de la
banda) sufrió una herida de bala por lo que agonizando nombró a Doroteo Arango
como jefe de la pandilla de bandidos, fue entonces que cambió su nombre de
Doroteo Arango a Francisco(Pancho) Villa rescatando el nombre de su buen amigo del olvido para
siempre. Pancho Villa y su banda continuaron realizando actos
de vandalismo regresando a la hacienda donde había matado a Agustín López
Negrete, donde el cuñado del fallecido lo buscaba para matarlo. Doroteo Arango
(ahora bajo el nombre de Pancho Villa) acabó con la vida de su
rival y los hombres de éste, empezando a seguir una causa en defensa de la
clase obrera que era fuertemente explotada al punto de comparación con la
esclavitud.
Pancho Villa el Bandolero
Después
de los asesinatos, Pancho Villa se echó al monte y, proscrito
durante veintidós años, estuvo huyendo de las tropas federales enviadas en su
persecución. Pancho Villa entró rápidamente en la leyenda popular. Su nombre se
hizo tan famoso que pronto todos los robos de trenes, asaltos y ejecuciones en
el norte de México eran atribuidos a la leyenda Pancho Villa.
Pancho
Villa se unió a la revolución apoyando a
Francisco I. Madero, quien se proponía poner fin a la dictadura de Porfirio
Díaz.
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Creció
un inmenso acervo de historias populares entre los peones de las haciendas en
torno al nombre de Pancho Villa. Muchas canciones y corridos
celebran aún hoy las hazañas de Pancho Villa, cantadas por los pastores, al
calor de sus hogueras, por la noche, en las montañas, que son la reproducción
de las coplas heredadas de sus padres o que otros compusieron.
Hay
una historia en la que Pancho Villa, enfurecido al conocer la miseria de los
peones en la hacienda de Los Álamos, reclutó una pequeña partida y cayó sobre
la mansión de los patronos, saqueándola y distribuyendo los frutos expropiados
entre los pobres. Después, Pancho Villa Arreó millares de cabezas de ganado
desde Terrazas y cruzó con ellas la frontera. Pancho Villa también
asaltaba una
mina y se apoderaba del oro o plata en barras. Cuando necesitaba maíz,
expropiaba el granero de algún latifundista. Las tropas de Pancho Villa eran
reclutadas abiertamente en ranchos alejados de los caminos y ferrocarriles más
transitados, organizándolos en las montañas.
Muchos
de los soldados de la revolución pertenecieron a la guerrilla de Pancho Villa,
y varios de los generales constitucionalistas, como Urbina. Sus dominios
iban desde el sur de Chihuahua al norte de Durango; pero se extendían hasta Coahuila, cruzando la República, hasta el
Estado de Sinaloa.
Pancho
Villa era conocido en todas partes como El Amigo de los Pobres.
Durante las épocas de miseria, Pancho Villa se encargaba de
alimentar a regiones enteras y se hacía cargo de la gente desalojada de sus
poblados por las tropas federales.
Pancho Villa entra en la
Revolución Mexicana
En
las elecciones de 1910, Francisco I. Madero desafió al
presidente Porfirio Díaz con un programa democrático y de
reformas sociales. El veterano dictador encarceló a Madero para ganar las
elecciones. Creyó así consolidado su prolongado dominio sobre la nación
mexicana y luego se atrevió a liberar a Madero,
subestimándolo, pues éste, una vez en la calle, viajó a Texas,
proclamó la insurrección, cruzando la frontera y dirigiéndose hacia
la capital, a la vez que agrupaba tropas de voluntarios.
En
ese entonces, Pancho Villa era todavía un guerrillero. Sin
embargo, Pancho Villa sufrió un gran cambio al conocer a Abraham
González, representante político de Francisco I. Madero en
Chihuahua. De González recibió la educación básica que le hizo abrir los ojos
al mundo político y cambiar su visión sobre su propia vida y su relación con
los que estaban en el poder (en este caso, en Chihuahua, la familia Creel
Terrazas).
Tres
meses después de haberse levantado en armas, apareció repentinamente en El
Paso y puso su persona, sus hombres, sus conocimientos y toda su
fortuna a las órdenes de la revolución. Las inmensas riquezas que debía haber
acumulado durante sus veintidós años de expropiaciones resultaron ser 363
pesos de plata, muy usados.
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Porfirio Díaz, el dictador de México, quien fue removido por las
fuerzas revolucionarias que apoyaba Pancho Villa.
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En
mayo de 1911, Madero logró entrar en México acabando con la
larga dictadura de Porfirio Díaz iniciada en 1876, que se fue
al exilio. El gobierno revolucionario estuvo encabezado primero por Francisco
León de la Barra como un régimen interino, y luego por Madero
como presidente electo. Pancho Villa se convirtió
en capitán del ejército maderista; como tal fue con Madero a la
ciudad de México, donde lo nombraron general honorario de los nuevos rurales.
Pero
las reformas sociales de la revolución no podían desplegarse sin el apoyo de
las masas campesinas. Eso significaba enfrentarse a la oligarquía terrateniente y
a los Estados Unidos, que también mantenían importantes intereses económicos en
México. Había que atacar poderosos grupos privados para distribuir la tierra
entre los campesinos, y éstos últimos no estaban organizados. El gobierno de
Madero se
vio acosado por la contrarrevolución. En 1912 Pascual Orozco comenzó
un levantamiento. Las tropas de Pancho Villa fueron agregadas a las del general Victoriano Huerta,
cuando éste partió hacia el norte para combatir la rebelión. Pancho Villa era
comandante de la guarnición en Parral y derrotó a Orozco con
una fuerza inferior en la única batalla decisiva de la campaña.
Pero Victoriano
Huerta no era de fiar y muy pronto empezó a descubrir sus cartas.
Había puesto a Pancho Villa en primera línea de fuego para que
los veteranos del ejército maderista hicieran la tarea más peligrosa y llevaran
la peor parte, mientras los viejos batallones de línea federales se quedaban
atrás protegidos por su artillería. Luego inesperadamente Victoriano Huerta le
mandó a Pancho Villa ante un tribunal militar en Jiménez,
acusándolo de insubordinación, diciendo haberle telegrafiado una orden a
Parral, que Villa manifestó no haber recibido. El tribunal militar duró quince
minutos y el futuro y más poderoso antagonista de Huerta fue condenado a ser
fusilado.
Alfonso
Madero,
que pertenecía al estado mayor de Huerta, detuvo la ejecución; pero el
presidente Madero, obligado a dar apoyo a las órdenes de su general en jefe de
la campaña, encarceló a Pancho Villa en la penitenciaría de la capital. Durante todo este
periodo, Pancho Villa permaneció leal a Madero,
sin vacilaciones, actitud sin precedente en la historia mexicana.
Poco
después, Pancho Villa logró fugarse de la cárcel y el gobierno de Madero hizo
la vista gorda ante su fuga de la prisión, bien para evitar complicaciones a
Huerta, dado que los amigos de Pancho Villa habían exigido una
investigación, o bien porque Madero estuviera convencido de su
inocencia y no se atreviera a ponerlo abiertamente en libertad.
Venustiano Carranza
fue también un líder revolucionario, pero más importante fue su rebelión
contra el gobierno de Victoriano Huerta, quien se disponía a crear una nueva
dictadura.
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Desde
ese tiempo hasta que estalló el último levantamiento, Pancho Villa vivió
en El Paso, Texas, siendo de allí de donde salió, en abril de 1913, para
conquistar México con cuatro acompañantes, llevando tres caballos, dos libras
de azúcar y café y una de sal.
En
febrero de 1913, los latifundistas (contrarrevolucionarios, la "eterna"
minoría en el poder) iniciaron su levantamiento contra Madero y, aunque la
mitad del ejército les secundó, la suerte de la revolución aún era incierta. El
peso de la balanza comenzó a inclinarse a favor de la contrarrevolución cuando
a los latifundistas se les sumó Victoriano Huerta al frente de
unidades de su ejército acantonadas en la ciudad de México, lo que provocó la
renuncia de Madero y su posterior asesinato. La mayoría de los
gobernadores reconocieron a Huerta como su nuevo presidente.
La posición de Estados
Unidos hacia el gobierno Huertista
Inicialmente, Victoriano
Huerta contó con el apoyo de Estados
Unidos, cuyo embajador ayudó a
organizar el levantamiento de Huerta en la capital. Pero en realidad
Victoriano Huerta estaba más bien vinculado a los imperialistas
británicos, relación que los vecinos del norte no veían con buenos ojos, por lo
que, con prepotencia, el presidente Wilson dijo: "Yo
enseñaré a las repúblicas sudamericanas a elegir buenas personas [...] Si el
general Huerta no se retira, Estados Unidos se verá obligado a retirarlo
recurriendo a medios pacíficos". Pronto se vería en qué consistían esos
medios pacíficos. La política de Estados Unidos quería sembrar el caos por todo
el país para justificar de esa manera una posterior intervención con sus tropas
para lograr la pacificación. Sin embargo, la posición internacional de México
era muy complicada en aquel momento. El golpe de Victoriano Huerta coincidió
con la llegada de Woodrow Wilson a la presidencia de los
Estados Unidos, quien se negó a reconocer al gobierno golpista de Huerta y
destituyó al embajador local. Pero la Primera Guerra Mundial estaba
a las puertas y la posición de las potencias imperialistas europeas era
diferente; querían quedarse con el petróleo
mexicano y reconocieron al nuevo gobierno mexicano.
En
octubre Victoriano Huerta detuvo a 110 diputados y se encaminaba a grandes
pasos hacia una dictadura abierta. Luego provocó a Wilson al
arrestar en Tampico, en la costa del Pacífico, a los marineros del buque Delphin. Venustiano
Carranza gobernador de Coahuila convenció a los diputados estatales de
que la toma del poder por Huerta era inconstitucional y encabezó una guerra
contra Huerta manteniendo el programa de reformas sociales de Madero: reparto
de la tierra y nacionalización del petróleo.
Pancho Villa y la División
del Norte
Junto
con Zapata, Pancho Villa apoyó a Carranza y se
opuso a la dictadura de Huerta. Al frente de un puñado de hombres cruzó Río
Grande en marzo de 1913. Reclutó hombres en la montañas cerca de San
Andrés. Era tan grande su popularidad, que en el término de un mes
había levantado un ejército de 3.000 voluntarios.
Woodrow Wilson, fue el presidente norteamericano
que entre otras cosas intervino en la revolución mexicana defendiendo los
intereses de los Estados Unidos.
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Con
esta milicia de trabajadores campesinos, Pancho Villa conquistó Chihuahua a
finales de 1913 y como dirigente de la famosa DIVISIÓN DEL NORTE obtuvo
algunas de las principales victorias de la revolución, entre ellas el asalto
por sorpresa con el que capturó Ciudad Juárez a mediados de
noviembre de 1913, rechazando la contraofensiva de una poderosa fuerza federal
enviada a retomar la ciudad. El 10 de enero de 1914 Pancho Villa capturó Ojinaga después
de una violenta batalla y miles de campesinos se unieron a su División
del Norte. A mediados de marzo de 1914, Pancho Villa comenzó
su marcha contra la casamata de los huertistas en Torreón, Coahuila, un
importante nudo ferroviario, en una de las épicas batallas en la que Pancho
Villa demostró su gran genio militar.
El
ejército federal evacuó Chihuahua y el norte de México
estaba casi liberado. Pancho Villa fue nombrado gobernador
del Estado y, desde 1913 hasta 1915, confiscó las tierras de los
latifundistas, que repartió entre viudas, veteranos, hambrientos y
desempleados. Entre las haciendas que saqueó estaba el rancho Babicora,
propiedad de Hearst, el magnate de la prensa norteamericana,
amigo de Porfirio Díaz. Ejecutaron al administrador, secuestraron a
otros cuatro capataces y se llevaron 60.000 cabezas de ganado.
Estas haciendas generaban dinero para las fuerzas militares revolucionarias. Pancho
Villa emitió moneda propia para impedir el acaparamiento de los ricos
y el desabastecimiento de la población. Entonces su primera acción consistió en
reunir a los campesinos pobres en la plaza y repartir el nuevo dinero entre
ellos. Expulsó a los españoles del territorio bajo su control por su adhesión a
la contrarrevolución. La campaña de la División del Norte
contra el régimen de Huerta terminó con la caída de Zacatecas el 24 de
junio de 1914.
Comienza la enemistad entre
Pancho Villa y Carranza
Huido Victoriano
Huerta, Carranza entró victorioso en la ciudad de México,
cuyas tropas se rindieron el 13 de agosto. Para esa fecha, habían surgido
serias diferencias entre Pancho Villa y Carranza como Primer
Jefe del Ejército Constitucionalista. El antagonismo entre ambos estalló a
principios de junio de 1914 cuando Pancho Villa rehusó
obedecer la orden de Carranza de enviar un contingente de sus tropas a socorrer
a Pánfilo Natera, otro general constitucionalista que tenía a
Zacatecas sitiada. Por el contrario, Pancho Villa, al mando de la División
del Norte, marchó al sitiado pueblo y dirigió personalmente el ataque a la
ciudad. Para vengarse, Carranza suspendió todo tráfico ferroviario entre
Aguascalientes y Monterrey, eliminando el apoyo logístico de las tropas de
Villa. Al cortársele el suministro de carbón y quedar sus tropas inmovilizadas, Pancho
Villa no pudo participar en la campaña final contra las fuerzas
federales. Venustiano Carranza no había cesado en su intento
por minar la aportación de Pancho Villa a la lucha y éste, obstinadamente,
resistía todo intento de Carranza por subordinarlo a él y a sus hombres a la
autoridad de Álvaro Obregón y a que se le impusieran los oficiales
que debían formar parte de la División del Norte. Mientras tanto,
en el campo seguían a pan y agua, Villa estableció contacto con los rebeldes zapatistas en
el sur y centro de México. El país quedó así dividido: Carranza en la
capital y Villa en la frontera con los Estados Unidos.
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Álvaro
Obregón, el militar que derrotó a Pancho
Villaen Celaya, aún Villa contando con el apoyo deEmiliano Zapata
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Por
otro lado, José María Maytorena, amigo personal de Pancho Villa,
había regresado a Sonora a retomar su viejo puesto de Gobernador. Maytorena
encontró oposición por parte de Obregón y los otros militares sonorenses que
habían dirigido la campaña contra de las fuerzas huertistas en el noroeste
durante su ausencia. Los elementos para un conflicto civil estaban dados dentro
de Sonora y otras regiones del país entre las fuerzas leales a Maytorena y Villa y
aquellos que apoyaban a Obregón y a Carranza. El
22 y 23 de septiembre, Villa y Maytorena repudiaron públicamente la
autoridad de Carranza e invitaron a los otros dirigentes constitucionalistas a
unírseles. Villa comenzó entonces a desplazar sus tropas hacia el sur.
En
un intento por limar las asperezas entre los dirigentes revolucionarios, un
grupo de generales propusieron una reunión entre los líderes civiles y los
oficiales militares que debía realizarse en Aguascalientes el 1 de octubre. Esa ciudad era considerada territorio
neutral puesto que en ella no había guarnición de ninguna de las facciones en
conflicto. La Convención, así convocada, exigía las respectivas renuncias de Carranza como
Primer Jefe y de Pancho Villa como Comandante de la División
del Norte. Sin embargo, Eulalio Gutiérrez, el presidente provisional
escogido por la Convención designó a Pancho Villa para encabezar las fuerzas
revolucionarias combinadas, en tanto que Villa propuso a uno de sus oficiales
para comandar la División del Norte. Carranza rehusó renunciar
al puesto de Primer Jefe a menos que Pancho Villa se retirase
del ejército. Su exigencia estaba respaldada por Álvaro Obregón y
otros generales.
La derrota de Pancho Villa
a Manos de Álvaro Obregón
A
mediados de noviembre de 1914 había estallado la guerra entre quienes querían
impulsar hacia adelante la revolución y los que pretendían frenarla
(contrarrevolucionarios, latifundistas). Pero ni con la ayuda de Emiliano
Zapata, Pancho Villa pudo derrotar a Carranza. Fue batido
en Celaya por Álvaro Obregón, general en jefe del Ejército constitucionalista y gran estratega.
Rechazado
por la reforzada guarnición de Calles, Pancho Villa, con una
pequeña fuerza de aproximadamente 5.000 efectivos avanzó hasta Hermosillo, pero
fue derrotado en El Alamito el 13 de noviembre por una columna de constitucionalistas. Expulsada de Aguascalientes,
la diezmada División del Norte se vio obligada a retirarse
hacia el norte vía Zacatecas y Torreón. Hubo otras derrotas y el antiguo amigo
y aliado Venustiano Carranza mandó asesinar a Villa.
La intervención
imperialista de los Estados Unidos
La
revolución mexicana puso a los Estados Unidos en una situación muy difícil.
Estaban comprometidos grandes intereses privados y fuertes inversiones de
capital que las exigencias revolucionarias del campesinado hacían peligrar. En
1912 el capital estadounidense poseía el 78 por ciento de las minas,
el 72 por ciento de las empresas metalúrgicas, el 56
por ciento de la extracción de
petróleo y el 68 por
ciento del caucho. Los imperialistas estadounidenses
trataban de defender esos intereses privados en México. A lo largo de todo el
siglo XIX, aprovechando la debilidad del Estado recién nacido de la lucha
contra los colonialistas españoles y respaldados por Porfirio
Díaz, se habían apoderado de casi dos millones y medio de kilómetros cuadrados
de tierras mexicanas, desde California hasta Florida, incrementando en un
tercio su extensión y exterminando a pueblos indígenas enteros.
Pancho Villa reclutaba elementos dispuestos a luchar por
los ideales de la revolución en los pueblos del norte de México que visitaba,
llegando a formar la División del Norte.
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La revolución
mexicana fue también un movimiento antiimperialista que salvó a su país de caer bajo la dominación
extranjera de su vecino del norte. En enero de 1915 el gobierno de Venustiano
Carranza adoptó una serie de medidas económicas encaminadas a la defensa
de los recursos del país: nacionalizó el subsuelo, los
bosques, la tierra y las aguas. Defendiendo el
derecho de autodeterminación y la no injerencia
en los asuntos internos de los Estados soberanos, el 26 de septiembre de ese
mismo año Venustiano Carranza se pronunció en contra de la doctrina
Monroe (Doctrina en que los Estados Unidos se oponen al colonialismo y
se autorizan a intervenir en cualquier situación que violase el precepto de
"América para los americanos") que los estadounidenses trataban de
imponer por toda Latinoamérica. También exigieron una autorización especial
para extraer petróleo, y eso ya era demasiado para los magnates capitalistas: Estados
Unidos concentró 100.000 elementos en la frontera y desató varias provocaciones.
Los
manejos de los Estados Unidos podían impulsar al gobierno mexicano a mirar
hacia las potencias imperialistas europeas,
como ya había ensayado Victoriano Huerta. Interviniendo en la
revolución, los Estados Unidos pretendieron tomar posiciones favorables a sus
monopolistas frente a las demás potencias imperialistas al sur de Río Bravo.
Por eso el 9 de abril de 1914 los marines desembarcaron en Tampico y fueron
detenidos, lo que Washington consideró
como un intolerable agravio a su honor.
El presidente Wilson pidió ante el Congreso autorización para invadir México a
fin de conservar incólume nuestra gran influencia para el servicio de la
libertad. El 21 de abril de 1914 un contingente de 15.000 elementos desembarcó
en Veracruz, otros tantos aguardaban preparados en las costas y 87 buques de
guerra imponían un bloqueo a México. El pueblo de Veracruz se levantó
en armas contra los ocupantes, que en noviembre se vieron obligados a retirarse
a su país.
Las
relaciones con los vecinos del norte eran confusas. Los Estados Unidos decían
haber desembarcado sus tropas para apoyar a Carranza pero
Carranza criticó la invasión. Los vecinos del norte desconfiaban también de su programa
de nacionalizaciones, reforma agraria y separación de la Iglesia católica del
Estado.
Por
un lado, Pancho Villa ofreció a los norteamericanos la
apertura de negociaciones y, por otro, Venustiano
Carranza reprendió a Villa por
haberle manifestado a George C. Carothers, el agente especial del
Departamento de Estado en México, sus deseos de mantener una relación de paz
entre su país y Estados Unidos. Durante los primeros diez meses de 1915 los
Estados Unidos dudaron y trataron de mediar entre Carranza y Villa,
hasta que finalmente reconocieron diplomáticamente a Carranza y autorizaron a
las tropas de éste a penetrar en Estados Unidos para atacar por la espalda a
las de Pancho Villa. El 19 de octubre, los Estados Unidos ayudaron a las
fuerzas constitucionalistas en Sonora permitiendo a unos 4.000 hombres de Carranza cruzar
la frontera, en un momento crítico durante el sitio que los villistas le
tenían puesto a Agua Prieta (1 de noviembre de 1915).
Pancho Villa junto
a Zapata, quien se caracterizaría por liderar las fuerzas revolucionarias del
sur.
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La
respuesta de Pancho Villa no se hizo esperar. A finales de
1915, Pancho Villa en compañía de sus pocos hombres, había regresado a
Chihuahua desde donde siguieron la guerra
de guerrillas contra los ejércitos constitucionalistas durante cinco años. En
enero de 1916, detuvieron un tren en Santa Isabel, capturó a 16 gringos que
viajaban en el y los fusiló. En marzo les atacó en su propio territorio, en Columbus, Nuevo México y fusiló a diecinueve estadounidenses. En
respuesta, el 15 de marzo un cuerpo expedicionario de 5.000 hombres y
un escuadrón de aviones comandados por el general Pershing
entraron a México. Entre los invasores estaba un experto en contrainsurgencia, Bill
Donovan, uno de los que luego fundaron la CIA. El objetivo era
la caza de Pancho Villa. Tres meses después las fuerzas se incrementaron hasta
los 26.000 hombres y penetraron 700 kilómetros hacia el sur en el interior de
México fracasando en localizar a Pancho Villa. Se encontraron con
una encendida resistencia popular. En octubre de 1916 Pancho Villa lanzó
un manifiesto llamando a todos los mexicanos a unirse contra los
ocupantes. Los invasores tuvieron que replegarse y Pancho Villa se
convirtió en el único extranjero que atacó territorio continental
estadounidense en casi dos siglos de su historia antes del 11 de
setiembre de 2001.
La Muerte de Pancho Villa
A
partir de 1920 se dedicó a la agricultura y fue asesinado cuando vivía en una
hacienda en Durango mientras viajaba a Parral, en Chihuahua, el 20 de julio de
1923 en una emboscada al cruzar el puente Guanajuato. Pancho Villa fue
asesinado no por los federales ni por Carranza, sino por un mercenario de Adolfo
de la Huerta, el nuevo Presidente de México. Su tumba fue profanada en
1926, y robado su cráneo, que no ha vuelto a aparecer.
Pancho Villa, Héroe de la
Revolución para la posteridad
Villa
fue un rebelde ejemplar, parte integrante y alma de los mexicanos oprimidos. En
contra de lo que se ha difundido, no bebía ni fumaba. Jamás violó a ninguna
mujer, aunque convivía con dos simultáneamente, una en El Paso y
otra en Chihuahua. Su gran afición eran los toros y las capeas.
En
su extraordinario relato México insurgente, John Reed dejó un
retrato excepcional de Villa, que merece la pena recordar:
"La
gran pasión de Villa eran las escuelas. Creía que la tierra para el pueblo y
las escuelas resolverían todos los problemas de la civilización. Las escuelas
fueron una obsesión para él. Con frecuencia se le oía decir:
-Cuando pasé esta mañana por tal y tal calle, ví a un grupo de niños. Pongamos allí una escuela. "
-Cuando pasé esta mañana por tal y tal calle, ví a un grupo de niños. Pongamos allí una escuela. "
Chihuahua
tenía una población menor a los 40,000 habitantes. Pancho Villa estableció más
de cincuenta escuelas allí. El gran sueño de su vida era enviar a su hijo a una
escuela de los Estados Unidos. Tuvo que abandonar la idea por no tener dinero
suficiente para pagar el medio año de enseñanza, al abrirse los cursos en
febrero.
Por
tanto, tampoco es casualidad que Pancho Villa, igual que otros
grandes revolucionarios que han defendido al pueblo trabajador, sea víctima de
una infame campaña de intoxicación por parte de la prensa, siempre al servicio
de los intereses del capital y los poderosos.
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